Los secretos de la mente millonaria - T Harv Eker - Filosofía | Studenta (2024)

Filosofía

UNIP

Reynaldo Coanqui 1/8/2024

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Todos tenemos un patrón personal del dinero arraigadoen nuestro subconsciente, y es este patrón, más quecualquier otra cosa, lo que determinará nuestra vidafinanciera. Puedes saberlo todo sobre mercadotecnia,ventas, negociaciones, acciones, propiedad inmobiliariay finanzas en general, pero si tu patrón del dinero noestá programado para el éxito nunca tendrás muchodinero; y si, de algún modo lo consigues, ¡lo perderáscon gran facilidad! La buena noticia es que ahora,aplicando las sencillas instrucciones contenidas en estelibro, puedes programar de nuevo tu patrón del dineropara que te lleve al éxito económico de una formanatural y automática. ¡Los resultados te sorprenderán!T. Harv EkerLos secretos de la mentemillonariaCómo dominar el juego interior de la riquezaePub r1.3Titivillus 29.02.16Título original: Secrets of the millonaire mindT. Harv Eker, 2005Traducción: Anna Renau BahimaEditor digital: TitivillusCorrección de erratas: jugaor & ea4dxjePub base r1.2Este libro está dedicado a mi familia:mi cariñosa esposa, Rochelle, mi increíble hija,Madison, y mi imponente hijo, Jesse.EAgradecimientosscribir un libro parece un asunto individual, pero larealidad es que, si quieres que lo lean miles o —como yoespero— millones de personas, se requiere a todo un equipo.En primer lugar me gustaría dar las gracias a mi esposa,Rochelle, a mi hija, Madison, y a mi hijo, Jesse. Gracias pordejarme el espacio que he necesitado para hacer lo que vine ahacer aquí. También me gustaría dar las gracias a mis padres,Sam y Sara, así como a mi hermana, Mary, y a mi cuñado,Harvey: por vuestro interminable amor y apoyo. Acontinuación, un inmenso «gracias» a Gail Balsillie, MichelleBurr, Shelley Wenus, Robert y Roxanne Riopel, Donna Fox,A. Cage, Jeff fa*gin, Corey Kouwenberg, Kris Ebbeson y atodo el equipo de Peak Potentials Training: por todo vuestroduro trabajo y dedicación para realizar una contribuciónpositiva a la vida de la gente así como por hacer de PeakPotentials una de las empresas de desarrollo personal de másrápido crecimiento del mundo.Gracias a mi brillante agente literaria, Bonnie Solow, porla ayuda que continuamente me prestas, por tus ánimos y porguiarme entre los pormenores del negocio editorial. Va otrogran «gracias» para el equipo de HarperBusiness: a su editor,Steve Hanselman, que tuvo visión para este proyecto y puso enél tanto tiempo y energía; a mi maravilloso corrector, HerbSchaffner; al director de mercadotecnia, Keith Pfeffer, y aldirector publicitario, Larry Hughes. Un especialagradecimiento a mis colegas Jack Canfield, Robert G. Allen yMark Victor Hansen por vuestra amistad y continuo apoyodesde el principio.Por último, estoy profundamente agradecido a todos losasistentes al seminario Peak Potentials, así como a su personalde refuerzo y a los socios de las empresas conjuntas: sinvosotros no habría ningún seminario «promotor de cambio devida».A¿Quién diablos es T. Harv Eker ypor qué tendría yo que leer este libro?l comienzo de mis seminarios la gente se quedaimpactada cuando una de las primeras cosas que les digoes: «No crean una palabra de lo que les voy a decir». ¿Por quésugeriría tal cosa? Pues porque yo solo puedo hablar desde mipropia experiencia. Ninguno de los conceptos y percepcionesinternas que comparto son inherentemente ciertos o falsos,correctos o incorrectos. Simplemente, reflejan mis propiosresultados, así como los resultados asombrosos que he visto enla vida de miles y miles de mis alumnos y alumnas. Dicho eso,sin embargo, tengo la creencia de que si usas los principiosexpuestos en este libro transformarás totalmente tu vida. Y note limites a leerlo. Estúdialo como si tu vida dependiese de él.Después, prueba sus principios tú mismo. Si algo te funciona,sigue haciéndolo. Lo que no te sirva, sea lo que sea, tienestodo el permiso para tirarlo a la basura.Sé que puedo parecer pretencioso, pero en lo referente aldinero, puede que este sea el libro más importante que jamáshayas leído. Comprendo que es una afirmación atrevida, peroel hecho es que este libro te proporcionara el eslabón que faltaentre tu deseo de lograr el éxito y el propio éxito. Como aestas alturas ya habrás descubierto, se trata de dos mundosdistintos.Seguramente has leído otros libros, has escuchado cintas oCD, has participado en cursos y te has interesado p*rnumerosos sistemas para hacerse rico, ya sea con propiedadesinmobiliarias, acciones o negocios. Pero ¿qué ocurrió? En elcaso de la mayoría de la gente, ¡no mucho! Obtienen unabreve carga de energía y, después, vuelven a la situaciónanterior.Por fin, tenemos una respuesta. Se trata de una respuestasencilla, que además es una ley que no hay manera de burlar.Todo se reduce a esto: si tu «patrón financiero» subconscienteno está «programado» para el éxito, nada de lo que aprendas,nada de lo que sepas y nada de lo que hagas hará cambiarmucho las cosas.En las páginas de este libro te desvelaré el misterio de porqué hay gente que está destinada a ser rica mientras otrosparecen condenados a vivir una vida de apuros. Comprenderáslas causas fundamentales del éxito, la mediocridad o el fracasofinanciero y comenzaras a cambiar tu futuro económicopositivamente. Entenderás como las influencias de la infanciamoldean nuestro patrón financiero y cómo dichas influenciaspueden conducir a pensamientos y hábitos contraproducentes.Experimentarás con poderosas declaraciones que te ayudarán asustituir tus modos de pensar improductivos por «archivos deriqueza» mentales para que pienses —y triunfes—exactamente como lo hacen los ricos. Aprenderás también,paso a paso, estrategias prácticas para incrementar tus ingresosy construir riqueza.En la primera parte de este libro, explicare cómo cada unode nosotros se halla condicionado para pensar y actuar en loreferente al dinero, y esbozaré cuatro estrategias clave paracorregir nuestro patrón mental del dinero. En la segunda parteexamino las diferencias entre cómo piensa la gente rica, la declase media y la pobre, y te proporciono diecisiete actitudes yacciones que has de adoptar y que te conducirán a crearcambios permanentes en tu vida económica. A lo largo de todoel libro compartiré también contigo unos pocos ejemplos delos miles de cartas y correos electrónicos recibidos de alumnosy alumnas que han asistido al Seminario Intensivo MenteMillonaria y que han logrado extraordinarios resultados en suvida.Te preguntarás: ¿cuál es tu experiencia? ¿De dóndeprocedes? ¿Siempre te fueron bien las cosas? ¡Ojalá!Al igual que muchos de vosotros, yo tenía supuestamenteun gran «potencial» pero la verdad es que me reportaba muypoco. Me leía todos los libros, escuchaba todas las cintas e ibaa todos los seminarios. Quería de verdad, de verdad, de verdadser próspero. No sé si era por el dinero, por la libertad, por lasensación de logro o simplemente para demostrar a mis padresmi valía. Estaba casi obsesionado por convertirme en unhombre de «éxito». De los veinte a los treinta años iniciévarios negocios distintos, cada uno de ellos con el sueño dehacer fortuna, pero mis resultados iban de mal en peor.Trabajé sin descanso, pero seguía corto de dinero. Tenía la«enfermedad del monstruo del lago Ness»: había oído hablarde algo llamado beneficios, pero nunca veía ninguno. Nodejaba de pensar: «En cuanto empiece en el negocio adecuado,en cuanto me suba al caballo adecuado, obtendré beneficios».Pero estaba equivocado. Nada estaba funcionando… al menospara mí. Y fue la última parte de esa frase lo que finalmenteme hizo caer en la cuenta. ¿Cómo es que otros triunfabanexactamente en el mismo negocio en el que me encontraba ysin embargo yo seguía arruinado? ¿Qué le estaba pasando al«Sr. Gran Potencial»?Así que comencé seriamente a hacer algo de introspección.Examiné mis auténticas creencias y vi que, aun cuando dijeseque de verdad quería ser rico, tenía al respecto algunaspreocupacionesprofundamente arraigadas. Más que nada,sentía miedo. Miedo al fracaso o lo que es aún peor: miedo atriunfar y después, de algún modo, perderlo todo. Entonces sísería un perfecto imbécil que se había cargado lo único quetenía a su favor: el «gran potencial». ¿Y si descubría que notenía lo que realmente había que tener y que mi destino eravivir una vida de apuros?Quiso entonces la suerte que recibiese unos consejos de unamigo de mi padre que era extremadamente rico. Había ido ala casa de mi familia a jugar a las cartas con mi padre y susamigos, y, al pasar yo, advirtió mi presencia. Era ya la terceravez que me había mudado a casa de mis padres y estabaviviendo en la «suite inferior», también conocida como sótano.Supongo que papá se había quejado de mi lamentableexistencia, porque cuando me vio tenía en los ojos la expresiónde condolencia reservada normalmente para los afligidos en unfuneral.Me dijo: «Harv, yo empecé igual que tú, siendo uncompleto desastre». Fantástico, pensé cínicamente, ya mesiento mucho mejor.Él prosiguió: «Pero después me dieron unos consejos quecambiaron mi vida, y me gustaría pasártelos a ti». Vaya, aquíviene otra vez el sermón de padre a hijo, ¡y él ni siquiera erami padre! Finalmente soltó: «Harv, si no te está yendo todo lobien que te gustaría, lo único que quiere decir es que hay algoque no sabes». Como en aquella época era un joven con grandesparpajo, yo pensaba que lo sabía prácticamente todo, pero¡ay!, mi cuenta bancaria reflejaba algo muy distinto. De modoque al fin comencé a escuchar. Él continuó: «¿Sabías que lamayoría de los ricos, en cierto aspecto, piensan de forma muyparecida?».Yo respondí: «No, en realidad nunca me lo habíaplanteado». Él siguió: «No es que sea una ciencia exacta, peroen general la gente rica piensa de una determinada manera ylos pobres lo hacen de forma completamente distinta. Esosmodos de pensar orientan sus acciones y, por tanto, determinansus resultados». Luego prosiguió: «Si pensaras como lo hacenlos ricos e hicieras lo que hacen ellos, ¿crees que tú tambiénpodrías hacerte rico?». Recuerdo que contesté con toda laconfianza de una patata: «Creo que sí». «Pues —respondió él— lo único que tienes que hacer es copiar el modo de pensarde la gente rica».En aquel tiempo yo era muy escéptico, por lo que lepregunté: «Y ¿qué estás tú pensando en este momento?». A loque él contestó: «Estoy pensando que los ricos cumplen suscompromisos y ahora mismo mi compromiso es con losmuchachos y con tu padre, que me están esperando para jugara las cartas. Nos vemos».Y se fue, pero lo que había dicho caló en mí.En aquel momento no tenía ninguna otra cosa que hacercon mi vida, así que me lancé con entusiasmo a estudiar a lagente rica y cómo pensaban. Aprendí todo cuanto pude acercade los funcionamientos internos de la mente, pero meconcentre principalmente en la psicología del dinero y deléxito. Descubrí que algo era cierto: los ricos sí piensan,realmente, de forma muy distinta a como lo hacen los pobres eincluso de manera diferente a la gente de clase media. Al final,me di cuenta de cómo mis propios pensamientos estabanmanteniéndome apartado de la riqueza. Y lo que es másimportante, aprendí varias técnicas y estrategias eficaces parareprogramar mi mente a fin de pensar de la misma manera enque lo hace la gente rica.Finalmente, dije: «Ya está bien de teorías, pasemos a lapráctica». Y de este modo decidí intentar un negocio más.Dado que estaba muy metido en todo lo referente a la salud yel ejercicio físico, abrí una de las primeras tiendas de fitness deNorteamérica. No tenía dinero, de modo que tuve que tomarprestados 2000 dólares de mi tarjeta Visa para iniciar elnegocio. Comencé a utilizar lo que había aprendido tomandocomo modelo de referencia a los ricos, tanto en términos desus estrategias empresariales como de sus estrategias depensamiento. Lo primero que hice fue comprometerme alograr mi éxito y jugar a ganar. Juré que me centraría y no meplantearía siquiera abandonar este negocio hasta que fuesemillonario. Aquello era algo radicalmente distinto a misanteriores esfuerzos, en los que, por pensar siempre a cortoplazo, me desviaba constantemente, unas veces atraído por loque parecían buenas oportunidades y otras, cuando las cosas secomplicaban.Comencé también a poner a prueba mi enfoque mentalpara evitar desvíos hacia actitudes económicamente negativaso contraproducentes. En el pasado, tenía la creencia de que loque me dictaba mi mente era siempre la verdad. Aprendí que,en muchos aspectos, mi mente era mi mayor obstáculo paralograr el éxito, por lo que tomé la decisión de no alimentarpensamientos que no estimularan mi visión de la riqueza.Empleé todos y cada uno de los principios que tú vas aaprender en este libro. ¿Te estás preguntando si funcionó?¡Vaya si funcionó!El negocio fue tan bien que abrí diez tiendas en tan solodos años y medio. Entonces vendí la mitad de las acciones dela empresa a una gran compañía, por 1 600 000 dólares.Después de eso, me mudé a la soleada ciudad de SanDiego. Me tomé un par de años sabáticos para pulir misestrategias y comencé a hacer consultoría empresarialindividualizada. Supongo que a la gente le resultaba bastanteefectiva porque no dejaban de traer amigos, compañeros ysocios a nuestras sesiones. Pronto estuve entrenando a diez yen ocasiones hasta a veinte personas a la vez.Uno de mis clientes sugirió que podría abrir una escuela.Pensé que era una magnífica idea, así que lo hice. Fundé laStreet Smart Business School y enseñé a miles de personas detoda Norteamérica estrategias empresariales para lograr eléxito «con alta velocidad».Mientras viajaba por todo el continente ofreciendo misseminarios, me di cuenta de algo extraño: podía tener a dospersonas sentadas una al lado de la otra en la mismahabitación, aprendiendo exactamente los mismos principios yestrategias; una de ellas tomaba estas herramientas y salíacatapultada hacia el éxito. Sin embargo, ¿sabes lo que podríaocurrirle a la persona sentada justo a su lado? La respuesta es:¡no mucho!Fue entonces cuando se me hizo obvio que puedes contarcon las mejores «herramientas» del mundo, pero si hay unagujero diminuto en tu «caja de herramientas» (ahora mismoestoy señalando mi cabeza), tienes un problema. De modo quediseñé un programa titulado «Mente Millonaria Intensiva»basándome en el juego interior del dinero y el éxito. Cuandocombiné el juego interior (la caja de herramientas) con eljuego exterior (las herramientas), ¡los resultados deprácticamente todo el mundo se disparaban! Y eso es lo quevas a aprender en este libro: a dominar el juego interior deldinero para ganar el juego del dinero… ¡Vas a aprender apensar en rico para hacerte rico!La gente me pregunta a menudo si mi éxito fue un «golpede suerte», algo excepcional, o si ha continuado. Déjame quelo exprese de este modo: utilizando los principios exactos queyo enseño, he ganado millones y millones de dólares y soyvarias veces multimillonario. ¡Prácticamente todas misinversiones y empresas parecen despegar como cohetes! Haygente que me dice que soy «como el rey Midas»: que todo loque toco se convierte en oro. Tienen razón, pero de lo quepuede que no se den cuenta es que ser como el rey Midas es,simplemente, otra forma de decir que se tiene un «patrónfinanciero» programado para el éxito, que es exactamente loque tú tendrás una vez que aprendas estos principios y hagaseste trabajo.Durante el comienzo de nuestro Seminario IntensivoMente Millonaria, generalmente pregunto al auditorio:«¿Cuántos de ustedes han venido aquí para aprender?». Setrata de una pregunta con un poco de trampa, pues, como dijoJosh Billings: «No es lo que ignoramos lo que nos impideprosperar; lo que constituye nuestro mayor obstáculo es lo quecreemos que sabemos y luego resulta que no es así». Este librono trata tanto de aprender ¡cómo de «desaprender»! Esesencial que reconozcas de qué modotus viejas formas depensar y de actuar te han llevado exactamente donde teencuentras en este momento.Si eres rico y feliz, muy bien. Pero si no lo eres, te invito aque consideres algunas posibilidades que puede que nocuadren con lo que actualmente piensas que está bien o inclusocon lo que crees que es adecuado para ti.Aun cuando te sugiera que «no creas una palabra de lo quete diga» y quiera que pongas a prueba estos conceptos en tupropia vida, voy a pedirte que confíes en las ideas que estásleyendo. No porque me conozcas personalmente, sino porquemiles y miles de personas han transformado ya su vida comoresultado de los principios que se exponen en este libro.Y hablando de confianza, esto me recuerda uno de mischistes favoritos. Se trata de un hombre que va caminandojunto a un precipicio cuando, de repente, pierde el equilibrio,resbala y cae. Por suerte, tiene el suficiente aplomo paraagarrarse al saliente, y se queda allí colgado, aferrándosedesesperadamente con la punta de los dedos al saliente de laroca, mientras su cuerpo cuelga en el vacío. Casi sin fuerzas,al final grita: «¿Hay alguien ahí arriba que pueda ayudarme?».De pronto se percibe una voz poderosa como un trueno: «SoyDios. Yo puedo ayudarte. Tú suéltate y confía». Acontinuación se oye: «¿Hay alguien más ahí arriba que puedaayudarme?».La lección es sencilla: sí quieres pasar a un nivel superiorde vida tienes que estar dispuesto a desprenderte de algunos detus antiguos modos de pensar y de ser, y a adoptar otrosnuevos. Los resultados, a la larga, hablarán por sí mismos.VPRIMERA PARTETu patrón del dineroivimos en un mundo de dualidades: arriba y abajo, luz yoscuridad, caliente y frío, dentro y fuera, deprisa ydespacio, derecha e izquierda… Estos no son sino unos pocosejemplos de los miles de polos opuestos. Para que exista unpolo debe existir también el otro. ¿Es posible que haya unaderecha sin una izquierda? Ni por casualidad.Por consiguiente, al igual que hay leyes «externas» deldinero, debe haber leyes «internas». Entre las primeras haycosas como las técnicas empresariales, la administraciónfinanciera y las estrategias de inversión. Son todos asuntosesenciales. Pero el juego interior es todavía más importante.Una analogía sería un carpintero y sus herramientas. Tenerherramientas de buena calidad resulta imprescindible, pero serun carpintero de primera que las utilice magistralmente es aúnmás importante.Yo tengo un dicho: «No basta con estar en el lugaradecuado en el momento justo. Tienes que ser la personaadecuada en el lugar adecuado en el momento justo».Así pues, ¿quién eres tú? ¿Cómo piensas? ¿Cuáles son tuscreencias? ¿Cuáles son tus hábitos y tus rasgos de carácter?¿Cómo te sientes realmente con respecto a ti mismo? ¿Quégrado de confianza tienes en ti mismo? ¿Cómo te relacionascon los demás? ¿Cuánto confías en los demás? ¿Sientesverdaderamente que mereces la riqueza? ¿Cuál es tu aptitudpara actuar a pesar del miedo, a pesar de la preocupación, apesar de los inconvenientes, a pesar de las molestias? ¿Erescapaz de actuar cuando no estás de humor?El hecho es que tu carácter, tu forma de pensar y tuscreencias constituyen una parte fundamental de lo quedetermina el nivel de tu prosperidad.Uno de mis autores favoritos, Stuart Wilde, lo expresa delsiguiente modo: «La clave del éxito es elevar tu propiaenergía. Cuando lo hagas atraerás a la gente hacia ti de formanatural. Y cuando se pongan a tiro, ¡pásales la factura!».PRINCIPIO DERIQUEZA:¡Tus ingresos puedencrecer únicamente hastadonde crezcas tú!¿Por qué es importante tu patrón deldinero?¿Has oído hablar de personas que se han «colapsado»económicamente? ¿Te has dado cuenta de que hay gente quetiene dinero y después lo pierde, o que tienen excelentesoportunidades y empiezan bien, pero después lasdesaprovechan y terminan hundiéndose? Ahora ya sabes laverdadera causa. Visto desde fuera puede parecer mala suerte,una coyuntura económica negativa, un socio pésimo, lo quesea. Sin embargo, por dentro es otro asunto. Por eso, sientraras en contacto con cantidades de dinero importantes sinestar mentalmente preparado para ello, lo más probable es quela riqueza te durase poco y que finalmente terminarasperdiéndola.La inmensa mayoría de la gente sencillamente no posee lacapacidad interna necesaria para crear y conservar grandessumas de dinero, ni para afrontar el mayor número de retosque acompaña siempre el hecho de tener más dinero y máséxito. Esa, amigos míos, es la principal razón por la que notienen más dinero.Un ejemplo perfecto son los que ganan la lotería. Lasinvestigaciones han demostrado una y otra vez que,independientemente del tamaño de sus ganancias, la mayoríade las personas que ganan la lotería al final acaban volviendo asu estado económico original, es decir, a la situación que lesresulta cómodo manejar.Por otro lado, a los millonarios que se han hecho a símismos les sucede justo lo contrario. Fíjate en que cuandopierden su dinero, generalmente lo recuperan en un tiemporelativamente corto. Donald Trump es un buen ejemplo:Trump tenía una cuantiosa fortuna, miles de millones dedólares. Luego, de pronto, lo perdió todo. Sin embargo, un parde años más tarde, había recuperado su fortuna, e incluso lahabía incrementado.¿Por qué se da este fenómeno? Porque, aun cuandoalgunos millonarios de los que se han hecho a sí mismospuedan perder su dinero, jamás pierden el ingrediente másimportante de su éxito: su mente millonaria. Por supuesto, enel «caso Donald» se trata de su mente «multimillonaria». ¿Tedas cuenta de que Donald Trump jamás podría sersimplemente millonario? Si poseyese una fortuna neta de solounos millones de dólares, ¿cómo crees que se sentiría conrespecto a su prosperidad económica? La mayoría de vosotroscoincidirá en que probablemente se sentiría arruinado, ¡sesentiría como un fracaso total!Eso es porque el «termostato» financiero de Donald Trumpestá puesto en la posición de los miles de millones, no en la delos millones. Los termostatos financieros de la mayoría de laspersonas están puestos para generar miles, no millones dedólares; los de algunas personas lo están para generar cientos,ni siquiera miles, y los de otras, en la posición de bajo cero: seencuentran completamente congelados ¡y no tienen la másmínima idea de por qué!La realidad es que la mayor parte de la gente no alcanza supleno potencial. La mayoría de las personas no son prósperas.Las investigaciones demuestran que el 80% de los individuosjamás disfrutarán de la libertad económica que les gustaríaposeer, y también que el 80% ni siquiera pretenderán serverdaderamente felices.La razón es sencilla: la mayoría de la gente esinconsciente. Van un poco como dormidos al volante. Trabajany piensan a un nivel superficial de la vida, basándose tan soloen lo que ven. Viven estrictamente en el mundo visible.Las raíces crean los frutosImagínate un árbol. Supongamos que representa al árbol de lavida. En él hay frutos. En la vida a nuestros frutos se losdenomina nuestros «resultados». Pero miramos los frutos(nuestros resultados) y no nos gustan: no hay suficientes, sondemasiado pequeños o no saben bien.Entonces, ¿qué tenemos tendencia a hacer? La mayoría denosotros pone aún más atención y concentración en los frutos,en los resultados. Pero ¿qué es lo que en realidad crea esosfrutos concretos? Lo que crea esos frutos son las semillas y lasraíces.Es lo que hay bajo el suelo lo que crea aquello que está porencima de él. Lo que no se ve es lo que crea lo que se ve. Yeso ¿qué significa? Significa que si quieres cambiar los frutostendrás que modificar primero las raíces. Si quieres cambiar lovisible, antes deberás transformar lo invisible.PRINCIPIO DERIQUEZA:Si quieres cambiar losfrutos, tendrás quemodificar primero lasraíces. Si quierescambiar lo visible, antesdeberás transformar loinvisible.Muchos dicen que solo viendo creen.La pregunta que yotengo para esa gente es: «¿Por qué te molestas en pagar lacuenta de la luz?». Aunque no puedas ver la electricidad sípuedes seguramente reconocer y utilizar su potencia. Si tienescualquier duda de su existencia, mete el dedo en un enchufe yte garantizo que tus dudas se desvanecerán rápidamente.Según mi experiencia, lo que no puedes ver de este mundoes muchísimo más poderoso que cualquier cosa que puedasver. Estarás de acuerdo o no con esta afirmación, pero en lamedida en que no apliques este principio en tu vida, tendrásproblemas. ¿Por qué? Porque estás yendo en contra de lasleyes de la naturaleza, según las cuales lo que hay debajo delsuelo crea lo que está por encima de él, lo invisible crea lovisible.Como seres humanos, formamos parte de la naturaleza, noestamos por encima de ella. Por consiguiente, cuando nosalineamos con sus leyes y trabajamos en nuestras raíces —nuestro mundo «interior»—, nuestra vida fluye suavemente.Cuando no lo hacemos, la vida se complica.En todos los bosques, en todas las granjas, en todos loshuertos de la tierra, es lo que se encuentra bajo el suelo lo quecrea aquello que hay por encima de él. Por eso es inútil quepongas la atención en los frutos que ya has cultivado: nopuedes cambiar los que cuelgan del árbol. Sin embargo, sípuedes cambiar los frutos del mañana. Pero, para hacerlo,tendrás que cavar debajo del suelo y fortalecer sus raíces.Una de las cosas más importantes que puedas llegar acomprender en esta vida es que no vivimos en un único planode existencia: lo hacemos en al menos cuatros esferas distintasa la vez. Estos cuatro cuadrantes son el mundo físico, elmundo mental, el mundo emocional y el mundo espiritual.La mayoría de la gente jamás se da cuenta de que la esferafísica es simplemente una «impresión» de las otras.Por ejemplo, supongamos que acabas de escribir una cartaen el ordenador. Le das a la tecla de imprimir y rápidamente lacarta te sale por la impresora. Miras la copia impresa y, ¡fíjatepor dónde!, encuentras un error tipográfico. Así que sacas tufiel goma de borrar y borras la errata en el papel. Ya hascorregido la falta. Ahora, le das de nuevo al botón de imprimiry adviertes que ¡otra vez aparece el mismo error!¡Caramba!, ¿cómo es posible? ¡Si acabas de corregirlo!Así que esta vez coges una goma nueva y más grande, y borrasmás fuerte y más rato. Incluso estudias un manual detrescientas páginas titulado Como borrar con eficacia. Ahoradispones de todas las «herramientas» y conocimientos quenecesitas. Estás preparado. Le das a la impresión y… ¡Oh no!¡Ahí está otra vez! «¡No hay manera!», gritas, pasmado deasombro. «¿Cómo es posible? ¿Qué está pasando aquí? ¿Estoyen la dimensión misteriosa?».Lo que está ocurriendo aquí es que el verdadero problemano puede cambiarse en la «impresión» (el mundo físico):únicamente puede modificarse en el «programa» (los mundosmental, emocional y espiritual).El dinero es un resultado, la riqueza es un resultado, lasalud es un resultado, la enfermedad es un resultado, tu peso esun resultado. Vivimos en un mundo de causas y efectos.PRINCIPIO DERIQUEZA:El dinero es unresultado, la riqueza esun resultado, la salud esun resultado, laenfermedad es unresultado, tu peso es unresultado. Vivimos en unmundo de causas yefectos.¿Has oído alguna vez a alguien afirmar que tenía el«pequeño problema» de la falta de dinero? Pues ahora atiendea esto: la falta de dinero no es nunca, jamás, jamás unproblema. La falta de dinero es meramente un síntoma de loque está sucediendo por debajo.La falta de dinero es el efecto, pero ¿cuál es la causafundamental? Todo se reduce a esto: el único modo de cambiartu mundo «exterior» es transformar primero tu mundo«interior».Cualesquiera que sean los resultados que estés obteniendo,sean ricos o pobres, buenos o malos, positivos o negativos,recuerda siempre que tu mundo exterior es simplemente unreflejo de tu mundo interior. Si las cosas no te van bien en tuvida exterior es porque tampoco van bien en tu vida interior.Es así de simple.Un poderoso secreto para el cambio: lasdeclaracionesEn mis seminarios empleamos técnicas de «aprendizajeacelerado» que permiten avanzar más rápido y recordar máscosas de todo lo que aprendes. La clave reside en la«implicación». Nuestro enfoque sigue el viejo dicho: «Lo queoyes lo olvidas, lo que ves lo recuerdas, lo que haces loentiendes».Así pues, voy a pedirte que cada vez que llegues al final deun principio fundamental de este libro te pongas primero lamano en el corazón, después hagas una «declaración» verbal,y a continuación te toques la cabeza con el dedo índice y hagasotra «declaración» verbal. ¿Qué es una declaración? Essimplemente una sentencia positiva que haces con énfasis, envoz alta.¿Por qué las declaraciones son una herramienta tanvaliosa? Porque todo está hecho de una sola cosa: de energía.Toda energía viaja en frecuencias y vibraciones. Por lo tanto,cada declaración que haces lleva su propia frecuenciavibratoria. Cuando pronuncias una declaración en voz alta, suenergía vibra en todas las células de tu cuerpo, y tocándote elcuerpo al mismo tiempo puedes sentir su resonancia, que esúnica. Las declaraciones no solo envían un mensaje concretoal universo: mandan también un poderoso mensaje a tusubconsciente.La diferencia entre una declaración y una afirmación essutil pero, en mi opinión, importante. La definición de lasegunda es la de «una sentencia positiva que afirma que unobjetivo que deseas alcanzar ya está teniendo lugar». Ladefinición de la primera es «manifestación oficial de laintención de emprender un determinado curso de acción o deadoptar una posición concreta».Una afirmación manifiesta que lo que deseas conseguir yaestá teniendo lugar. A mí las afirmaciones no me vuelven loco,pues muchas veces, cuando afirmamos algo que aún no es real,la vocecita que se encuentra dentro de nuestra cabeza nos dice:«Eso no es verdad, es una suprema tontería».Sin embargo, una declaración no es decir que algo seacierto: es manifestar que tenemos la intención de hacer o deser algo. Se trata de una postura que la vocecita puedetragarse, ya que no estamos diciendo que sea cierto ahoramismo, sino que tenemos la intención de que lo sea en elfuturo.Una declaración, por definición, es también algo oficial. Esuna manifestación formal de energía al universo y por todo tucuerpo.Existe otro concepto en la definición que es importante:acción. Debes emprender todas las acciones necesarias parahacer realidad tu intención.Te recomiendo que pronuncies tus declaraciones en vozalta cada mañana y cada noche. Y si las articulas mientras temiras al espejo, eso acelerará aún más el proceso.Ahora tengo que admitir que cuando oí hablar de todo estopor primera vez dije: «Ni hablar. Este rollo de lasdeclaraciones no es para mí». Pero, como en aquel momentoestaba sin blanca, finalmente pensé: «Qué diablos, esto nopuede hacerme ningún daño», y empecé a realizarlas. Ahorasoy rico, así que no debería sorprender mucho que creafirmemente en la eficacia de las declaraciones; os aseguro quefunciona de verdad.De cualquier modo, preferiría ser muy crédulo y muy ricoa desconfiar de todo y no tener un centavo. ¿Y tú?Lo dicho: te invito a que te pongas la mano en el corazón yrepitas lo siguiente…DECLARACIÓN:«Mi mundo interior crea mi mundo exterior».Ahora tócate la cabeza y di:«Tengo una mente millonaria».Como bonificación especial, si vas a la página de internetwww.millionairemindbook.com y haces clic en FREE BOOKBONUSES, te daremos un listado gratuito en inglés de todas lasdeclaraciones que aparecen en este libro presentadas encaligrafía, en un formato imprimible, apto para enmarcar.¿Cuál es tu patrón del dinero y cómo seha formado?Tanto en mis apariciones en la radio como en la televisión, lasiguiente afirmación me ha hecho famoso: «Si me das cincominutos, puedo predecir el futuro económicoque tendrás elresto de tu vida».PRINCIPIO DERIQUEZA:Si me das cinco minutos,puedo predecir el futuroeconómico que tendrásel resto de tu vida.¿Cómo? En una breve conversación puedo identificar loque se denomina tu «patrón» del dinero y del éxito. Cada unode nosotros disponemos de un patrón personal ya grabado ennuestro subconsciente. Y este patrón, más que cualquier otracosa y más que la combinación de todas las demás cosas, es loque determinará tu destino económico.¿Y qué es el patrón del dinero? Como analogía,consideremos el patrón de una casa, que es un plano o undiseño de esa casa en concreto: de igual manera, tu patrón deldinero es simplemente tu programa o modo de ser en relacióncon el dinero.Quiero presentarte una fórmula extremadamenteimportante, ya que es la que determina cómo creas tu realidady tu riqueza. Muchos de los maestros más respetados en elcampo del potencial humano han empleado esta fórmula comobase para sus enseñanzas. Se trata de la fórmula del «Procesode Manifestación», y se puede expresar del modo siguiente:PRINCIPIO DERIQUEZA:Los pensamientos llevana los sentimientos.Los sentimientos llevana las acciones.Las acciones llevan a losresultados.Tu patrón financiero está compuesto por una combinaciónde tus pensamientos, tus sentimientos y tus acciones enrelación con el dinero.¿Y cómo se formó tu patrón del dinero? Muy sencillo: tupatrón financiero consta principalmente de la información o«programación» que recibiste en el pasado, y especialmente deniño, cuando eras todavía muy pequeño.¿Quiénes fueron las principales fuentes de esaprogramación o de ese condicionamiento? Para la mayoría dela gente, en la lista se encuentran los padres, los hermanos ohermanas, los amigos, las figuras de autoridad, los profesores,los líderes religiosos, los medios de comunicación y la culturaen la que vives, por nombrar solo unas cuantas.Tomemos la cultura: ¿acaso no es verdad que determinadasculturas tienen un cierto modo de pensar y tratar con dineromientras que otras presentan un enfoque distinto? ¿Piensas queun niño o niña sale del vientre materno ya con sus actitudeshacia el dinero, o crees que se le enseña a tratar con él? Eso es:a cada niño y niña se le enseña cómo pensar acerca del dineroy cómo actuar en relación con él.Y lo mismo te pasó ti, a mí, y a todo el mundo. Teenseñaron a pensar y a actuar en lo referente al dinero. Esasenseñanzas se convirtieron en condicionamiento, que a su vezse transformó en reacciones automáticas, reacciones que tedirigen luego durante el resto de tu vida. A no ser, porsupuesto, que intercedas y revises tus archivos mentalesreferentes al dinero. Y eso es exactamente lo que voy a haceren este libro, y lo que hacemos para miles de personas cadaaño, a un nivel más profundo y permanente, en el SeminarioIntensivo Mente Millonaria.Dije antes que los pensamientos llevan a sentimientos;estos, a acciones, y las acciones, a resultados. Aquí surge unainteresante pregunta: ¿de dónde vienen tus pensamientos? ¿Porqué piensas de forma distinta a la persona que tienes al lado?Tus pensamientos proceden de los «archivos deinformación» que tienes en los armarios de tu mente. Y ¿dedónde procede esa información? Lo hace de tu programaciónpasada. Así es: tu condicionamiento pasado determina cadapensamiento que brota de tu mente. Por eso a menudo se ladenomina la «mente condicionada».Para reflejar esto, podemos corregir la fórmula del Procesode Manifestación dejándola de la siguiente forma:Tu programación lleva a tus pensamientos; estos a tussentimientos; tus sentimientos, a tus acciones, y tus acciones, atus resultados.Por lo tanto, al igual que se hace con un ordenadorpersonal, cambiando tu programación das el primer pasoesencial hacia el cambio de tus resultados.Y, ¿cómo estamos condicionados? Lo estamos de tresformas principales en todos los ámbitos de la vida, incluido eldel dinero.Programación Verbal: ¿Qué oías cuando eras pequeño?Modelos de referencia: ¿Qué veías cuando eras pequeño?Incidentes concretos: ¿Qué experimentaste cuando eraspequeño?Es importante comprender estos tres aspectos delcondicionamiento, por lo que vamos a examinar cada uno deellos. En la segunda parte de este libro aprenderás a reorientartu mente para la riqueza y el éxito.Primera influencia: la programación verbalComencemos por la programación verbal. ¿Qué oías en tuinfancia sobre el dinero, la riqueza y la gente rica?¿Oíste alguna vez expresiones como?: el dinero es elorigen de todos los males, los ricos son avariciosos ymezquinos, los ricos son malvados, está podrido de dinero,para juntar algún dinero tienes que matarte a trabajar, eldinero no crece en los árboles, no puedes ser rico y espiritual,la felicidad no puede comprarse, poderoso caballero es donDinero, los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vezmás pobres, no todo el mundo puede ser rico, nunca se puedellegar a todo, y la infame eso no es para nosotros.En mi casa, cada vez que pedía dinero a mi padre le oíadespotricar: «¿De qué estoy hecho yo…, de dinero?». Yorespondía en broma: «Ojalá. Me llevaría un brazo, una mano ohasta un dedo». Jamás se rio ni una sola vez.Aquí reside el problema: todas las afirmaciones que oístesobre el dinero cuando eras niño permanecen en tusubconsciente como parte del patrón que está rigiendo tu vidaeconómica.El condicionamiento verbal es extremadamente poderoso.Por ejemplo, cuando mi hijo, Jesse, tenía tres años un día vinocorriendo hacia mí y me dijo nervioso: «Papi, vamos a ver lapelícula de las Tortugas Ninja. La ponen muy cerca de casa».Por nada del mundo podía imaginar cómo aquel niño era capazde conocer la ubicación de los cines. Un par de horas después,la respuesta me vino en forma de anuncio de televisión de lapelícula, al final del cual se decía el habitual eslogan: «Yapuedes verla en un cine muy cerca de tu casa».Otro ejemplo del poder del condicionamiento verbal llegóa expensas de uno de los participantes en nuestro SeminarioIntensivo Mente Millonaria. Stephen no tenía problemas paraganar dinero: su reto era conservarlo.En el momento en que Stephen vino al curso estabaganando más de 800 000 dólares al año y llevaba nueve añosasí. Pese a ello, se las apañaba con dificultad. De algún modo,lograba gastarse el dinero, prestarlo o perderlo todo tomandomalas decisiones a la hora de invertir. Sea cual fuere la razón,¡su fortuna neta era exactamente cero!Stephen nos confió que, siendo niño, su madre solía decir:«Los ricos son avariciosos y mezquinos. Su dinero sale delsudor de los pobres. Se debería tener solo lo suficiente para irtirando. Si tienes más, eres un cerdo».No hay que ser científico de la NASA para deducir lo queestaba ocurriendo dentro del subconsciente de Stephen. No esde extrañar que estuviese arruinado. Se hallaba verbalmentecondicionado por su madre para creer que los ricos sonavariciosos y mezquinos. Por lo tanto, su mente establecía unaconexión entre rico, avaricioso y mezquino, que, por supuesto,es malo. Como él no quería ser malo, subconscientemente nopodía ser rico.Stephen amaba a su madre y no quería que tuviese un malconcepto de él. Obviamente, según las creencias de ella, si sehiciese rico no lo aprobaría. Por lo tanto, no tenía otra opciónque deshacerse de cualquier dinero de más que traspasara loslímites del «solo para ir tirando»: ¡de lo contrario sería uncerdo!Bueno, tú pensarías que, en caso de tener que elegir entreser rico o contar con la aprobación de mamá —o decualquiera, en realidad—, la mayoría preferiría ser rico. ¡Todolo contrario! La mente, simplemente, no funciona así. Pareceque la riqueza debería ser la elección lógica. Pero cuando elsubconsciente debe elegir entre emociones profundamentearraigadas y la lógica, casi siempre ganan las primeras.PRINCIPIO DERIQUEZA:Cuando el subconscientedebe elegir entreemocionesprofundamentearraigadas y la lógica,casisiempre ganan lasprimeras.Volvamos a nuestra historia: en el curso, en menos de diezminutos, empleando unas cuantas técnicas extremadamenteeficaces, el «patrón del dinero» de Stephen cambió de formaespectacular. En solo dos años paso de estar casi arruinado aconvertirse en millonario.En el seminario, Stephen comenzó a comprender que suscreencias no productivas eran de su madre, y que estabanbasadas en la programación mental de ella, y no en las de él.Así que fuimos un paso más allá y le ayudamos a crear unaestrategia por medio de la cual no perdería la aprobación de sumadre si se hacía rico. Fue sencillo.A su madre le encantaba Hawái. Por tanto, Stephen invirtióen un departamento frente a la playa, en Maui, al que ahoramanda a su madre todo el invierno. Ella está en la gloria y él,también. En primer lugar, ahora a ella le encanta que su hijosea rico y cuenta a todo el mundo lo generoso que es; ensegundo lugar, él no tiene que aguantar a su madre durante seismeses al año. ¡Magnífico!En mi propia vida, tras un comienzo lento, empezó a irmebien en los negocios, pero nunca ganaba dinero con misacciones. Al adquirir consciencia de mi patrón del dinero,recordé que cuando yo era joven, cada día después de trabajar,mi padre se sentaba a la mesa con el periódico, comprobabalas páginas bursátiles, daba un puñetazo en la mesa y gritaba:«¡Malditas acciones!». Después se pasaba la media horasiguiente despotricando de lo estúpido que es todo el sistema yafirmando que uno tiene más oportunidades de ganar dinerojugando a las máquinas tragaperras en Las Vegas.Ahora que ya comprendes el poder del condicionamientoverbal, ¿ves cómo no es nada extraño que no pudiese ganar enel mercado de valores? Estaba literalmente programado parafracasar, programado para escoger inconscientemente lasacciones equivocadas, al precio equivocado, en el momentoequivocado. ¿Por qué? Para dar subconscientemente validez ami patrón del dinero, que decía: «¡Malditas acciones!».Todo cuanto puedo decir es que al cavar para sacar esamala hierba enorme y venenosa de mi «jardín financiero»interior ¡los frutos comenzaron a surgir! Prácticamente el díadespués de reprogramarme mentalmente, las acciones queelegí comenzaron a despegar, y desde entonces he continuadoteniendo un éxito asombroso en el mercado de valores. Pareceincreíblemente extraño, pero cuando comprendes de verdadcómo funciona el patrón del dinero, todo tiene sentido.Tu condicionamiento subconsciente determina tupensamiento; tu pensamiento, tus decisiones, y estas, tusacciones, que al final determinan tus resultados.Existen cuatro elementos clave para el cambio, cada unode ellos esencial en la reprogramación de tu patrón financiero.Son sencillos, pero profundamente poderosos.El primer elemento de cambio es la conciencia: no puedescambiar algo a menos que conozcas su existencia.El segundo es la comprensión: entendiendo cuál es elorigen de tu «forma de pensar» puedes reconocer que estaprocede de fuera de ti.El tercero es la disociación: una vez que te das cuenta deque esta forma de pensar no eres tú, puedes separarte de ella ydecidir en el presente si conservarla o desprenderte de ella,basándose en quién eres hoy y dónde quieres estar mañana.Puedes observar esta forma de pensar y verla como lo que es:un «archivo» de información que quedó guardado en tu mentehace mucho, mucho tiempo, y que ya no puede contenerverdad ni valor alguno para ti.El cuarto elemento del cambio es el reacondicionamiento.Iniciaré este proceso en la segunda parte de este libro, en laque te presentaré los archivos mentales que generan riqueza.En el caso de que quisieras avanzar un paso más en esto, teinvito a que asistas al Seminario Intensivo Mente Millonaria,donde se te conducirá a través de una serie de potentestécnicas que reconectarán los cables de tu subconsciente anivel celular y de una forma permanente, entrenando de nuevoa tu cerebro para que responda de una forma productiva entérminos de dinero y éxito.Los elementos de frecuencia y apoyo continuado resultantambién importantes para que se produzca un cambioduradero, de modo que tengo otro regalo para ayudarte: sientras en www.millionairemindbook.com y haces clic en FREEBOOK BONUSES, puedes suscribirte al «pensamiento de lasemana» de la Mente Millonaria, y cada siete días recibirásuna valiosa lección que puede contribuir a tu prosperidad.Mientras tanto, volvamos al condicionamiento verbal y alos pasos que puedes dar ahora para comenzar a corregir tupatrón del dinero.Pasos para el cambio: programación verbal.CONCIENCIA: Escribe todas las afirmaciones que oías acercadel dinero, la riqueza y la gente rica cuando eras niño.COMPRENSIÓN: Escribe cómo crees que, hasta ahora, hanafectado dichas afirmaciones a tu economía.DISOCIACIÓN: ¿Te das cuenta de que esos pensamientosrepresentan únicamente lo que aprendiste y no forman partede tu anatomía ni son tú? ¿Te das cuenta de que en elmomento presente tienes la opción de ser distinto?DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Lo que oí acerca del dinero no es necesariamente cierto.Decido adoptar nuevas formas de pensar que contribuyana mi felicidad y a mi prosperidad».Tócate la cabeza y di:«Tengo una mente millonaria».Segunda influencia: los modelos de referenciaEl segundo tipo de condicionamiento al que estamossometidos se denomina «nuestros modelos»: Durante tuinfancia, ¿cómo eran tus padres o tus tutores con respecto aldinero? ¿Uno de ellos o ambos administraban bien su dinero olo hacían mal? ¿Gastaban mucho o eran ahorradores? ¿Eranhábiles inversores o no invertían? ¿Asumían riesgos o eranconservadores? ¿Había constantemente dinero o era este másbien escaso? El dinero ¿llegaba con facilidad a tu familia, oera siempre una lucha conseguirlo? ¿Era una fuente de alegríaen casa o causa de amargas discusiones?¿Por qué resulta importante esta información?Probablemente hayas oído la expresión «mono de repetición».Así somos los humanos. De pequeños, aprendemos todo de losmodelos que tenemos alrededor.Aunque la mayoría de nosotros odiaríamos admitirlo, haybastante verdad en el viejo dicho: «De tal palo, tal astilla».Esto me recuerda el chiste de una mujer que prepara lasrebanadas de jamón cocido para cenar cortándoles los dosextremos. Su marido, que ya había observado dicha práctica,le pregunta un día por qué corta los extremos del jamón. Ellale contesta: «Así lo hacía mi madre». Resulta que la madre deella venía esa noche a cenar. Así que le pregunta por quécortaba los extremos del jamón, a lo que ella responde: «Mimadre lo hacía siempre así». De modo que deciden llamar a laabuela por teléfono para hacerle la misma pregunta. ¿Cuálcreéis que fue su respuesta? «¡Porque mi sartén era demasiadopequeña!».La cuestión es que, en general, en el ámbito del dinerotendemos a ser idénticos a uno de nuestros progenitores o bienadoptamos una actitud que es combinación de las que cadauno de ellos tenía.Por ejemplo, mi padre era empresario de la construcción.Construía entre una docena y cien casas por proyecto. Cadaproyecto requería la inversión de una enorme suma de capital.Mi padre debía aportar todo lo que teníamos y pedir grandespréstamos al banco hasta que se vendían las casas y llegaba eldinero en efectivo. Por consiguiente, al comienzo de cadaproyecto no teníamos dinero y estábamos endeudados hasta lascejas.Como puedes imaginar, durante ese período papá no teníael mejor de los humores y la generosidad tampoco era sufuerte. Si le pedía cualquier cosa que costara aunque fuese uncentavo, su respuesta estándar, después del habitual: «¿Yo deque estoy hecho, de dinero?», era: «¿Estás loco?». Porsupuesto, yo no obtenía ni un centavo, pero lo que sí lograbaera esa mirada de: «Ni se te ocurra volver a preguntar». Estoyseguro de que la conoces.Este panorama duraba aproximadamente un año o dos,hasta que las casas, al final, se vendían. Entonces estábamosforrados de pasta. De repente, papá era una persona distinta.Se sentía contento, era amable y extremadamente generoso.Venía y me preguntaba si necesitaba unos cuantos dólares. Amí me apetecía devolverle su mirada, pero no era tan estúpido,así que me limitaba a decir: «Claro, papá, gracias», y ponía losojos en blanco.Así la vida estaba bien… hasta el temido día en quellegaba a casa y anunciaba: «He encontrado un buen terreno.Vamos a construir otra vez». Recuerdo perfectamente que ledecía: «Fantástico, papá, buena suerte», mientras se me hundíael corazón, sabiendo los apuros que estábamos a punto depasar otra vez.Este patrón duró desde que tenía uso de razón, más omenos a los seis años, hasta los veintiuno, cuando me fui decasa de mis padres para siempre. Entonces cesó o, al menos,eso creía yo.A la edad de veintiún años, terminé de estudiar y meconvertí, lo adivinaste, en constructor. Luego pasé a otros tiposde negocios basados en proyectos. Por alguna extraña razón,hacía una pequeña fortuna, pero no mucho tiempo después yaestaba arruinado. Me metía en otro negocio y creía estar denuevo en lo más alto del mundo, solo para tocar fondo un añomás tarde.Este patrón de altibajos continúo durante casi diez añosantes de darme cuenta de que tal vez el problema no fuese eltipo de negocio que elegía, los socios, los empleados que tenía,el estado de la economía ni mi decisión de tomarme un tiemposin trabajar y relajarme cuando las cosas iban bien. Finalmentereconocí que tal vez, solo tal vez, estaba reviviendoinconscientemente el patrón de ingresos con altibajos de mipadre.Todo lo que puedo decir es que menos mal que aprendí loque tú estás aprendiendo en este libro, y que fui capaz dereacondicionar mi mente y salir de ese modelo tipo «yoyó»para pasar a tener unos ingresos en crecimiento constante.Actualmente, el impulso de cambiar cuando las cosas van bien(y sabotearme a mí mismo) aún aparece. Pero ahora en mimente hay otro archivo que observa este sentimiento y dice:«Gracias; ahora centrémonos de nuevo y volvamos al trabajo».Otro ejemplo es de uno de mis seminarios en Orlando,Florida. Como de costumbre, la gente iba subiendo en fila alentarimado, uno a uno, para pedirme un autógrafo ysaludarme, darme las gracias o lo que fuese. Jamás olvidaré aun señor mayor porque subió sollozando. Apenas si podíacontener el aliento e iba enjugándose las lágrimas con lamanga. Le pregunté qué le ocurría. Me dijo: «Tengo sesenta ytres años, y llevo leyendo libros y yendo a seminarios desdeque se inventaron. He visto a todos los conferenciantes y heprobado todo lo que enseñaban. Lo he intentado con lasacciones, con la propiedad inmobiliaria y he tenido más de unadocena de negocios distintos. Volví a la universidad y mesaqué un máster en Administración de Empresas. He adquiridomás conocimientos que diez hombres normales y, sin embargo,nunca he alcanzado el éxito económico. Siempre empezababien pero finalmente acababa con las manos vacías, y en todosesos años nunca supe por qué. Pensaba que, simplemente,debía de ser un completo estúpido… hasta hoy.»Por fin, después de escucharle a usted, todo tiene sentido:a mí no me pasa nada; simplemente, tenía el “patrón deldinero” de mi padre metido en la cabeza y eso ha sido minémesis. Mi padre atravesó de lleno la era de la Depresión.Todos los días trataba de obtener empleos o de vender cosas yvenía a casa con las manos vacías. Ojalá yo hubiera entendidolo de los modelos de referencia y los patrones del dinerocuarenta años atrás. Qué pérdida de tiempo, tanto aprender ytantos conocimientos». Comenzó a llorar aún más fuerte.Yo le respondí: «¡Ni hablar de que sus conocimientos seanuna pérdida de tiempo! Simplemente, han estado latentes,esperando en un banco “mental”, esperando que surgiera laoportunidad. Ahora que ya ha formulado usted un “patrón deléxito”, todo lo que ha aprendido en su vida se volveráutilizable y saldrá catapultado hacia el éxito».La mayoría de nosotros, cuando oímos la verdad ya lasabemos. El hombre empezó a relajarse y comenzó, de nuevo,a respirar profundamente. Entonces apareció en su rostro unagran sonrisa. Me dio el mayor de los abrazos y dijo: «Gracias,gracias, gracias». La última vez que supe de él todo le ibaviento en popa: ha acumulado más riqueza en los últimosdieciocho meses que en los últimos dieciocho años. ¡Meencanta!Insisto: puedes tener todos los conocimientos y experienciadel mundo, pero si tu «patrón» no está programado para eléxito, estás condenado a fracasar económicamente.Muchas veces nos vienen participantes a los seminarioscuyos padres se vieron involucrados en la Segunda GuerraMundial o que vivieron en tiempos de la Depresión. Estaspersonas sufren a menudo un fuerte impacto cuando se dancuenta de lo mucho que han influido las experiencias de suspadres en sus creencias y en sus hábitos en torno al dinero.Algunos gastan como locos porque «podrías perder fácilmentetodo tu dinero, así que más vale que lo disfrutes mientraspuedas». Otros siguen el camino contrario: van guardando eldinero y «ahorran para cuando llegue la época de las vacasflacas».Unas sabias palabras: ahorrar pensando en que puedenllegar malos tiempos podría parecer una decisión sensata, peropuede crear grandes problemas. Uno de los principios queenseñamos en otro de nuestros cursos es el poder de laintención: si estás ahorrando tu dinero para cuando lleguen lasvacas flacas ¿qué es lo que vas a tener? ¡Pues vacas flacas!Deja de hacer eso. En lugar de ahorrar para un día de penuriaeconómica, concéntrate en ahorrar para un día de júbilo o paralograr pronto tu libertad financiera. Entonces, en virtud de laley de la intención, eso es exactamente lo que obtendrás.Antes decía que, en lo referente al dinero, la mayoría denosotros tendemos a ser idénticos a uno o a ambos de nuestrosprogenitores, pero también existe la otra cara de la moneda:algunos de nosotros acabamos siendo exactamente lo contrariode lo que fueron uno o ambos de nuestros padres. ¿Por quétendría que ocurrir eso? ¿Te suenan las palabras ira yrebeldía? Resumiendo, depende, simplemente, delenfrentamiento que hubieras mantenido con ellos.Por desgracia, cuando éramos niños no podíamos decir anuestros padres: «Mamá y papá, sentaos. Quiero comentarosalgo. No me gusta la forma en que estáis administrandovuestro dinero ni, en realidad, vuestra vida, y, por lo tanto,cuando sea adulto haré las cosas de forma completamentedistinta. Espero que lo entendáis. Ahora, que paséis buenanoche y tengáis dulces sueños».No, no, no, la cosa no es así en absoluto. En lugar de eso,cuando nos aprietan el botón, por lo general, «se nos va laolla» y lo que sale suena más como: «Os odio. Nunca serécomo vosotros. Cuando crezca, voy a ser rico. Entonces tendrélo que yo quiera tanto si os gusta como si no». Después nosvamos corriendo a nuestra habitación, damos un portazo yempezamos a aporrear la almohada o cualquier objeto quetengamos a mano, para descargar nuestra frustración.Mucha gente que procede de familias pobres se llena derabia y rebeldía por ello. En muchos casos salen de casa y sehacen ricos o, al menos, tienen la motivación para hacerlo.Pero hay un pequeño contratiempo, que, en realidad,constituye un gran bache: tanto si este tipo de personas sehacen ricas como si se rompen la crisma tratando de llegar aser prósperas, normalmente no son felices. ¿Por qué? Porquela raíz de su riqueza o de su motivación por el dinero es la iray el resentimiento. Por consiguiente, dinero e ira quedanvinculados en su mente, y cuanto más dinero tienen —oluchan por conseguir—, este tipo de individuos se vuelvenmás iracundos.Al final, su yo interior dice: «Estoy cansado de serirascible y de ir estresado por la vida. Solo quiero estartranquilo y ser feliz». De modo que preguntan a la mismamente que creó la vinculación qué deben hacer ahora conrespecto a esta situación, a lo que su mente responde: «Siquieresdeshacerte de tu ira, vas a tener que deshacerte de tudinero». Y eso es lo que hacen. Inconscientemente, sedeshacen de su dinero.Gastan más de la cuenta, realizan una mala inversión, caenen un divorcio económicamente desastroso o sabotean suprosperidad de alguna otra forma. Pero no importa, porqueahora estos tipos son felices. ¿Verdad? ¡Mentira! Las cosasestán aún peor porque ahora no solo son iracundos: estánarruinados e iracundos. ¡Se equivocaron al elegir aquello de loque deshacerse!Se deshicieron del dinero en lugar de la ira, del fruto enlugar de la raíz. Mientras tanto, el auténtico problema es, y lofue siempre, la ira existente entre ellos y sus padres. Ymientras no se resuelva esa ira jamás serán verdaderamentefelices ni tendrán paz interior, con independencia del dineroque tengan o que no tengan.La razón o motivación que tengas para ganar dinero olograr éxito es vital. Si tu motivación para adquirirlos procedede una raíz no productiva, como el miedo, la rabia o lanecesidad de «demostrar lo que vales», el dinero nunca tereportará felicidad.PRINCIPIO DERIQUEZA:Si tu motivación paraadquirir dinero o éxitoprocede de una raíz noproductiva, como elmiedo, la rabia o lanecesidad de «demostrarlo que vales», el dineronunca te reportará lafelicidad.¿Por qué? Porque no puedes solucionar ninguna de estascuestiones con dinero. Tomemos por ejemplo el miedo.Durante mis seminarios pregunto al auditorio: «¿Cuántos deustedes citarían el miedo como su principal motivación para eléxito?». No hay mucha gente que levante la mano. Sinembargo, luego pregunto: «¿Cuántos de ustedes citarían laseguridad como uno de sus motivadores principales para eléxito?». Casi todos los presentes levantan la mano. Pero fíjate:tanto la seguridad como el miedo están motivados por lomismo. El hecho de buscar seguridad viene de la inseguridad,que a su vez se basa en el miedo.Así pues, ¿más dinero disipará el miedo? ¡Qué másquisieras! La respuesta es: absolutamente no. ¿Por qué?Porque el dinero no es la raíz del problema; es el miedo. Loque es aún peor es que el miedo no es solo un problema, sinotambién un hábito. Por lo tanto, tener más dinero únicamentecambiará el tipo de miedo que tenemos. Cuando estábamos sinblanca lo más probable es que temiésemos no conseguir jamásningún dinero o no tener nunca el suficiente. Una vez quelogramos tenerlo, nuestro temor normalmente pasa a ser: «¿Ysi pierdo lo que he ganado?», o «Todos van a querer lo quetengo», o «Los impuestos me va a acribillar». Resumiendo,hasta que lleguemos a la raíz de este problema y disipemos elmiedo no habrá cantidad de dinero alguna que puedaayudarnos.Por supuesto, si nos dan a elegir, la mayoría de nosotrospreferiría preocuparse por tener dinero y perderlo que por notener en absoluto, pero ni lo uno ni lo otro son modos de vivirdemasiado inteligentes.Al igual que quienes actúan movidos por el miedo, muchaspersonas se sienten motivadas a alcanzar el éxito a niveleconómico para demostrar su «valía». Trataré de este desafíocon detalle en la segunda parte del libro, pero por ahoralimítate a darte cuenta de que no hay cantidad de dinero quepueda jamás «aumentar tu valía»: el dinero no puedeconvertirte en algo que ya eres. De nuevo, al igual que ocurrecon el miedo, la cuestión de «tener siempre que demostrar loque vales» se convierte en tu forma habitual de vivir. Nisiquiera reconoces que está dirigiéndote. Te tienes a ti mismopor alguien que desarrolla al máximo su potencial, quesiempre obtiene excelentes resultados, que es avezado yresuelto, y todos estos rasgos están bien. La única pregunta es:¿por qué? ¿Cuál es el motor fundamental que guía todo esto?Para la gente que actúa movida por la necesidad dedemostrar su valía no hay cantidad de dinero que pueda aliviarel dolor de esa herida interna que hace que todo y todos losque hay en su vida «no basten». Ninguna cantidad de dinero—ni ninguna otra cosa, en realidad— será jamás suficientepara las personas que sienten que no valen lo suficiente.Como ves, siempre se trata de ti mismo. Recuerda: tumundo exterior es en todo momento un reflejo de tu mundointerior. Si crees que no eres suficiente, aceptarás esa creenciay harás que en tu vida nunca haya suficiente. Sin embargo, sicrees que eres mucho, validarás esa creencia y crearás muchaabundancia. ¿Por qué? Porque el «mucho» será tu raíz, quedespués se convertirá en tu modo natural de ser.Desvinculando tu motivación para tener dinero de la ira, elmiedo y la necesidad de demostrar lo que vales, podrás instalarnuevos vínculos, que te harán ganar dinero a través de laintencionalidad, la contribución, y la alegría. De ese modo,nunca tendrás que deshacerte de tu dinero para ser feliz.Ser rebelde o la antítesis de tus padres no siempre es unproblema. Al contrario, si eras rebelde (como sucede amenudo con los hijos nacidos en segundo lugar) y tusprogenitores tenían malos hábitos de dinero, probablementesea bueno que seas su antítesis. Por otro lado, si prosperaron ytú estás rebelándote contra ellos, podrías sufrir seriasdificultades económicas.Sea como fuere, lo importante es reconocer cómo estárelacionado tu modo de ser con uno o ambos de tusprogenitores en lo referente al dinero.Pasos para el cambio: modelos de referencia.CONCIENCIA: Considera las formas de ser y los hábitos que tupadre y tu madre tenían con relación al dinero y la riqueza.Escribe de qué modo puedes ser idéntico u opuesto acualquiera de ellos.COMPRENSIÓN: Escribe el efecto que han tenido esos modelosde referencia en tu vida financiera.DISOCIACIÓN: ¿Ves que este modo de ser es solo algo queaprendiste y que no eres tú? ¿Te das cuenta de que en elmomento presente tienes la opción de ser distinto?DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Lo que tomé como modelo en torno al dinero era la formade actuar de ellos. Ahora yo decido la mía».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».La tercera influencia: incidentes concretosEl tercer condicionamiento principal son incidentes concretos:¿qué experimentaste cuando eras joven en torno al dinero, lariqueza y los ricos? Estas experiencias son extremadamenteimportantes, puesto que dan forma a las creencias —o, másbien, a las ilusiones— a las que ahora te atienes en tu vida.Voy a darte un ejemplo. Al Seminario Intensivo MenteMillonaria asistió una mujer que era enfermera quirúrgica.Josey tenía unos ingresos excelentes, pero, de algún modo,siempre se gastaba todo el dinero. Al hurgar un poco más, nosreveló que cuando tenía once años se encontraba un día en unrestaurante chino con sus padres y su hermana. Mamá y papáestaban discutiendo: otra amarga discusión sobre el dinero. Supadre se puso en pie gritando y dio un puñetazo sobre la mesa.Josey recuerda que se puso rojo; después, azul, y finalmentecayó al suelo. Era un infarto. Ella estaba en el equipo denatación de la escuela y le habían enseñado a hacerreanimación cardiopulmonar, por lo que se puso rápidamente aello, pero fue en vano. Su padre murió en sus brazos.Y así, a partir de aquel día, la mente de Josey vinculódinero con dolor. No es de extrañar, pues, que siendo adulta sedeshiciese inconscientemente de todo su dinero en un esfuerzopor eliminar su dolor. También resulta interesante observar quese hizo enfermera. ¿Por qué? ¿Es posible que aún estuviesetratando de salvar a su padre?En el curso ayudamos a Josey a identificar su viejo patróndel dinero y a corregirlo. Hoy está en camino de convertirse enuna persona económicamente libre. Además, ya no esenfermera. No es que no disfrutase con su trabajo, sinosimplemente que desempeñaba esa profesión por el motivoequivocado. Ahora es planificadora financiera: sigue ayudandoa la gente, pero esta vez les hace comprender de qué modo suprogramación pasada dirige cada aspecto de su vidaeconómica.Déjame ponerte otro ejemplo de un incidente concreto, unoque me resulta más próximo. Cuandomi esposa tenía ochoaños y oía el sonido de las campanillas del camión de loshelados bajando por la calle, corría hacia su madre y le pedíauna moneda de veinticinco centavos. Su madre contestaba:«Lo siento, cariño, yo no tengo dinero. Ve a pedírselo a papá.Es papá el que tiene todo el dinero». Entonces mi esposa iba apedírselo a su padre. Este le daba la moneda, ella iba acomprarse el helado de cucurucho y tan campante.Una semana tras otra se repetía el mismo suceso. Así pues,¿qué aprendió mi esposa sobre el dinero?En primer lugar, que son los hombres los que tienen todoel dinero. De modo que, una vez que estuvimos casados, ¿quécrees que esperaba de mí? Exacto: dinero. Y ¿sabes qué?, ¡yano pedía monedas de veinticinco centavos! En cierto modo, sehabía licenciado.En segundo lugar, aprendió que las mujeres no tienendinero. Si su madre (la deidad) no lo tenía, era obvio que así escomo debería ser ella. Y para validar ese modo de ser sedeshacía de forma inconsciente de todo su dinero. Además, lohacía con absoluta precisión: si le dabas 100 dólares se gastaba100 dólares; si le dabas 200, se gastaba 200; si le dabas 500, segastaba 500, y si le dabas 1000, se gastaba los 1000. Luego seapuntó a uno de mis cursos y aprendió todo acerca del arte del«apalancamiento» financiero. Entonces le di 2000 dólares, ¡yse gastó 10 000! Traté de explicarle: «No, cariño,“apalancamiento” significa que somos nosotros los que sesupone que debemos obtener los 10 000 dólares, no gastarlos».Indudablemente había algo que no estaba asimilando.Lo único por lo que llegamos a pelearnos fue por el dinero.Casi nos costó nuestro matrimonio. Lo que en aquel momentono sabíamos era que los significados que cada uno de nosotrosatribuía al dinero eran radicalmente distintos: para mi esposasignificaba placer inmediato (como cuando disfrutaba de suhelado); yo, por otro lado, crecí con la creencia de que eldinero era para acumularlo como un medio de crear libertad.En lo que a mí se refería, siempre que mi esposa gastabadinero no estaba gastando dinero, sino nuestra futura libertad.Por su parte, ella sentía que cada vez que yo la contenía paraque no derrochase estaba quitándole el placer de su vida.Menos mal que aprendimos a corregir cada uno nuestrospatrones de dinero y, lo que es más importante, a crear untercer patrón del dinero pensado específicamente para nuestrarelación.Todo esto ¿funciona? Permíteme expresarlo de este modo;yo he presenciado tres milagros en mi vida:1. El nacimiento de mi hija.2. El nacimiento de mi hijo.3. Mi esposa y yo ¡sin discutir ya más por el dinero!Las estadísticas demuestran que la causa número uno detodas las rupturas de relaciones es el dinero. La razón másgrande que hay detrás de las peleas que tiene la gente por eldinero no es el dinero en sí, sino la disparidad de sus«patrones». No importa el dinero que tengas o dejes de tener:si tu patrón no concuerda con el de la persona con quien estásrelacionándote, tendrás un reto mayúsculo. Esto vale tantopara parejas casadas o que están saliendo como para relacionesfamiliares e incluso socios. La clave es comprender que estástratando con patrones, no con dinero. Una vez que reconocesel patrón del dinero de la persona, puedes relacionarte con tupareja o con tu socio de un modo que funcione para ambos.Puedes comenzar por adquirir conciencia de que los archivosde dinero de tu pareja o de tu socio probablemente no sean losmismos que los tuyos. En lugar de enfadarte, opta porentenderlo. Haz todo lo que puedas para averiguar qué esimportante para tu pareja o tu socio en el ámbito monetario eidentifica sus motivaciones y sus temores: de este modo,estarás tratando con las raíces en lugar de con los frutos ytendrás muchas más probabilidades de hacer que funcione. Sino, ¡ni de broma!Una de las cosas más importantes que aprenderás, en elcaso de que decidieses asistir al Seminario Intensivo MenteMillonaria, es a reconocer el patrón del dinero de tu pareja osocio, así como a crear uno totalmente nuevo entre ambos queos ayude como pareja o socios a obtener lo que realmentequeréis. Es verdaderamente una bendición poder hacer esto, yaque alivia una de las mayores causas de dolor para la mayoríade la gente.Relato recibido de Deborah ChamitoffDe: Deborah ChamitoffPara: T. Harv EkerAsunto: ¡Económicamente libre!Harv:Actualmente, dispongo de dieciocho fuentes deingresos pasivos y ya no necesito ningún «empleo».Sí, soy rica, pero lo más importante es que ¡es mivida la que está enriquecida y llena de alegría yabundancia! Pero no siempre ha sido así.Antes el dinero era una carga para mí. Confié enextraños para que llevasen mis asuntos económicossimplemente para no tener que tratar yo con ellos.Lo perdí casi todo durante el último descalabrobursátil, y ni siquiera me di cuenta hasta que fuedemasiado tarde.Y lo que es más importante, me perdí el respeto a mímisma. Paralizada por el miedo, la vergüenza y ladesesperanza, me aparté de todos y de todo cuantome rodeaba. No dejé de castigarme continuamentehasta que me llevaron a rastras al MenteMillonaria.Durante aquel fin de semana transformador,reclamé mi poder y decidí tomar el control de mipropio destino económico. Abracé las Declaracionesde Riqueza y me perdoné por los errores pasados,creyendo verdaderamente que merecía ser rica.Y ahora, de hecho, ¡me lo estoy pasando muy bienadministrando mi propio dinero! Soyeconómicamente libre y sé que siempre lo seré¡porque tengo una Mente Millonaria!Gracias, Harv…, gracias.Pasos para el cambio: incidentes concretos.El siguiente es un ejercicio que puedes hacer con tu parejao socio. Sentaos y hablad del historial que cada uno devosotros aporta a vuestros pensamientos relativos al dinero: loque oíais cuando erais jóvenes, los modelos de referencia quehabía en vuestra familia y cualquier incidente emocional quehubiese tenido lugar. Asimismo, averiguad qué significarealmente el dinero para vuestra pareja o para vuestro socio:¿es placer, libertad, seguridad, posición social…? Eso os seráde ayuda a la hora de identificar mutuamente vuestro patrónactual del dinero y puede contribuir a que descubráis por quépodríais estar discrepando en este terreno.A continuación, hablad de lo que queréis actualmente, nocomo individuos, sino como pareja o como socios. Decidid yponeos de acuerdo sobre vuestros objetivos y actitudesgenerales con relación al dinero y al éxito. Después cread unalista de estas actitudes y acciones de acuerdo con las cualescoincidís ambos en que hay que vivir, y escribidlas. Colgadlasen la pared, y si en algún momento surge un problema, contacto, con mucho tacto, recordaos el uno al otro lo quedecidisteis juntos cuando ambos erais objetivos, teníais lasemociones «aparcadas» y estabais fuera de dominio devuestros viejos patrones del dinero.CONCIENCIA: Toma en consideración un incidente emocionalconcreto que experimentases en torno al dinero cuando erasjoven.COMPRENSIÓN: Escribe cómo puede haber afectado esteincidente a tu vida económica actual.DISOCIACIÓN: ¿Ves que este modo de ser es solo algo queaprendiste y que no eres tú? ¿Te das cuenta de que en elmomento presente tienes la opción de ser distinto?DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Libero mis experiencias con el dinero no productivas delpasado, y creo un futuro nuevo y rico».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».¿Para qué está programado tu patróndel dinero?Ahora es el momento de responder a la pregunta del «millónde dólares»: ¿cuál es tu patrón actual del dinero y el éxito, yhacia qué resultados está llevándote subconscientemente?¿Estás programado para el éxito, la mediocridad o el fracasoeconómico? ¿Estás programado para los apuros o para laholgura, en lo que respecta al dinero? ¿Estás preparado paratrabajar muy duro por tu dinero o para hacerlo de una formaequilibrada?¿Estás condicionado para tener ingresos constantesoesporádicos? Ya sabes: «Primero tienes; después, no; despuéstienes; después, no». Siempre da la sensación de que losmotivos de estas drásticas fluctuaciones proceden de unmundo exterior. Por ejemplo: «Yo tenía un empleo muy bienpagado, pero entonces la empresa quebró. Luego inicié mipropio negocio y las cosas iban viento en popa, pero elmercado se agotó. Mi siguiente negocio estaba yendo demaravilla, pero entonces mi socio lo dejó, etc.». No te dejesengañar: es tu patrón el que está actuando.¿Estás programado para tener unos ingresos elevados,moderados o bajos? ¿Sabías que hay cantidades para las quemuchos de nosotros estamos programados? ¿Estás programadopara ganar entre 20 000 y 30 000 dólares al año?, ¿entre40 000 y 60 000?, ¿entre 75 000 y 100 000?, ¿entre 150 000 y200 000?, ¿250 000 dólares al año o más?Hace unos años, durante uno de mis seminariosvespertinos de dos horas, tuve entre el auditorio a un señorinusualmente bien vestido. Cuando el seminario huboterminado, se me acercó y me preguntó si yo pensaba que elcurso Mente Millonaria de tres días podría hacer algo por él,teniendo en cuenta que ya estaba ganando 500 000 dólares alaño. Le pregunté cuánto tiempo llevaba ganando ese dineral.Me respondió: «De forma constante, ahora hará unos sieteaños».Eso era todo cuanto necesitaba oír. Le pregunté por qué noestaba ganando 2 000 000 de dólares al año. Le dije que elprograma era para gente que quiere alcanzar su plenopotencial económico y le pedí que considerase por qué sehallaba «estancado» en los 500 000. Decidió venir alprograma.Un año después recibí un correo electrónico de él quedecía: «El programa fue increíble, pero cometí un error: soloprogramé mi patrón del dinero para ganar los dos millones dedólares al año, tal como hablamos. Ya estoy ahí, así que voy aasistir de nuevo al curso para reprogramarlo a fin de ganar diezmillones al año».Lo que pretendo hacerte ver es que las cantidades noimportan: lo que importa es si estás alcanzando o no tu plenopotencial económico. Sé que muchos de vosotros podríaisestar preguntándoos: «¿Y por qué demonios necesitaríaalguien ese disparate de dinero?». En primer lugar, esapregunta no contribuye demasiado a tu riqueza y es unindicador seguro de que querrás corregir tu patrón del dinero.En segundo lugar, la principal razón por la que este señorquería ganar inmensas cantidades de dinero era para sustentarsu obra como enorme donante de una sociedad benéfica queayuda a víctimas del sida en África. ¡Para seguir creyendo quela gente rica es siempre egoísta y avariciosa!Sigamos: ¿estás programado para ahorrar dinero o paragastarlo? ¿Estás programado para administrar bien tu dinero opara administrarlo mal?¿Estás programado para escoger inversiones ganadoras odesastres? Tú podrías preguntarte: «¿Cómo es posible que elhecho de que gane o pierda dinero en el mercado bursátil o enla propiedad inmobiliaria forme parte de mi patrón deldinero?». Muy sencillo: ¿quién escoge las acciones o lapropiedad? Tú. ¿Quién escoge cuándo comprarlas? Tú. ¿Quiénescoge cuándo venderlas? Tú. Imagino que algo tendrás tú quever con el resultado.Tengo un conocido en San Diego llamado Larry. Larry esun imán para el dinero. Definitivamente, posee un patrón deingresos elevados. Pero en lo relativo a invertirlo, parece quetiene el beso de la muerte. Cualquier cosa que compre cae enpicado como una piedra (¿Os creeríais que su padre teníaexactamente el mismo problema?). Mantengo un estrechocontacto con Larry, así que puedo pedirle consejo para invertir.Siempre es perfecto… ¡perfectamente equivocado! Sea lo quesea lo que me sugiera, yo tomo el camino contrario. ¡Meencanta Larry!Por otro lado, fíjate en que hay otras personas que parecenser, como comenté antes, como el rey Midas: todo aquello que«tocan» se convierte en oro. Tanto el síndrome del rey Midascomo el del beso de la muerte no son otra cosa que lasmanifestaciones de patrones del dinero.Tu patrón del dinero determinará tu economía, e incluso tuvida personal. Si eres una mujer cuyo patrón del dinero estáprogramado para poco, lo más probable es que atraigas a unhombre que también esté programado para poco y así puedaspermanecer en tu «zona de comodidad» financiera y validar tupatrón. Si eres un hombre que está programado para poco, lomás probable es que atraigas a una mujer que gaste mucho yse deshaga de todo tu dinero, de modo que tú puedas quedarteen tu «zona de comodidad» financiera y validar también tupatrón.La mayoría de personas creen que el éxito de sus negociosdepende principalmente de sus aptitudes y conocimientosempresariales o, al menos, de su don de la oportunidad en elmercado. Lamento ser yo quien te lo diga, pero eso sontonterías: ¡ni en broma!Lo bien o mal que te vayan en los negocios es unaconsecuencia de tu patrón del dinero. Siempre validarás tupatrón. Si lo tienes programado para ganar 100 000 dólares alaño, así es exactamente como te irán los negocios, te irán losuficientemente bien para obtener esa cantidad.Imagínate que eres representante o te dedicas a la venta ytienes el patrón programado para ganar 50 000 dólares al año.Resulta que haces una venta enorme que te hace ganar 90 000.Pues lamento decirte que, o bien se cancelará la venta poralgún motivo imprevisible, o de lo contrario prepárate paraque a continuación te venga un año horrible, con muchosgastos extraordinarios, a fin de compensar la gananciaadicional y llevarte así de vuelta al nivel de tu patrónfinanciero.Por otro lado, si estás programado para ganar 50 000dólares y llevas un par de años pasando por una aguda crisiseconómica, no te preocupes: lo recuperarás todo. Tienes quehacerlo, es la ley subconsciente de la mente y el dinero.Alguien que se encontrase en esta situación probablementecruzaría la calle, sería atropellado por un autobús ¡y acabaríaexactamente con 50 000 dólares del seguro! Es simple: de unmodo o de otro, si estás programado para los 50 000 dólares alaño, eso es lo que acabarás obteniendo.Entonces, ¿cómo puedes saber para qué está programadotu patrón del dinero? Una de las formas más obvias es mirartus resultados. Mira tu cuenta bancaria. Mira tus ingresos.Mira tú fortuna neta. Mira tú éxito con las inversiones. Mira túéxito en los negocios. Mira si eres gastador o ahorrador. Mirasi administras bien el dinero. Mira lo constante o inconstanteque eres. Mira lo duro que trabajas por tu dinero. Examinaaquellas de tus relaciones en las que haya dinero de por medio.El dinero ¿supone siempre una lucha conseguirlo o te llegafácilmente? ¿Posees un negocio o tienes un empleo? ¿Tequedas estancado con un solo negocio o empleo durantemucho tiempo o vas saltando de uno a otro?Tu patrón es como un termostato: si la temperatura de lahabitación está a veintidós grados, todo apunta a que eltermostato esté programado para veintidós grados. Pero ahoraes cuando se pone interesante: ¿es posible que, por estar laventana abierta y hacer frío fuera, la temperatura de lahabitación pueda descender a dieciocho grados? Por supuesto,pero ¿qué acabará ocurriendo? Que el termostato se dispararáy elevará de nuevo la temperatura a veintidós.Asimismo, ¿es posible que, por estar la ventana abierta yfuera haga calor, la temperatura de la habitación pueda subir aveinticinco grados? Claro que podría, pero ¿qué acabaráocurriendo? Que el termostato se disparará y volverá a bajar latemperatura a veintidós.El único modo de cambiar de forma permanente latemperatura de la habitación es programar de nuevo eltermostato. De la misma manera, el único modo de cambiar tunivel de prosperidad económica «de forma permanente» esreprogramar de nuevo tu termostato económico, tambiénconocido como tu patrón del dinero.PRINCIPIO DERIQUEZA:El único modo decambiar de formapermanente latemperatura de lahabitación es programarde nuevo tu termostato.De la misma manera, elúnico modo de cambiartu nivel de prosperidadeconómica «de formapermanente» esreprogramar de nuevo tutermostato económico.Puedes probar cualquier otra cosa y todo lo que quieras.Puedes desarrollar tus conocimientos empresariales, enmercadotecnia, en ventas, en negociaciones y enadministración. Puedes convertirte en un experto eninmobiliaria o en el mercado bursátil. Todo ello son«herramientas» formidables. Pero, al final, sin una «caja deherramientas» interior lo bastante grande y lo bastante fuertepara que puedas crear y mantenerte en grandes sumas dedinero, todas las herramientas del mundo te resultarán inútiles.Una vez más, es cuestión de simple aritmética: «Tusingresos pueden crecer únicamente hasta donde lo hagas tú».Por suerte o por desgracia, tu patrón personal del dinero ydel éxito tenderá a permanecer contigo el resto de tu vida… amenos que lo identifiques y lo cambies. Y eso es exactamentelo que continué haciendo en la segunda parte de este libro.Recuerda que el primer elemento de todo cambio es laconciencia: obsérvate a ti mismo, sé consciente, observa tuspensamientos, tus miedos, tus creencias, tus hábitos, tusacciones e incluso tus inacciones. Ponte bajo un microscopio.Estúdiate.La mayoría de nosotros creemos que vivimos nuestra vidasobre la base de lo que vamos eligiendo. ¡Generalmente, no esasí! Aun cuando estemos muy iluminados, durante un díanormal haremos solo unas pocas elecciones que sean el reflejode la conciencia que tenemos de nosotros mismos en elmomento actual. En general somos como robots, vamos «conel automático» puesto, y estamos regidos por nuestrocondicionamiento pasado y nuestros viejos hábitos. Ahí esdonde entra la conciencia. Ser consciente es observar tuspensamientos y tus acciones de modo que en el momentoactual puedas vivir eligiendo verdaderamente, en lugar de quete dirijan programaciones del pasado.PRINCIPIO DERIQUEZA:Ser consciente esobservar tuspensamientos y tusacciones de modo que enel momento actualpuedas vivir eligiendoverdaderamente, enlugar de ser dirigido porprogramaciones delpasado.Siendo conscientes podemos vivir basándonos en quienessomos hoy en lugar de hacerlo según quienes éramos ayer. Deeste modo, seremos capaces de responder de forma adecuada alas situaciones, aprovechando todo el abanico y todo elpotencial de nuestras aptitudes y talentos, en lugar dereaccionar de forma inadecuada a los acontecimientos,arrastrados por los miedos y las inseguridades del pasado.Una vez que eres consciente puede ver tu programacióncomo lo que es: simplemente, una grabación de informaciónque recibiste y creíste en el pasado, en un momento en queeras demasiado joven para poder discernir. Te das cuenta deque ese condicionamiento no es quien tú eres, sino quienaprendiste a ser. Ves que tú no eres la «grabación», sino la«grabadora». No eres el «contenido» del vaso, sino el «vaso»mismo. No eres el software, sino el hardware.Ciertamente, la genética puede desempeñar un papel, ytambién los aspectos espirituales pueden entran en juego, perogran parte de lo que da forma a quien tú eres procede decreencias e información de otras personas. Tal como sugeríaantes, las creencias no son necesariamente verdaderas o falsasni correctas o incorrectas, sino que, con independencia de suvalidez, son opiniones que han sido transmitidas una y otravez, de generación en generación, hasta llegar a ti. Sabiendoesto, puedes optar conscientemente por liberarte de cualquiercreencia o forma de ser que no contribuya a tu riqueza ysustituirla por una que sí lo haga. En nuestros cursosenseñamos que «no hay ningún pensamiento que viva en tucabeza sin pagar el alquiler»: cada pensamiento que tengasserá o bien una inversión o un coste. O bien te llevará hacia lafelicidad y la prosperidad o te alejará de ellas. O bien teinfundirá poder o te lo quitará. Por eso, es imprescindible queelijas sabiamente tus pensamientos y tus creencias.Ten presente que tus pensamientos y tus creencias no sonquien tú eres, y que no se hallan necesariamente adscritos a ti.Por muy valiosos que creas que son, no tienen mayorimportancia y mayor significado que los que tú les das. Nadatiene significado excepto el que se le da.¿Recuerdas que al principio de este libro te sugería que nocreyeses ni una palabra de lo que te diga? Bien, si de verasquieres despegar en tu vida, no creas una palabra de lo que túdigas. Y si quieres iluminación instantánea, no te creas ni unpensamiento de los que tengas.Mientras tanto, si eres como la mayoría de la gente y vas acreerte algo, más vale que adoptes creencias que te ayuden,creencias ricas. Recuerda: los pensamientos llevan asentimientos, estos llevan a acciones y estas a resultados.Puedes optar por pensar y actuar como lo hace la gente rica y,por lo tanto, crear los resultados que crean los ricos.La pregunta es: «¿Cómo piensa y actúa la gente rica?».Eso es exactamente lo que descubrirás en la segunda parte deeste libro.Si quieres cambiar tu vida económica para siempre, ¡sigueleyendo!DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Observo mis pensamientos y tomo únicamente enconsideración aquellos que me infundan poder».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».Relato recibido de Rhonda y Bob BainesDe: Rhonda y Bob BainesPara: T. Harv EkerAsunto: ¡Nos sentimos libres!Fuimos al Mente Millonaria Intensivo sin saberrealmente lo que podíamos esperar. Quedamos muyimpresionados con los resultados. Antes de asistir alseminario estábamos teniendo muchos problemas dedinero. Parecía que nunca progresábamos.Continuamente estábamos endeudados y nosabíamos por qué. Liquidábamos los gastos denuestras tarjetas de crédito (por lo general, con eldinero de una bonificación grande obtenida en eltrabajo) solo para volver a endeudarnos al cabo deseis meses.No importaba cuánto dinero ganásemos. Estábamosmuy frustrados y discutíamos mucho.Entonces asistimos al Mente Millonaria. Mientras teescuchábamos, mi marido y yo no dejábamos deapretarnos mutuamente la pierna y de sonreír ymirarnos. Oímos una gran cantidad de informaciónque nos hacía decir: «No me extraña», «Ah, es poreso», «Ahora todo tiene sentido». Estábamos muyemocionados.Aprendimos lo distinto que pensábamos él y yo en loreferente al dinero; él gastaba y yo ahorraba: ¡quéhorrible combinación! Después de oír lainformación, dejamos de culparnos uno al otro,empezamos a comprendernos mutuamente y, a lalarga, comenzamos a apreciarnos y amarnos más.Ha pasado casi un año y seguimos sin discutir por eldinero: solo hablamos de lo que aprendimos. Ya noestamos endeudados; de hecho, tenemos dineroahorrado, por primera vez en dieciséis años: ¡sí!Ahora no solo tenemos dinero para nuestro futuro,sino que también tenemos el suficiente para nuestrosgastos normales de cada día, para juegos,educación, ahorros a largo plazo para una casa, eincluso para compartir y dar. Es una sensaciónmaravillosa saber que podemos emplear dinero enesas áreas y no sentirnos culpables por haberlodestinado y dedicado a esos fines.Nos sentimos libres.Muchas gracias, Harv.ESEGUNDA PARTELos archivos de riquezaDiecisiete formas de pensar y actuar de la gente rica,distintas de las de gente pobre y de clase median la primera parte de este libro hablé del Proceso deManifestación. Recuerda que los pensamientos llevan asentimientos; estos, a acciones, y estas, a resultados. Todocomienza con tus pensamientos, que son producidos por tumente. ¿No es sorprendente que nuestra mente constituya enbuena medida la base de nuestra vida y, sin embargo, lamayoría de nosotros no tengamos ni la más mínima idea decómo funciona este poderoso aparato? Así pues, empecemospor echar un sencillo vistazo a cómo funciona tu mente. Deforma metafórica, no es más que un gran armario archivador,semejante a los que puedes encontrar en tu oficina o tu casa.Toda la información que entra es etiquetada y archivada encarpetas de modo que resulte fácilde recuperar para ayudarte asobrevivir. ¿Te has dado cuenta? No he dicho prosperar, hedicho sobrevivir.Ante cualquier situación nueva a la que tengas queenfrentarte, acudirás a los archivos de tu mente paradeterminar cómo actuar. Pongamos un ejemplo que estásconsiderando una oportunidad económica: automáticamentevas a tu archivo etiquetado como dinero y desde allí decidesqué hacer. Los únicos pensamientos que puedes tener acercadel dinero serán los que estén guardados en tu archivo dedinero. Eso es todo en lo que puedes pensar, ya que eso estodo lo que hay en tu mente bajo esa categoría.Decides basándote en lo que crees que es lógico, sensato yapropiado para ti en cada momento. Optas por la que piensasque es la elección correcta. El problema, sin embargo, es quetal vez tu elección correcta no sea una elección exitosa. Dehecho, lo que para ti resulta perfectamente lógico puedeproducir resultados perfectamente nefastos.Por ejemplo, supongamos que mi esposa está en un centrocomercial. Es algo que no me resulta demasiado difícil deimaginar. Y resulta que ve un bolso verde. Está rebajado conun 25% de descuento. Inmediatamente, se dirige a sus archivosmentales con la pregunta: «¿Debería comprarme este bolso?».En una fracción de segundo, los archivos de su mente vuelvencon la respuesta: «Has estado buscando un bolso verde que tevaya con aquellos zapatos verdes que te compraste la semanapasada. Además, es exactamente el tamaño adecuado.¡Cómpratelo!». Mientras se dirige a la caja para pagar, sumente no solo está feliz por haber adquirido ese bonito bolso,sino también henchida de orgullo por haber ahorrado un 25%.Para su mente, esta compra tiene perfecto sentido: loquiere, cree que lo necesita y es «toda una ganga». Sinembargo, en ningún momento acudió a su mente elpensamiento: «Cierto, es un bolso bien bonito, y es toda unaganga, pero ahora mismo tengo una deuda de 3000 dólares, asíque será mejor que me abstenga».No se le ocurrió esa información porque no hay ningúnarchivo en su cabeza que la contenga. El archivo de «cuandoestés endeudada no compres más» nunca fue instalado en sucerebro y no existe, lo cual significa que no podrá elegir esaopción.¿Captas lo que quiero decir? Si en tu armario tienes soloarchivos que no contribuyen al éxito económico, esas serán lasúnicas elecciones que podrás realizar. Para ti serán naturales,automáticas y tendrán perfecto sentido. Pero al final seguiránproduciendo fracaso o —en el mejor de los casos—mediocridad financiera. A la inversa, si tienes archivosmentales que contribuyan a la prosperidad económica, tomarásde manera natural y automática decisiones que produzcanprosperidad. No tendrás que pensarlo. Tu forma normal depensar derivará en prosperidad, algo así como Donald Trump:su forma normal de pensar produce riqueza.En lo referente al dinero, ¿no sería increíble que pudiesespensar intrínsecamente del mismo modo que lo hacen losricos? ¡Cómo espero que hayas dicho «por supuesto» o algoequivalente!Bueno, ¡pues sí puedes!Tal como decía antes, el primer paso hacia cualquiercambio es la conciencia. El primer paso para pensar del modoen que lo hace la gente rica es saber cómo piensa la gente rica.Los ricos piensan de forma muy distinta a los pobres o acomo lo hace la gente de clase media. Piensan de maneradiferente acerca del dinero, de la riqueza, de sí mismos, de losdemás, y podemos decir perfectamente que de cualquier otroaspecto de la vida. En esta segunda parte del libro, vamos aexaminar algunas de estas diferencias y, como parte de turecondicionamiento o reorientación mental, vamos a instalaren tu mente diecisiete «archivos de riqueza» alternativos. Conarchivos nuevos vienen nuevas opciones. Entonces podráspillarte a ti mismo cuando estés pensando como la gente pobreo de clase media y serás capaz de cambiar conscientemente tuenfoque a como piensan lo ricos. Recuerda: puedes decidiradoptar las actitudes que contribuirán a tu felicidad y a tuprosperidad en lugar de caer en actitudes que no ayudan a ello.PRINCIPIO DERIQUEZA:Puedes adoptar lasactitudes quecontribuirán a tufelicidad y a tuprosperidad en lugar decaer en actitudes que noayudan a ello.Para empezar, algunas advertencias: en primer lugar, deningún modo, forma o manera pretendo degradar a la gentepobre ni quiero dar la impresión de que no me compadezco desu situación. No es que crea que las personas ricas son mejoresque las pobres. Simplemente, son más ricos. Al mismo tiempo,quiero asegurarme de que captas el mensaje, de modo que voya hacer las distinciones entre ricos y pobres lo más extremasposible.En segundo lugar, cuando hablo de gente rica, pobre y declase media, a lo que estoy refiriéndome es a su mentalidad, alo distinto que piensan y actúan, más que a la cantidad dedinero que posean o al valor que tengan para la sociedad.En tercer lugar, estaré generalizando «cantidad»: entiendoque no todos los ricos ni todos los pobres son como yo losestoy describiendo. De nuevo, mi objetivo es asegurarme deque captas de qué trata cada principio y que lo utilicesadecuadamente.En cuarto lugar, en general, no siempre estaré refiriéndomea la clase media de forma específica, puesto que la gente declase media posee comúnmente una mezcla de mentalidad ricay pobre. De nuevo, mi intención es que tomes conciencia dedónde encajas en la escala y pienses más como los ricos, siquieres crear más riqueza.En quinto lugar, puede dar la impresión de que varios delos principios que se exponen en esta sección tratan más dehábitos y acciones que de modos de pensar. Recuerda: nuestrasacciones proceden de nuestros sentimientos, que se derivan asu vez de nuestros pensamientos. Por consiguiente, todaacción «rica» está precedida por una forma de pensar «rica».Finalmente, voy a pedirte que te predispongas ¡a dejar dehacer lo correcto! Lo que quiero decir con esto es que tepredispongas a dejar de tener que hacerlo «a tu manera». ¿Porqué? Porque «tu manera» te ha traído exactamente lo quetienes en este momento. Si quieres más de lo mismo siguehaciéndolo a tu manera. Sin embargo, si aún no eres rico, talvez ya sea hora de que vayas considerando una maneradistinta, especialmente una que proceda de alguien que searico y que haya encaminado hacia la riqueza también a otrosmiles de personas. De ti depende.Los conceptos que estás a punto de aprender son sencillospero profundos. Producen cambios reales para personas realesen el mundo real. ¿Cómo lo sé? En mi empresa, PeakPotentials Training, recibimos cada año miles de cartas ycorreos electrónicos contándonos cómo ha transformado cadauno de los archivos de riqueza la vida de la gente. Si losaprendes y los utilizas, tengo la confianza de que tambiéntransformarán tu vida.Al final de cada sección encontrarás una declaración y unmovimiento físico con el cual «anclarla» en tu cuerpo.Encontrarás también acciones que al emprenderlas teayudarán a adoptar ese archivo de riqueza. Es imprescindibleque lleves a la acción cada uno de los archivos en tu vida lomás rápidamente posible para que los conocimientos puedanpasar a un nivel físico, celular, y crear cambios duraderos ypermanentes.La mayoría de la gente comprende que somos criaturas dehábito, pero de lo que no se da cuenta es de que, en realidad,existen dos clases de hábitos: el hábito de hacer y el hábito deno hacer. Para todo cuanto no estés haciendo ahora mismo teencuentras en el hábito de no hacer. El único modo de cambiareste hábito de no hacer por el hábito de hacer es hacerlo. Leerte ayudará, pero cuando pasas de leer al hacer es un mundo porcompleto distinto. Si vas verdaderamente en serio con respectoa la prosperidad, pruébalo, y realiza las acciones sugeridas.Archivo de riqueza n.º 1La gente rica piensa: «Yo creo mi vida».La gente pobre piensa: «La vida es algo que mesucede».Si quieres crear riqueza, es imprescindible que tengas lacreencia de que tú estás alvolante de tu vida, especialmente detu vida financiera. Si no crees esto, entonces debes creerintrínsecamente que tienes poco o ningún control sobre tu viday, por lo tanto, que tienes poco o ningún control sobre tuprosperidad económica. Esa no es una actitud de ricos.¿Te has fijado alguna vez en que habitualmente es la gentepobre la que se gasta una fortuna jugando a la lotería? Creende verdad que la riqueza les va a llegar de alguien que saquesu nombre de un sombrero. Se pasan el sábado por la nochepegados al televisor, mirando nerviosos el sorteo, para ver si lariqueza va a «aterrizar» en ellos esta semana.Claro, todo el mundo quiere ganar la lotería, e incluso lagente rica juega por diversión de vez en cuando. Pero, enprimer lugar, no se gastan la mitad de su sueldo en las apuestaso billetes de lotería y, en segundo lugar, ganar la lotería noconstituye su principal «estrategia» para crear riqueza.Tienes que pensar que eres tú quien crea tu prosperidad,que eres tú quien crea tu mediocridad y que eres tú el que estácreando tus apuros en torno al dinero y el éxito. Consciente oinconscientemente, sigues siendo tú.En lugar de aceptar ser responsables de lo que estásucediendo en su vida, la gente pobre elige el papel de víctima.El pensamiento predominante de una víctima es a menudo elde «pobre de mí». Así que, ¡voilá!, en virtud de la ley deintención, eso es literalmente lo que consiguen las víctimas:consiguen ser «pobres».Fíjate en que he dicho que hacen el papel de víctimas. Nohe dicho que lo sean. Yo no creo que nadie sea una víctima,sino que la gente se hace la víctima porque cree que le aportaalgo. Enseguida comentaré esto más detalladamente.Dicho eso, ¿cómo puede saberse cuándo está la gentehaciéndose la víctima? Dejan tres pistas obvias.Pero antes de hablar de esas pistas, quiero que tengaspresente que entiendo totalmente que ninguno de estos modosde ser tiene nada que ver con nadie que esté leyendo este libro.Pero tal vez, solo tal vez, podrías conocer a alguien que puedaidentificarse con alguno de ellos. Y tal vez, solo tal vez,¡podrías conocer íntimamente a esa persona! En cualquiercaso, te sugiero que prestes mucha atención a esta sección.Pista n.º 1 de la víctima: la culpaCuando se trata del motivo por el cual no son ricos, la mayoríade las víctimas son profesionales del «juego de la culpa». Elobjeto de este juego es ver a cuántas personas y circunstanciaspuedes señalar con el dedo sin mirarte nunca a ti mismo. Lasvíctimas, al menos, se lo pasan bien. Por desgracia, no resultatan divertido para cualquier otra persona que tenga la malasuerte de encontrarse a su alrededor. Eso es porque aquellosque son más cercanos a las víctimas se convierten en blancosfáciles.Las víctimas culpan a la economía, culpan al gobierno,culpan al mercado bursátil, culpan a su agente, culpan a su tipode negocio, culpan a su empleador, culpan a sus empleados,culpan a su jefe, culpan a la oficina central, culpan a lapersona que tienen inmediatamente por encima o por debajode ellos, culpan a los de atención al cliente, culpan aldepartamento de transporte, culpan a su socio, culpan a sucónyuge, culpan a Dios y, por supuesto, siempre culpan a suspadres. Siempre es alguna otra persona o alguna otra cosa a laque hay que culpar. El problema es cualquier cosa o cualquierpersona excepto ellos.Pista n.º 2 de la víctima: las justificacionesSi las víctimas no están echándole la culpa a alguien, lasencontrarás a menudo justificando o racionalizando susituación con frases como: «El dinero no es realmenteimportante». Déjame hacerte una pregunta: si tú dijeses que tumarido o tu esposa, tu novio o tu novia, o tu socio o tu amigo,no son tan importantes, ¿alguno de ellos estaría mucho tiempomás junto a ti? No lo creo, ¡y tampoco el dinero!En mis seminarios en vivo siempre hay participantes quevienen a decirme: «¿Sabes, Harv?, el dinero no es realmentetan importante». Yo los miro directamente a los ojos y lesdigo: «¡Estás en la ruina! ¿Me equivoco?». Normalmentemiran al suelo y responden de forma mansa con algo como:«Bueno, ahora mismo estoy pasando por algunos apuroseconómicos, pero…». Yo los interrumpo: «No, no es soloahora mismo, es siempre; siempre has estado en la ruina ocerca de ella, ¿sí o sí?». Llegados a este punto, por lo general,asienten con la cabeza y regresan a su asiento desconsolados,listos para escuchar y aprender, puesto que finalmente se dancuenta del desastroso efecto que esta sola creencia ha causadoen su vida.Por supuesto que están en la ruina. ¿Tendrías una moto sino fuese importante para ti? Claro que no. ¿Tendrías un lorocomo mascota si no fuese importante para ti? Es obvio que no.Del mismo modo, si no piensas que el dinero es importante,sencillamente, no tendrás dinero.Puedes deslumbrar de verdad a tus amigos con la siguienteperspicacia. Imagina que en una conversación con un amigo,este te dice: «El dinero no es importante». Ponte la mano en lafrente y levanta la vista como si estuvieses recibiendo unmensaje de los cielos y luego exclama: «¡Estás sin blanca!», alo que tu escandalizado amigo, sin duda, responderá: «¿Cómolo has sabido?». Entonces extiende la palma de la mano ycontéstale: «¿Qué más quieres saber? ¡Serán cincuentadólares, por favor!».Déjame expresarlo sin rodeos: cualquiera que diga que eldinero no es importante ¡no tiene un céntimo! La gente ricacomprende la importancia del dinero y el lugar que este ocupaen nuestra sociedad. Por otra parte, la gente pobre trata devalidar su ineptitud financiera empleando comparacionesirrelevantes. Argumentarán: «Pero el dinero no es tanimportante como el amor». Bueno, esa comparación ¿no teparece bastante tonta? ¿Qué es más importante, el brazo o lapierna? Tal vez los dos lo sean.Escuchadme, amigos: el dinero es extremadamenteimportante en el área en las que funciona, y extremadamentepoco importante en las que no. Y aunque el amor pueda hacergirar el mundo, está claro que no vale para pagar el edificio deun hospital, una iglesia o una casa. Tampoco proporcionaalimento a nadie.PRINCIPIO DERIQUEZA:El dinero esextremadamenteimportante en las áreasen las que funciona, yextremadamente pocoimportante en las queno.¿No os he convencido? Probad a pagar las cuentaspendientes con amor. ¿Seguís sin estar seguros? Entonces id albanco y probad a dejar algo de amor en depósito a ver quéocurre. Os ahorraré la molestia: el cajero o la cajera os mirarácomo si acabaseis de ausentaros del manicomio sin permiso ygritará solamente una palabra: «¡Seguridad!».No hay ninguna persona rica que crea que el dinero no esimportante. Y si no he logrado persuadiros y seguís creyendode algún modo que el dinero no es importante, entonces solotengo tres palabras para vosotros: estáis sin blanca, y siemprelo estaréis hasta que erradiquéis ese archivo que no contribuyea mejorar vuestro patrón financiero.Pista n.º 3 de la víctima: las quejasQuejarte es absolutamente lo peor que podrías hacer por tusalud o tu riqueza. ¡Lo peor! ¿Por qué?Yo soy un gran creyente en la ley universal que reza:«Aquello en lo que te centras se expande». Cuando te estásquejando, ¿en qué estás centrándote, en lo que va bien en tuvida o en lo que va mal? Obviamente, te estás centrando en loque va mal, y, dado que aquello en lo que te centras seexpande, seguirás obteniendo más de lo que va mal.Muchos profesionales del desarrollo personal hablan de laLey de la Atracción. Esta afirma que «lo semejante atrae a losemejante», en el sentido de que cuando estás quejándote, loque en realidad atraes a tu vida es desgracia.PRINCIPIO DERIQUEZA:Cuando te estásquejando te conviertesen un imán viviente parala desgracia.¿Te has fijado alguna vez en que los que se quejan tienengeneralmente una vida dura? Parece que todo lo que podríairles mal, efectivamente, les va mal. Dicen: «Por supuesto queme quejo: mira qué porquería de vida tengo». Y ahoraque yalo sabes mejor, puedes explicarles: «No, precisamente esdebido a tus quejas por lo que tu vida es una porquería.Cállate… ¡y no te me acerques!».Y esto nos lleva a otro punto: debes asegurarte yreasegurarte de no ponerte en las proximidades de los que sequejan. Si te resulta absolutamente inevitable estar cerca,asegúrate de que traes un paraguas de acero ¡o la desgracia yla porquería dirigida a ellos te alcanzará a ti también!Yo permanezco lo más lejos posible de los que se quejan,porque la energía negativa es infecciosa. Hay muchísimagente, sin embargo, a la que le encanta andar con personasquejicas y escucharlas. ¿Por qué? Muy sencillo: ¡estánesperando su turno! «¿Y tú dices que eso es malo? ¡Espera aescuchar lo que me pasó a mí!».Aquí tienes unos «deberes para casa» que te prometo quecambiarán tu vida: en los próximos siete días, te desafío a noquejarte en absoluto. No solo en voz alta, sino tampocomentalmente. Pero tienes que hacerlo los siete días completos.¿Por qué? Porque durante los primeros días puede que siganllegándote «restos de porquería» procedentes de antes: pordesgracia, la porquería no viaja a la velocidad de la luz,¿sabes?, sino a la velocidad de la porquería, de modo quepodría costar un poco hacer una limpieza a fondo.He propuesto este desafío a miles de personas, y estoyanonadado de cuántas me han dicho que este sencillo ejercicio,que parece tan poca cosa, ha transformado sus vidas. Tegarantizo que quedarás pasmado de lo increíble que será tuvida cuando dejes de centrarte en la porquería —y, por ello,dejes de atraerla hacia ti—. Si eres un quejica, olvídate deatraer prosperidad por ahora; para la mayoría de la gente, ¡elsimple hecho de alcanzar un punto «neutro» supondría un grancomienzo!La culpa, la justificación y las quejas son como laspastillas: no son otra cosa que reductoras del estrés. Alivian elestrés del fracaso. Piénsalo. Si una persona no estuviesefracasando de algún modo, ¿tendría necesidad de culpar, dejustificarse o de quejarse? La respuesta obvia es que no.De ahora en adelante, en cuanto te oigas culpar, justificarteo quejarte, para y desiste de inmediato. Recuérdate que túestás creando tu vida y que en cada momento estarásatrayendo hacia ella o bien el éxito o bien la desgracia. ¡Esimprescindible que elijas sabiamente tus pensamientos y tuspalabras!Ahora ya estás preparado para oír uno de los mayoressecretos del mundo. ¿Listo? Lee esto detenidamente: ¡Noexiste ninguna víctima que sea rica! ¿Has entendido bien? Lodiré otra vez: no existe ninguna víctima rica. Además, ¿quiénla escucharía?: «Vaya, tengo un arañazo en el yate», a lo quecualquiera respondería: «¿Y a quién diablos le importa?».PRINCIPIO DERIQUEZA:¡No existe ningunavíctima que sea rica!Por otro lado, ser víctima tiene definitivamente susrecompensas. ¿Qué saca la gente de ser víctima? La respuestaes atención. ¿Es importante la atención? Puedes apostar a quesí. De una forma u otra, es por lo que casi todo el mundo vive.Y el motivo de que la gente viva por la atención es que hancometido un error fundamental. Se trata del mismo error queprácticamente todos hemos cometido: hemos confundido laatención con el amor.Créeme, es casi imposible ser verdaderamente feliz ypróspero cuando tienes unas constantes ansias de atención.Porque, si es atención lo que quieres, te hallas a merced de losdemás. Por lo general, acabas como un «complacedor de lagente» mendigando su aprobación. La búsqueda de atenciónsupone también un problema porque la gente tiende a cometerestupideces para conseguirla. Es imprescindible «disociar» laatención del amor, por numerosas razones.En primer lugar, serás más próspero; en segundo lugar,serás más feliz, y en tercer lugar, podrás hallar amor«verdadero» en tu vida. En general, cuando la gente confundeamor con atención no se aman unos a otros en el auténticosentido espiritual del término; se aman unos a otros, en buenaparte, desde el lugar de su propio ego, como en: «Me encantalo que haces por mí». Por lo tanto, la relación trata en realidadsobre el propio individuo, y no sobre la otra persona o, almenos, sobre ambos.Desvinculando el amor de la atención quedarás liberadopara amar a otra persona por quien es, y no por lo que haga porti.Pues bien, como decía, no existe ninguna víctima rica. Así,para seguir siendo víctimas, los buscadores de atención seaseguran y reaseguran de no hacerse nunca ricos.Es el momento de decidir. Puedes ser una víctima o puedesser rico, pero no ambas cosas. ¡Escúchame! Cada vez, y quierodecir cada vez, que culpas, te justificas o te quejas estásdegollándote económicamente hablando. Claro, estaría bienemplear una metáfora más simpática y agradable, peroolvídalo. Ahora mismo no me interesa ser simpático oagradable: ¡me interesa ayudarte a que veas exactamente quéestás haciéndote a ti mismo! Más adelante, una vez que tehagas rico, podemos ser más simpáticos y agradables, ¿qué teparece?Es hora de que tomes las riendas y reconozcas que tú creastodo lo que hay en tu vida y todo lo que no hay en ella. Tenpresente que tú creas tu riqueza, tu no-riqueza y todos losniveles intermedios.DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«¡Yo creo el nivel exacto de mi prosperidad económica!».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Cada vez que te sorprendas culpando, justificando oquejándote, deslízate el dedo índice de un lado a otro delcuello, como gesto desencadenante del recuerdo de quéestás degollándote financieramente hablando. Una vezmás, aun cuando este gesto puede parecer un pocogrosero para hacértelo a ti mismo, no lo es más que lo quete estás haciendo al culpar, justificarte o quejarte, y alfinal funcionará para paliar estos destructivos hábitos.2. Haz un «informe». Al final de cada día, anota una cosaque haya ido bien y una que haya ido mal. Despuésescribe la respuesta a la siguiente pregunta: «¿Cómo hecreado cada una de estas situaciones?». Si había otraspersonas implicadas, pregúntate: «¿Cuál ha sido mi partede responsabilidad al crear cada una de estassituaciones?». Este ejercicio te mantendrá comoresponsable de tu vida y te hará consciente de lasestrategias que te están funcionando y de las que no.Bonificación especial: entra enwww.millionairemindbook.com y haz clic en FREE BOOKBONUSES para recibir gratuitamente tus «recordatorios deacción» (en inglés) de la Mente Millonaria.Archivo de riqueza n.º 2La gente rica juega al juego del dinero para ganar.La gente pobre juega al juego del dinero para noperder.Los pobres juegan al juego del dinero a la defensiva en lugarde a la ofensiva. Déjame preguntarte: si tuvieses que jugar acualquier deporte o a cualquier juego estrictamente a ladefensiva, ¿cuáles son las probabilidades de que ganaras esejuego? La mayoría de la gente estaría de acuerdo: escasas onulas.Sin embargo, así es exactamente como juegan la mayoríade las personas al juego del dinero. Su principal preocupaciónes la supervivencia y la seguridad, en lugar de crear riqueza yabundancia. Así pues, ¿cuál es tu meta? ¿Cuál es tu objetivo?¿Cuál es tu verdadera intención?La meta de la gente verdaderamente rica es tener unariqueza y abundancia enormes. No solo algo de dinero, sinomontones de dinero. Y ¿cuál es la gran meta de la gentepobre? «Tener lo suficiente para pagar las cuentaspendientes… ¡y hacerlo puntualmente ya sería un milagro!».De nuevo, permíteme recordarte el poder de la intención.Cuando tu intención es tener lo suficiente para pagar lascuentas, eso es exactamente lo que obtendrás: justo losuficiente para pagar las cuentas pendientes y ni un céntimomás.La gente de clase media, al menos, va un paso más allá…Lástima que sea un paso de hormiga. Su gran meta en la vidaresulta ser también su palabra favorita: solo quieren«comodidad». Odio tener que darte la noticia, pero hay unaenorme diferencia entre estar cómodo y serrico.Debo admitirlo: no siempre lo supe. Pero una de lasrazones por las que creo tener el derecho de escribir este libroes que he tenido la experiencia de hallarme en los tres lados dela proverbial valla. He estado extremadamente pelado, comopara tener que pedir prestado un dólar a fin de poner gasolinaen el coche. Pero déjame matizar eso: en primer lugar, elcoche no era mío; en segundo lugar, ese dólar me vino enforma de cuatro monedas de 25 centavos. ¿Sabes loembarazoso que resulta para un adulto pagar la gasolina concuatro monedas? El chaval del surtidor me miró como si fuesealguna especie de atracador de máquinas expendedoras yluego se limitó a sacudir la cabeza y a reírse. Definitivamentefue uno de mis momentos económicos más bajos y, pordesgracia, solo uno de ellos.Una vez que me organicé, pasé al nivel de la comodidad.Sentirse cómodo económicamente está bien. Al menos, sales arestaurantes decentes, para variar. Pero, muchas veces, todo loque podía pedir era pollo. En fin, no hay nada de malo en pedirpollo, si eso es lo que realmente quieres. Pero muchas vecesno lo es.De hecho, la gente que económicamente solo está cómoda,por lo general en el restaurante decide mirando la partederecha de la carta: la parte del precio. «¿Qué te gustaría cenaresta noche, cariño?». «Tomaré este plato de 7,95 dólares. Aver qué es. Sorpresa, sorpresa, es el pollo», ¡por decimonovenavez esta semana!Cuando estás económicamente «cómodo» no te atreves adejar que tus ojos miren la parte inferior de la carta, pues si lohicieses podrías topar con las palabras más prohibidas en eldiccionario de la clase media: ¡precio de mercado! Y, auncuando tuvieses curiosidad, jamás preguntarías cuál esexactamente ese precio. Primero, porque sabes que no puedespermitírtelo. Y segundo, resulta de lo más embarazoso cuandoel camarero te dice que el plato vale 49 dólares, con losacompañamientos aparte, y tú respondes: «No sé por qué, peroesta noche se me ha antojado comer pollo», aunque sabesperfectamente que el camarero no se ha tragado lo de turepentino antojo.Debo decir que para mí, personalmente, una de las mejorescosas de ser rico es no tener que mirar ya más los precios de lacarta: como exactamente lo que quiero comer, sin tener encuenta el precio. Puedo asegurarte que no hacía eso cuandoestaba sin blanca o cuando estaba económicamente cómodo.En resumidas cuentas: si tu meta es estar cómodoeconómicamente, lo más probable es que jamás te hagas rico.Pero si tu meta es ser rico, lo más probable es que acabesestando inmensamente cómodo.PRINCIPIO DERIQUEZA:Si tu meta es estarcómodoeconómicamente, lo másprobable es que jamás tehagas rico. Pero si tumeta es ser rico, lo másprobable es que acabesestando inmensamentecómodo.Uno de los principios que enseñamos en nuestrosprogramas es: «Si aspiras a las estrellas alcanzarás cuandomenos la luna». La gente pobre ni siquiera aspira al tejado desu casa, y después se pregunta por qué no prospera. Bueno,acabas de averiguarlo. Obtienes lo que verdaderamentepretendes obtener. Si quieres hacerte rico, tu meta debe ser esa.No tener suficiente para pagar las cuentas pendientes, y nosolo tener suficiente para estar cómodo: ¡rico significa rico!DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Mi meta es convertirme en millonario ¡y más!».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Anota dos objetivos económicos que demuestren tuintención de crear abundancia, no mediocridad nipobreza. Escribe metas para tus:a. Ingresos anualesb. Fortuna netaHaz que estas metas sean alcanzables en un tiemporealista, pero al mismo tiempo acuérdate de «aspirar a lasestrellas».2. Ve a un restaurante de categoría y pide una comida a«precio de mercado» sin preguntar cuánto cuesta.P. D.: ¡Nada de pollo!Archivo de riqueza n.º 3La gente rica se compromete a ser rica.La gente pobre desearía ser rica.Pregunta a la mayoría de las personas si quieren ser ricas y temirarán como si estuvieses loco. «Por supuesto que quiero serrico», te dirán. La verdad, sin embargo, es que la mayoría de lagente no quiere en realidad ser rica. ¿Por qué? Porque tienenen su subconsciente un montón de archivos de riquezanegativos que les dicen que hay algo en ser rico que no estábien.En nuestro Seminario Intensivo Mente Millonaria una delas preguntas que hacemos a la gente es: «¿Dígame algunos delos posibles aspectos negativos que podría tener el hecho deser rico o tratar de hacerse rico?».Y esto es lo que algunos responden. Fíjate si puedesidentificarte con cualquiera de las siguientes opiniones.«¿Y si luego lo pierdo todo? Entonces sí que sería unfracasado».«Nunca sabré si gusto a la gente por mí mismo o por midinero».«Estaré en la banda impositiva más alta y tendré que dar lamitad de mi dinero a Hacienda».«Es demasiado trabajo».«Mi salud se resentiría».«Mis amigos y familiares dirán: “¿Quién te crees queeres?” y me criticarán».«Todos van a querer que les dé dinero».«Podrían robarme».«Podrían secuestrar a mis hijos».«Es demasiada responsabilidad. Tendré que administrartodo ese dinero. Tendré que entender sobre inversiones. Tendréque preocuparme por las estrategias impositivas y laprotección de mis activos, y tendré que contratar a contables yabogados caros. ¡Vaya rollo!».Y sigue y sigue…Como antes dije, cada uno de nosotros tiene un archivo deriqueza dentro del armario que denominamos nuestra mente.Ese archivo contiene nuestras creencias personales, entre lascuales se encuentra la de por qué sería maravilloso ser rico.Sin embargo, para muchas personas, este archivo incluyetambién información relativa a por qué ser rico tal vez no seatan maravilloso. Es decir, tienen mensajes contradictoriosacerca de la riqueza. Una parte de ellos dice con regocijo:«Tener más dinero hará la vida mucho más divertida». Peroentonces otra parte grita: «Ya, ¡pero voy a tener que trabajarcomo un burro! ¿Qué diversión es esa?». Una parte dice:«Podré viajar por el mundo». Entonces la otra parte irrumpealegremente: «Sí, y todo el mundo querrá dinero». Estosmensajes contradictorios pueden parecer bastante inocentes,pero en realidad constituyen una de las principales razones porlas que la mayoría de la gente nunca llega a ser rica.Considéralo así: el universo, que es otro modo de decir el«poder superior», se asemeja a un gran departamento deventas por correo. Constantemente está haciendo reparto depersonas, acontecimientos y objetos para ti. Tú «haces elpedido» enviando mensajes energéticos al universo, mensajesbasados en tus creencias predominantes. Basándose en la Leyde la Atracción, el universo hará cuanto esté en su mano paradecir que sí y darte lo que pides. Pero si en tu archivo haymensajes contradictorios, el universo no podrá comprenderqué es lo que realmente quieres.En un momento el universo oye que quieres ser rico, demodo que comienza a enviarte oportunidades de riqueza. Sinembargo, al siguiente momento te oye decir: «Los ricos sonmezquinos y avariciosos», así que comienza a darte su apoyopara que no tengas mucho dinero. Pero entonces piensas:«Tener mucho dinero hace que puedas disfrutar mucho más dela vida», de modo que el pobre universo, mareado yconfundido, empieza otra vez a mandarte oportunidades detener más dinero. Al día siguiente no estás de humor inspirado,por lo que piensas: «El dinero no es tan importante». Al final,el frustrado universo grita: «¡Decídete de una puñetera vez!¡Te traeré lo que quieras, pero dime qué es lo que quieres!».La razón número uno por la que la mayoría de la gente noobtiene lo que quiere es que no sabe lo que quiere. La genterica es totalmente franca en cuanto a decir que quiere riqueza.Ellos son firmes en su deseo. Están completamentecomprometidos a crear riqueza. Mientras sea legal, moral yético, harán lo que haga falta para tener riqueza. Los ricos noenvían mensajes contradictoriosal universo. La gente pobre sí.(A propósito, si al leer este último párrafo una vocecita enel interior de tu cabeza te dijese algo así como: «A los ricos noles importa si es legal, moral o ético», eso significa que,definitivamente, estás haciendo lo correcto al leer este libro.Pronto descubrirás lo perjudicial que resulta esa forma depensar).PRINCIPIO DERIQUEZA:La razón número unopor la que la mayoría dela gente no obtiene loque quiere es que nosabe lo que quiere.La gente pobre tiene muchas buenas razones en cuanto apor qué podría suponer un problema hacerse y, de hecho, serrico. Por consiguiente, no tiene al cien por cien la certeza deque realmente quiera se rica. El mensaje que mandan aluniverso es confuso. Su mensaje a los demás es confuso. Y¿por qué se produce toda esta confusión? Porque el mensajeque se mandan a sí mismos es confuso.Antes hablé del poder de la intención. Sé que podríaresultar difícil de creer, pero siempre obtienes lo que quieres:lo que quieres subconscientemente, no lo que dices quequieres. Tú podrías negar esto rotundamente y responder:«¡Eso es una locura! ¿Por qué querría yo pasar apuros?». Y loque yo te pregunto es exactamente lo mismo: «No lo sé. ¿Porqué querrías pasar apuros?».Dicho claramente, si no estás obteniendo la riqueza quedices que deseas, es muy probable que sea porque, en primerlugar, subconscientemente no quieres en realidad riqueza o, ensegundo lugar, porque no estás dispuesto a hacer lo que hagafalta para crearla.Exploremos esto más a fondo. Existen, en realidad, tresniveles de lo que se denomina querer. El primer nivel es el de«quiero ser rico». Eso es otra forma de decir: «Si me cae comollovido del cielo, lo cogeré». El solo hecho de querer no sirvede nada. ¿Te has fijado en que querer no lleva necesariamentea «tener»? Fíjate también en que lo primero sin lo segundolleva a más de lo primero. Querer se convierte en algo habitualy conduce únicamente a sí mismo, creando un círculo perfectoque va exactamente a ninguna parte. La riqueza no viene delmero hecho de desearla. ¿Cómo sabes que esto es cierto? Conla simple comprobación de la realidad: miles de millones depersonas quieren ser ricas, pero relativamente pocas lo son.El segundo nivel de querer es el de «elijo ser rico». Estoimplica decidir convertirse en una persona rica. Elegirconstituye una energía mucho más fuerte y va a la par con serresponsable de crear tu realidad. La palabra decisión procededel término latino decidere, que significa «eliminar cualquierotra alternativa». Elegir es mejor, pero no lo mejor.El tercer nivel de querer es el de «me comprometo a serrico». La definición del verbo comprometerse es «dedicarsesin reservas». Esto significa no retener absolutamente nada,dar el cien por cien de todo lo que tienes para obtener riqueza.Significa estar dispuesto a hacer lo que haga falta durante eltiempo que haga falta. Este es el camino del guerrero: no hayexcusas, no hay ningún «pero» que valga, ningún «quizás»,ningún «tal vez»… y el fracaso no es una opción. El caminodel guerrero es simple: «Seré rico o moriré en el intento».«Me comprometo a ser rico». Prueba a decirte eso a timismo… ¿Qué sentimiento te produce? A algunos les dasensación de poder. Otros se sienten intimidados.La mayoría de las personas jamás se comprometeríanverdaderamente a ser ricas. Si les preguntases: «¿Apostarías tuvida a que antes de diez años serás rico?», la mayoría diría:«¡Ni hablar!». Esa es la diferencia entre los ricos y los pobres.Es precisamente porque la gente no piensa comprometerse deverdad en ser rica por lo que no lo es, y lo más probable es queno llegue a serlo nunca.Alguien podría decir: «Harv, ¿de qué estás hablando? Yome dejo el alma en ello, lo estoy intentando con todas misfuerzas. Por supuesto que estoy comprometido en ser rico». Yyo le contestaría: «Eso de que lo estás intentando significabien poco. La definición de compromiso es dedicarse sinreservas». Las palabras clave son sin reservas, lo cual significaque estás poniendo en ello todo, y quiero decir todo lo quetienes. La mayoría de la gente que conozco que no es prósperaeconómicamente tiene límites en lo referente a cuánto estándispuestos a hacer, cuánto están dispuesto a arriesgar y cuántoestán dispuestos a sacrificar. Aunque piensen que harán lo quehaga falta, si profundizo en las preguntas siempre meencuentro con que ¡ponen muchos límites en cuanto a lo queestán dispuestas a hacer y no hacer para triunfar!Lamento tener que ser yo quien te diga esto, pero hacerserico no es un paseo por el parque, y cualquiera que te diga quesí, o no tiene ni idea o le falta un poco de integridad. Según miexperiencia, hacerse rico requiere enfoque, valor,conocimientos y pericia, requiere el cien por cien de tuesfuerzo, una actitud de no rendirse nunca y, por supuesto, unadisposición mental de rico. También debes creer en lo másprofundo de tu corazón que puedes crear riqueza y que lamereces absolutamente. Todo esto significa que si no estáscompleta, total y verdaderamente comprometido a crearriqueza, lo más probable es que no lo consigas.PRINCIPIO DERIQUEZA:Si no estás completa,total y verdaderamentecomprometido a crearriqueza, lo más probablees que no lo consigas.¿Estás dispuesto a trabajar dieciséis horas al día? La genterica sí. ¿Estás dispuesto a trabajar los siete días de la semana ya renunciar a la mayoría de tus fines de semana? La gente ricasí. ¿Estás dispuesto a sacrificar ver a tu familia y a tus amigos,y a renunciar a tus actividades recreativas y pasatiempos? Lagente rica sí. ¿Estás dispuesto a arriesgar todo tu tiempo, tuenergía y tu capital inicial sin ninguna garantía de devolución?La gente rica sí.Durante un tiempo, que uno espera que sea corto pero quea menudo es largo, los ricos están dispuestos a hacer todo loque he mencionado en el párrafo anterior. ¿Tú lo estás?Tal vez seas afortunado y no tengas que trabajar muchotiempo ni sacrificar nada. Puedes desear que así sea, pero yo,desde luego, no contaría con ello. La gente rica está losuficientemente comprometida y decidida a hacer lo que hagafalta. Punto.Resulta interesante observar, sin embargo, que una vez quete comprometes, el universo hará lo imposible por apoyarte.Uno de mis pasajes favoritos es el escrito por el exploradorW. H. Murray, durante una de las primeras expediciones alHimalaya:Mientras no estemos totalmente comprometidoshabrá indecisión, existirá la posibilidad de echarseatrás y habrá siempre ineficacia. En relación contodos los actos de iniciativa (y de creación), hay unasola verdad elemental, cuya ignorancia matainnumerables ideas y planes esplendidos: en elmomento en que uno se compromete firmemente, laprovidencia se pone también en movimiento. De ladecisión surge todo un caudal de sucesos queprovoca todo tipo de incidentes imprevistos anuestro favor, causa encuentros casuales y trae laayuda material que nadie habría soñado encontrar.En otras palabras, el universo te prestará su ayuda, teguiará, te apoyará e incluso creará milagros para ti. Pero,primero, ¡debes comprometerte!DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Me comprometo a ser rico».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Escribe un párrafo corto explicando por qué exactamentees importante para ti crear riqueza. Sé concreto.2. Queda con un amigo o familiar que esté dispuesto aapoyarte. Dile a esa persona que quieres evocar el poderdel compromiso con la finalidad de crear un mayor éxito.Ponte la mano en el corazón, mira a esa persona a los ojosy repite la siguiente afirmación: «Yo, ___________ [tunombre], me comprometo a convertirme en millonarioantes de ___________ [fecha]».Pídele a tu amigo que afirme: «Yo creo en ti».Después di: «Gracias».P. D.1: Para reforzar tu compromiso, te invito a que tecomprometas directamente conmigo enwww.millionairemindbook.com, y que luegoimprimas tucompromiso y te lo cuelgues en la pared.P. D.2: Compara cómo te sientes después de tucompromiso con cómo te sentías antes de hacerlo. Siexperimentas una especie de sensación de libertad, tehallas en el camino correcto. Si sientes un cierto matiz demiedo, significa que vas bien. Si no te molestaste enhacerlo, te encuentras aún en la fase de «no estardispuesto a hacer lo que haga falta» o en la fase de «yo nonecesito hacer ninguna de esas cosas raras». En cualquiercaso, deja que te recuerde que «tu manera de hacer lascosas» te ha traído exactamente al lugar donde estásahora mismo.Archivo de riqueza n.º 4La gente rica piensa en grande.La gente pobre piensa en pequeño.En cierta ocasión invitamos a impartir uno de nuestrosseminarios a una persona que, en solo tres años, había pasadode tener una fortuna neta de 250 000 dólares a más de 600millones. Cuando se le preguntó el secreto, dijo: «En elmomento en que comencé a pensar en grande, todo cambió».La ley de ingresos dice: «Se te pagará en proporción directa alvalor de lo que tú des, según el mercado».PRINCIPIO DERIQUEZA:La Ley de Ingresos: «Sete pagará en proporcióndirecta al valor de lo quetú das, según elmercado».La palabra clave aquí es valor. Es importante saber quehay cuatro factores que determinan tu valor en el mercado:oferta, demanda, calidad y cantidad. Según mi experiencia, elfactor que presenta el mayor reto para la mayoría de laspersonas es la cantidad. El factor cantidad significa,simplemente: ¿cuál es el valor que entregas, realmente, almercado?Otra forma de expresar esto es: ¿a cuánta gente sirves o acuánta gente afectas realmente?En mi negocio, por ejemplo, hay formadores que prefierenenseñar a pequeños grupos de veinte personas a la vez, otrosse sienten cómodos con un centenar de participantes en la sala,a otros les gusta tener una audiencia de quinientas personas yaún hay otros a los que les encantan las audiencias de entre mily cinco mil individuos o más. ¿Crees que existe algunadiferencia entre los ingresos de estos formadores? ¡Sí, señor!Piensa en el negocio de mercadotecnia en cadena: ¿hayalguna diferencia de ingresos entre alguien que tiene a diezpersonas por debajo de él y alguien que tiene a diez mil? ¡Yodiría que sí!Al principio de este libro, he mencionado que poseía unacadena de tiendas de fitness. Desde el momento en que meplanteé entrar en ese negocio, mi intención era tener uncentenar de tiendas que funcionasen bien y llegar a decenas demiles de personas. Por otra parte, mi competidora, que empezóseis meses después que yo, tenía la intención de poseer unasola tienda que funcionase bien. Al final, ella llegó a ganarsela vida decentemente. ¡Yo me hice rico!¿Cómo quieres vivir tu vida? ¿Cómo quieres enfocar eljuego? ¿Quieres jugar en las grandes ligas o en las pequeñas?¿Vas a jugar a ser grande o a ser pequeño? Tú eliges.La mayoría de las personas eligen jugar a ser pequeñas.¿Por qué? En primer lugar, por el miedo: les asustaterriblemente el fracaso y todavía les da más miedo el éxito.En segundo lugar, la gente juega a ser pequeña porque sesiente pequeña. Se siente indigna. No se siente lo bastantebuena o lo bastante importante para ejercer una auténticainfluencia en la vida de otras personas.Pero escucha esto: tu vida no trata solo de ti. Es muyimportante la aportación que haces a la vida de los demás.Trata de vivir fiel a tu misión y a tu razón de estar aquí en esteplaneta en este momento. Intenta añadir tu pieza delrompecabezas al mundo. La mayoría de la gente se halla tanestancada en su ego que para ellos todo gira en torno al yo, yoy más yo. Pero si quieres ser rico en el más auténtico sentidode la palabra, esto no puede ser algo que te incumbaúnicamente a ti. Hacerte rico debe implicar un valor añadido ala vida de otras personas.Uno de los más grandes inventores y filósofos de nuestrotiempo, Buckminster Fuller, dijo: «La finalidad de nuestra vidaes añadir valor a la gente de esta generación y de lassiguientes».Cada uno de nosotros viene a esta tierra con talentosnaturales, con cosas que, simplemente, hacemos bien p*rnaturaleza. Se trata de dones que te fueron dados por unarazón: para usarlos y compartirlos con los demás. Lasinvestigaciones demuestran que las personas más felices sonlas que utilizan sus talentos naturales al máximo. Parte de tumisión en la vida debe ser, pues, compartir tus dones y tu valíacon la máxima gente posible. Eso implica estar dispuesto ajugar en grande.¿Conoces la definición de empresario? La que nosotrosusamos en nuestros programas es la de «la persona quesoluciona problemas a la gente obteniendo por ello unaganancia». Así es, un empresario no es otra cosa que un«solucionador de problemas».Ahora te pregunto: ¿preferirías solucionar problemas a máso menos gente? Si has respondido que a más, eso indica quenecesitas empezar a pensar en más grande y decidirte a ayudara cantidades enormes de personas: a miles, incluso a millones.La consecuencia derivada de ello es que a cuanta más genteayudes, más «rico» te volverás: a nivel mental, emocional,espiritual y, definitivamente, económico.No te equivoques: todas y cada una de las personas de esteplaneta tienen una misión. Si tú estás viviendo ahora mismo esporque existe una razón para ello. A Richard Bach, en su libroJuan Salvador Gaviota, se le pregunta: «¿Cómo sabré cuándohe completado mi misión?». ¿La respuesta?: «Si siguesrespirando es que no has terminado».Lo que yo he presenciado es que hay demasiada gente sinrealizar su cometido, sin cumplir con su deber, o con sudharma, como se diría en sánscrito. Observo a demasiadaspersonas que juegan a un nivel infinitamente pequeño, y ademasiada gente que permite que sea su yo egocéntrico,basado en el miedo, el que la rija. El resultado es que somosdemasiados los que no estamos viviendo a nuestro plenopotencial, en términos tanto de nuestra propia vida como denuestra aportación a los demás.Todo el mundo tiene su finalidad, que es única. Tal vezseas inversor inmobiliario y compres propiedades paraalquilarlas y juntar dinero «constante y sonante». ¿Cuál es tumisión? ¿Cómo ayudas tú? Es muy probable que añadas valora tu comunidad ayudando a familias a encontrar una viviendaasequible, que tal vez de otro modo no podrían encontrar.Ahora la pregunta es: ¿a cuántas familias y personas puedesayudar? ¿Estás dispuesto a ayudar a diez en lugar de una, aveinte en lugar de diez, a cien en lugar de veinte? Esto es a loque me refiero con lo de jugar en grande.En su maravilloso libro Volver al amor, la autora MarianneWilliamson lo expresa del siguiente modo:Eres hijo de Dios. Que juegues a ser pequeño nosirve al mundo. Nada hay de iluminado en encogertepara que otros no se sientan inseguros en tupresencia. Todos fuimos hechos para brillar, comobrillan los niños. Nacimos para manifestar la gloriade Dios que llevamos dentro. Esa gloria no está soloen algunos de nosotros, está en todos. Y al dejarbrillar nuestra propia luz, inconscientemente damospermiso a otros para hacerlo también. Al liberarnosde nuestro miedo, nuestra presencia liberaautomáticamente a otros.El mundo no necesita más personas que jueguen a serpequeñas. Ya es hora de dejar de esconderse y empezar aapretar el paso. Es hora de dejar de necesitar y empezar aliderar. Es hora de empezar a compartir tus dones en lugar deguardarlos o de fingir que no existen. Es hora de que empiecesa jugar al juego de la vida a lo «grande».Al final, los pensamientos pequeños y las accionespequeñas conducen tanto a estar arruinado como insatisfecho.Los pensamientos grandes y las acciones grandes llevan tantoa tener dinero como significado. ¡Tú eliges!Relato recibido de Jim RosemaryDe: Jim RosemaryPara: T. Harv EkerSi alguien me hubiese dicho que yo podría duplicarmis ingresos y, simultáneamente, disponer del doblede tiempo libre, le habría dicho que eso no podíaser. Pero esexactamente lo que ha sucedido.En un año nuestro negocio creció un 175%, y en esemismo año nos tomamos un total de ¡siete semanasde vacaciones (buena parte de ellas, pasadas enseminarios de Peak Potentials)! Esto es increíbleteniendo en cuenta que en los cinco años anterioreshabíamos experimentado un crecimiento mínimo yhabíamos pasado apuros para conseguir siquierados semanas de tiempo libre al año.Como consecuencia de conocer a Harv Eker yentrar en contacto con Peak Potentials, tengo unacomprensión más profunda de mí mismo y un mayorreconocimiento por la abundancia que hay en mivida. La relación con mi esposa y mis hijos hamejorado inconmensurablemente. Ahora veo másoportunidades de las que jamás creí posibles. Sientoque verdaderamente estoy en el buen camino entodos los aspectos.DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«¡Pienso en grande! ¡Elijo ayudar a miles y miles depersonas!».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Anota los que creas que son tus «talentos naturales». Setrata de cosas que siempre te hayan dado bien p*rnaturaleza. Escribe también cómo y dónde puedes utilizarmayor cantidad de estos dones en tu vida y,especialmente, en tu vida laboral.2. Anota —o devánate los sesos con un grupo de gente—cómo puedes solucionar los problemas a diez veces máspersonas de las que ahora abarcas en tu empleo onegocio. Debes dar al menos tres estrategias distintas.Archivo de riqueza n.º 5La gente rica se centra en las oportunidades.La gente pobre se centra en los obstáculos.Los ricos ven oportunidades. Los pobres, obstáculos. Los ricosven crecimiento potencial. Los pobres, pérdida potencial. Losricos se centran en las recompensas. Los pobres, los riesgos.Llegamos a la vieja cuestión del vaso: «¿Está medio vacióo medio lleno?». Aquí no estamos hablando de pensamientopositivo: estamos hablando de tu perspectiva habitual sobre elmundo. La gente pobre toma decisiones basándose en elmiedo. Su mente está constantemente analizando lo que no vabien o lo que podría ir mal de cualquier situación. Su principaldisposición mental es: «¿Y si no funciona?» o, con mayorfrecuencia: «No va a funcionar».La gente de clase media es ligeramente más optimista: sudisposición mental es la de «yo, desde luego, espero que estofuncione».Los ricos, como he dicho antes, se responsabilizan de losresultados de su vida y actúan según la disposición mental de«funcionará porque yo haré que funcione».La gente rica confía en tener éxito. Tienen confianza ensus capacidades, tienen confianza en su creatividad y creenque, en el caso de que las circunstancias fueran desfavorables,podrán encontrar otro modo de tener éxito.Generalmente, cuando más grande es la recompensa,mayor es el riesgo. Como constantemente ven oportunidades,los ricos están dispuestos a arriesgar. La gente rica cree que, silas cosas no salen del todo bien siempre podrán recuperar sudinero.Los pobres, sin embargo, esperan el fracaso. Carecen deconfianza en sí mismos y en sus capacidades. Piensan que silas cosas no saliesen bien sería catastrófico. Y comoconstantemente ven obstáculos, por regla general no estándispuestos a arriesgar. Y si no hay riesgo no hay recompensa.Que conste: estar dispuesto a arriesgar no significanecesariamente que estés dispuesto a perder. La gente ricaasume riesgos con base. Esto significa que investigan,averiguan lo que tienen que averiguar y toman decisionesbasándose en información y en hechos sólidos. Por otra parte,¿crees que se toman todo el tiempo del mundo parainformarse? No. Hacen lo que pueden en el menor tiempoposible, y después deciden meterse en el asunto o no.Los pobres, aunque afirman que están preparándose paracuando llegue la oportunidad, lo que generalmente hacen esandarse con rodeos: están muertos de miedo, vacilandodurante semanas, meses e incluso años enteros, y paraentonces la oportunidad, generalmente, desaparece. Así,racionalizan la situación diciendo: «Me estaba preparando».Seguro que sí, pero mientras ellos se estaban «preparando» elrico entró, salió y ganó otra fortuna.Sé que lo que estoy a punto de decir puede sonar un pocoextraño teniendo en cuenta lo mucho que valoro laautorresponsabilidad. Sin embargo, sí creo que hay un ciertoelemento de lo que mucha gente denomina suerte asociado conel hecho de hacerse rico o, incluso, con prosperar en cualquiercosa.En el fútbol americano, podría ser el jugador del equipocontrario que llega dando tumbos a pisar tu propia líneacuando queda menos de un minuto para acabar el partido,permitiendo que lo gane tu equipo. En el golf podría ser labola loca que da contra un árbol que está fuera de los límites yvuelve a rebotar en el césped, a solo unos centímetros delagujero.En los negocios, ¿cuántas veces has oído hablar de un tipoque se gasta algo de dinero en un trozo de tierra en el quintoinfierno y diez años después algún grupo de empresas decideque quiere construir allí un centro comercial o un edificio deoficinas? A consecuencia de ello, este inversor se hace rico.¿Fue una jugada brillante por su parte o solo suerte? Yo diríaque un poco de las dos cosas.El tema, sin embargo, es que no habrá suerte alguna —nininguna otra cosa que valga la pena— que se ponga en tucamino a menos que adoptes alguna forma de acción. Paratener éxito a nivel económico debes hacer algo, comprar algoo poner algo en marcha. Y cuando lo haces, ¿es la suerte, es eluniverso o es un poder superior que te apoya a su milagrosamanera para que tengas el valor y el compromiso de meterteen ello? En lo que a mí respecta, ¿qué importa lo que sea? ¡Elhecho es que ocurre!Otro principio clave, pertinente aquí, es que la gente ricase centra en lo que quiere, mientras que la pobre lo hace en loque no quiere. De nuevo, la ley universal establece: «Aquelloen lo que te centras se expande». Puesto que los ricos secentran en las oportunidades que hay en todo, estas abundanpara ellos. Su mayor problema es manejar todas las increíblesposibilidades de ganar dinero que ven. Por otra parte, puestoque los pobres se centran en los obstáculos que hay en todo,estos abundan para ellos, y su mayor problema es manejartodos los increíbles obstáculos que ven.Es sencillo: aquello en lo que te enfocas determina lo quete encuentras en la vida. Céntrate en las oportunidades y eso eslo que encontrarás. Céntrate en los obstáculos y eso es lo quehallarás. No estoy diciendo que no te preocupes de losproblemas. Por supuesto, maneja los problemas a medida quesurjan, en el presente. Pero mantén la mirada en tu meta, sigueavanzando hacia tu objetivo. Pon tu tiempo y tu energía encrear lo que quieres. Cuando surjan obstáculos, manéjalos, ydespués vuelve a centrarte enseguida en tu visión. Lo que nodebes hacer es basar tu vida en la resolución de problemas. Note pases todo el tiempo apagando fuegos. Quienes lo hacen,¡van hacia atrás! Lo que debes hacer es emplear tu tiempo y tuenergía mental y física, avanzando sin cesar, hacia tu meta.¿Quieres un consejo sencillo pero muy poco frecuente?Aquí lo tienes: si quieres hacerte rico, céntrate en ganar, enconservar y en invertir tu dinero. Si quieres ser pobre, céntrateen gastarte el dinero. Puedes leerte mil libros y asistir a uncentenar de cursos sobre el éxito y la prosperidad, pero todo sereduce a eso. Recuerda: aquello en lo que te centras seexpande.La gente rica comprende también que nunca puede sabersetoda la información de antemano. En otro de nuestrosprogramas, la Formación del Guerrero Ilustrado, preparamos ala gente para que acceda a su poder interior y triunfe a pesar detodo. En ese curso enseñamos un principio conocido como«¡Preparados, fuego, apunten!». ¿Qué es lo que queremosdecir? Prepárate lo mejor que puedas en el menor tiempoposible y pasa a la acción; después, ve corrigiendo por elcamino.Es de locos pensar que puedes saber todo lo que sucederáen el futuro.Es engañoso creer que puedes prepararte paratodas y cada una de las circunstancias que algún día podríanproducirse y que puedes protegerte de ellas. ¿Sabías que en eluniverso no hay ninguna línea recta? La vida no se mueve enlíneas perfectamente rectas, sino de forma más parecida acomo lo hace un río sinuoso. En la mayoría de las ocasiones,únicamente puedes ver hasta la siguiente curva, y solo cuandollegas a esa siguiente curva puedes ver más.El asunto es meterse en el juego con lo que tengas, desdedonde te encuentres. Yo llamo a esto estar en el ruedo. Porejemplo, hace años estaba planeando abrir una cafetería-pastelería que funcionase toda la noche en Fort Lauderdale,Florida. Estudié las opciones de ubicación y el mercado, yaverigüé el equipamiento que necesitaría. Investigué tambiénlas clases de pasteles, tartas, helados y cafés disponibles. Elprimer gran problema es que ¡comencé a engordar mucho!Investigar comiendo no resultó útil. De modo que mepregunté: «Harv, ¿cuál sería el mejor modo de estudiar estenegocio?». Entonces, un tipo llamado Harv, que eraobviamente mucho más listo que yo, respondió: «Si de verdadquieres aprender un negocio, métete en él. No tienes por quéser el propietario desde el primer día. Entra en el ruedoconsiguiendo un empleo en ese campo. Aprenderás másbarriendo un restaurante y lavando platos que con diez años deinvestigación desde fuera». (Ya te dije que era mucho máslisto que yo).Y eso fue lo que hice: conseguí un empleo en la pasteleríaMother Butler. Ojalá pudiese decirte que inmediatamentereconocieron mis magníficos talentos y me nombraron adjuntoal jefe. Lamentablemente, resultó que no vieron, ni lesimportaron, mis aptitudes de liderazgo y, por tanto, comencécomo ayudante del camarero, barriendo el suelo y limpiandoplatos. Es gracioso cómo funciona el poder de la intención,¿verdad?Podría pensarse que tuve que tragarme el orgullo parahacer ese trabajo pero la verdad es que nunca lo miré de esemodo. Mi misión consistía en aprender el negocio de lospostres; me sentía agradecido por la oportunidad de aprenderlo«a expensas» de otro y, por si fuera poco, sacarme algo depropina.Durante mi ocupación como ayudante de camarero depasteles, pasaba el máximo tiempo posible charlando con elgerente sobre ingresos y beneficios, inspeccionando cajas paraaveriguar los nombres de los proveedores y ayudando alpastelero a las cuatro de la madrugada, para aprender sobreequipo, ingredientes y problemas que podía presentarse.Pasó una semana y yo diría que debí de cumplir bastantebien con mi trabajo, porque el gerente me sentó, me dio unpoco de tarta y me ascendió a… ¡cajero! Me lo penséexactamente durante una fracción de segundo. Finalmenterespondí: «Gracias, pero no».En primer lugar, no iba a aprender mucho atascado detrásde una caja registradora. Y en segundo, ya había aprendido loque fui a aprender. ¡Misión cumplida!Y a eso es a lo que me refiero con lo de estar «en elruedo». Significa introducirte en el campo en el que quieresestar en el futuro, en calidad de lo que sea, para empezar. Estees, con muchísima diferencia, el mejor modo de aprenderacerca de un negocio, porque lo ves desde dentro. En segundolugar, puedes hacer los contactos que necesitas, que no podríashaber hecho jamás desde fuera. En tercer lugar, una vez queestás en el ruedo pueden abrírsete otras muchas puertas. Esdecir, una vez que eres testigo de lo que pasa realmente,puedes descubrir un hueco para ti que no habías reconocidoantes. En cuarto lugar, puedes descubrir también que enrealidad no te gusta este campo, ¡y menos mal que lodescubriste antes de meterte demasiado a fondo!Y bien, ¿cuál de todas estas cosas crees que me sucedió amí? Cuando hube terminado con Mother Butler, no podíasoportar el olor ni la visión de una tarta. Segundo, el pastelerolo dejó al día siguiente de marcharme yo, me llamó porteléfono y me explicó que acababa de enterarse de un aparatode preparación física recién salido conocido como «botas deinversión». Guía de Gravedad (puede que hayas visto aRichard Gere colgando boca abajo en ellas en la películaAmerican Gigolo) y quería saber si me interesaría verlas.Examiné cómo estaban las cosas y decidí que las botas eranuna bomba, pero él no, de modo que me involucré yo solo.Comencé a vender las botas a tiendas de material deportivoy a grandes almacenes. Me di cuenta de que todos esos puntosde venta al por menor tenían algo en común: un material depreparación física horrible. Las campanas de mi cerebro sevolvieron locas: «Oportunidad, oportunidad, oportunidad». Esgracioso cómo suceden las cosas. Esta fue mi primeraexperiencia vendiendo material de preparación física, la cualme llevó, a la larga, a abrir una de las primeras tiendas al pormenor de fitness de Norteamérica y a hacerme con el primermillón de mi vida. ¡Y pensar que todo empezó siendoayudante de camarero en la pastelería Mother Butler! Lamoraleja es simple: échate al ruedo. Nunca sabes por dóndesaldrá el toro.Yo tengo un lema: «La acción siempre derrota a lainacción». La gente rica se pone en marcha. Confían en que,una vez estén dentro del juego podrán tomar decisionesinteligentes en el momento presente, podrán hacercorrecciones e ir ajustando las velas sobre la marcha.Los pobres no confían en sí mismos ni en sus capacidades,de modo que creen que deben saberlo todo con antelación, locual es prácticamente imposible. Mientras tanto ¡no mueven niun dedo! Al final, con su actitud positiva de «preparados,fuego, apunten», los ricos pasan a la acción y, por lo general,ganan.Por el contrario, diciéndose a sí mismos: «Yo no hago nadahasta haber identificado cada posible problema y saberexactamente qué hacer al respecto», la gente pobre nunca pasaa la acción y, por lo tanto, siempre pierde.Los ricos ven una oportunidad, se abalanzan sobre ella y sehacen más ricos aún. ¿Y los pobres? ¡Ellos siguen«preparándose»!DECLARACIONES: Pon la mano sobre el corazón y di:«Me centro en las oportunidades por encima de losobstáculos».«¡Me preparo, disparo, apunto!».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Entra en el juego. Piensa en una situación o proyecto quehayas querido poner en marcha. Olvida cualquier cosaque hayas estado esperando. Comienza ahora desdedonde te encuentres y con lo que tengas. A ser posible,hazlo mientras trabajes para otra persona o con otrapersona, para aprender cómo funciona todo. Si ya estásenterado, basta de excusas: ¡a por ello!2. Practica el optimismo: hoy, reformula como unaoportunidad cualquier cosa que alguien diga que es unproblema o un obstáculo. Volverás loca a la gentenegativa, pero oye, ¿y qué? ¡De todos modos, es lo queestán haciéndose constantemente a sí mismos!3. Céntrate en lo que tienes, no en lo que no tienes. Haz unalista de diez cosas que hay en tu vida por las que puedasestar agradecido y léela en voz alta. Después léela cadamañana durante los próximos treinta días. Si no apreciaslo que tienes, no obtendrás nada más y no necesitas más.Archivo de riqueza n.º 6La gente rica admira a otra gente rica y próspera.A la gente pobre le molesta la gente rica y próspera.Los pobres miran a menudo el éxito de otros conresentimiento, con celos y con envidia. Los critican: «Tienentanta suerte…», o murmuran entre dientes: «Esos ricosestúpidos…».Debes tener presente que si tu visión de la gente rica esmala de cualquier modo, forma o manera, y quieres ser unabuena persona, jamás podrás ser rico. Es imposible. ¿Cómopuedes ser algo que desprecias profundamente?Es increíble comprobar el resentimiento e incluso laabsoluta rabia que mucha gente pobre alberga hacia los ricos.Como si creyesen que estos los hacen pobres. «Anda, es quees así, los ricos se han llevado todo el dinero de forma que noqueda nada para mí». Por supuesto, este es el perfecto discursode la víctima.Quiero contarte una anécdota, no para quejarme,sinosimplemente para relatar una experiencia del mundo real quetuve con este principio. En los viejos tiempos, cuando estaba,digámoslo así, económicamente bloqueado, conducía unverdadero cacharro. Nunca tenía problemas en el tráfico paracambiar de carril: casi todo el mundo me cedía el paso. Perocuando me hice rico y me compre un magnífico y flamanteJaguar negro, no pude sino advertir cómo cambiaban las cosas:de pronto, empezaron a cortarme el paso y a veces, paracolmo, me levantaban el dedo. Incluso llegaron a arrojarmecosas, todo por una sola razón: que conducía un Jaguar.Un día, por Navidad, iba conduciendo por un barrio de laparte baja de San Diego, entregando pavos para una sociedadbenéfica. Llevaba el techo corredizo abierto y advertí detrás demí a cuatro individuos mugrientos encaramados en la parte deatrás de una furgoneta. De pronto, empezaron a jugar albaloncesto con mi coche, intentando meter latas de cervezapor mi techo corredizo. Cinco abolladuras y varios arañazosprofundos más tarde, me adelantaron gritando: «¡Ricocabrón!».Por supuesto, me figuré que se trataba de un incidenteaislado, hasta que solo dos semanas después, en un barriodistinto de la parte baja, aparqué el coche en la calle y regreséa él antes de que hubiesen pasado diez minutos, para descubrirque me habían rayado todo un costado.La vez siguiente que fui a esa zona de la ciudad alquilé unFord Escort y, milagrosamente, no tuve ni un solo problema.No estoy insinuando que en los barrios más pobres hayanmalas personas, pero, por mi experiencia, sí parecen estar,desde luego, repletos de gente a quien le molestan los ricos.Quién sabe, tal vez sea algo parecido a lo del huevo y lagallina: ¿es porque están en la ruina por lo que les molestanlos ricos, o es porque les molesta la gente rica por lo que estánen la ruina? En lo que a mí respecta, ¿qué importa? Da lomismo. ¡Siguen siendo pobres!Es fácil hablar de que no te molesten los ricos, pero,dependiendo del humor en que te encuentres, caer en la trampapuede sucederle a cualquiera, incluso a mí. Hace poco estabacenando en mi habitación del hotel, aproximadamente unahora antes de salir a escena para impartir una sesión vespertinadel Seminario Mente Millonaria. Puse la tele para ver cómoiban los marcadores deportivos y me encontré con que estabanechando Oprah. Aunque no soy un gran fan de la televisión,me encanta Oprah: esa mujer ha influido de forma positivasobre más personas que casi nadie en el planeta y, porconsiguiente, se merece cada centavo que tiene… ¡y más!Estaba entrevistando a la actriz Halle Berry. Hablaban deque Halle acababa de recibir uno de los mayores contratoscinematográficos de la historia: 20 millones de dólares. Halledijo que no le importa el dinero, y que luchó por este contratodescomunal con el fin de abrir brecha para que siguieran otrasmujeres. Me oí a mí mismo decir con escepticismo: «¡Sí,claro! ¿Te crees que yo y todas las demás personas que estánviendo este programa somos idiotas? Más valdría que cogiesesun poco de ese dinero y le dieses un aumento de sueldo a tuagente de relaciones públicas. Es la mejor frase, de las quesuenan bien en los titulares, que jamás he oído».Sentí brotar en mi interior la negatividad y, justo a tiempo,me pillé a mí mismo antes de que la energía negativa seapoderase de mí. «Borra, borra, gracias por participar», gritéen voz alta a mi mente, para ahogar aquella voz deresentimiento.No podía creerlo: allí estaba yo, el Sr. Mente Millonaria enpersona, albergando resentimiento hacia Halle Berry por eldinero que había ganado. Le di rápidamente la vuelta ycomencé a gritar a pleno pulmón: «¡Genial, chica! ¡Duro conellos! Se lo has hecho demasiado barato, ¡deberías sacarles 30millones de dólares! Muy bien. Te lo mereces». Me sentímucho mejor.Independientemente del motivo que ella tuviese paraquerer todo aquel dinero, el problema no era ella, era yo.Recuerda: mis opiniones no influyen en la felicidad o en lariqueza de Halle, pero sí en mi felicidad y mi riqueza.Recuerda también que los pensamientos y opiniones, al entraren tu mente, no son buenos ni malos, correctos ni incorrectos,pero desde luego, al entrar en tu vida pueden influir tantopositiva como negativamente en tu felicidad y en tuprosperidad.En el momento en que sentí aquella energía negativarecorriéndome, se dispararon mis alarmas de «observación» y,usando el entrenamiento que me he dado a mí mismo,neutralicé rápidamente la negatividad de mi mente. No tienespor qué ser perfecto para hacerte rico, pero sí es necesario quereconozcas cuándo tu forma de pensar no resulta estimulantepara ti o para los demás. Después, vuelve rápidamente enpensamientos más constructivos. Cuanto más estudies estelibro, más rápido y fácil será este proceso, y si asistes alSeminario Intensivo Mente Millonaria, acelerarás tu progresode forma espectacular. Sé que no dejo de mencionar el cursoMente Millonaria, pero, por favor, compréndelo, no sería tancategórico con respecto a este programa si no viese yo mismolos fenomenales resultados que consigue la gente en su vida.En su extraordinario libro Millonario en un minuto, misbuenos amigos Mark Victor Hansen y Robert Allen citan laconmovedora historia de Russell H. Conwell, según escontado en su libro Acres de diamantes, escrito hace ya más decien años:Yo os digo que deberíais haceros ricos, y que esvuestra obligación haceros ricos. ¡Cuántos de mispiadosos hermanos me dicen: «Y usted, siendosacerdote cristiano, ¿se pasa el tiempo recorriendoel país, arriba y abajo, y aconsejando a los jóvenesque se hagan ricos, que ganen dinero?»! Sí, claroque sí.Dicen: «¡Qué horror! ¿Por qué no predica usted elEvangelio en lugar de ir predicando que loshombres ganen dinero?». Pues porque ganar dinerode manera honrada es predicar el Evangelio. Poreso. Los hombres que llegan a ser ricos pueden serlos hombres más honrados que encuentres en lacomunidad.Y algún joven de los presentes esta noche puededecir: «Ah, pues a mí me han dicho toda mi vida quesi una persona tiene dinero no es nada honrada, quetener mucho dinero es deshonroso, mezquino ydespreciable». Amigo mío, ese es el motivo de que túno tengas dinero, el tener esa idea de la gente. Esoen lo que está basada tu fe es del todo falso.Permitidme que os diga claramente […] quenoventa y ocho de cada cien hombres (y mujeres)ricos de América son honrados. Por eso son ricos.Por eso se les confía dinero. Por eso mantienengrandes empresas y encuentran toda la gente quequieran para trabajar con ellos.Y otro joven dice: «A veces oigo hablar de hombresque consiguen millones de dólares de formadeshonesta». Sí, por supuesto, también yo. Pero, dehecho, son casos tan excepcionales que losperiódicos hablan de ellos como noticia, y lo hacenconstantemente hasta que te formas la idea de quetodas las demás personas ricas se hicieron ricas conmétodos deshonestos.Amigo mío, tú […] llévame […] a los barrios de lasafueras de Filadelfia y preséntame a los propietariosde las casas que hay en los alrededores de esta granciudad, casas tan hermosas, con jardines y flores,esas espléndidas y artísticas casas, y yo tepresentaré a las mejores personas de la ciudad,tanto por su carácter como por su empresa. […] Elhecho de ser propietario de su casa hace máshonorable, honrado y puro, auténtico, ahorrador ycuidadoso a quien la posee.Predicamos en contra de la codicia […] en elpúlpito […] y empleamos los términos […] «cochinodinero» de forma tan extrema que los cristianos seforman la idea de que […] tener dinero es malopara cualquier hombre. […] El dinero es poder, ¡ydeberíais ambicionar razonablemente poseerlo!Deberíais porque podéis hacer un mayor bien con élque sin él. Es con dinero como se imprimieronvuestras Biblias, como se construyen vuestrasiglesias, como se envía a vuestros misioneros y comose paga a vuestros predicadores. […] Yo digo, pues,que deberíais tener dinero. Sipodéis llegar a serrico honradamente […] es vuestro […] religiosodeber hacerlo. Es un error espantoso por parte deestas piadosas personas pensar que, para serpiadosos, deben ser terriblemente pobres.El pasaje de Conwell hace varias observacionesexcelentes. La primera de ellas se refiere a la capacidad degenerar confianza. De todos los atributos necesarios parahacerse rico, hacer que los demás confíen en ti debe estar enlos primeros puestos de la lista. Piénsalo: ¿harías negocios conuna persona en quien no confiases, al menos, hasta ciertopunto? ¡Ni hablar! Eso significa que para hacerte rico es muyprobable que mucha, mucha, mucha gente deba confiar en ti, ytambién es muy probable que para que esa mucha gente confíeen ti, tengas que ser totalmente digno de confianza.¿Qué otros rasgos necesita una persona para hacerse rica y—lo que es incluso más importante— permanecer rica? Nocabe duda de que siempre hay excepciones a cualquier regla,pero en general, ¿cómo has de ser para tener éxito en cualquiercosa? Pruébate alguna de estas características, a ver cómo tequedan: positivo, fiable, centrado, decidido, persistente,trabajador, enérgico, bueno con los demás, comunicadorcompetente, medianamente inteligente y experto en, al menos,un área o un tema concreto.Otro elemento interesante del pasaje de Conwell es quehaya tanta gente condicionada para creer que no se puede serrico y buena persona o espiritual. Antes también yo pensabaasí. Como a muchos de nosotros, a mí me enseñaron —amigos, profesores, medios de comunicación y el resto de lasociedad— que la gente rica era, de alguna manera, mala, queeran todos mezquinos y avariciosos. Una vez más, ¡otra formade pensar que acabó siento pura tontería! Respaldado por mipropia experiencia del mundo real, más que por el viejo mitobasado en el miedo, me he encontrado con que las personasmás ricas que conozco son también las más agradables.Cuando me trasladé a San Diego, nos mudamos a una casasituada en una de las partes más ricas de la ciudad. Nosencantaba la belleza de la casa y de la zona, pero yo me sentíainquieto porque no conocía a nadie y tenía la sensación de nohaber encajado aún. Mi plan era permanecer en un discretosegundo término y no mezclarme mucho con aquellos ricosesnobs. Sin embargo, mientras el universo registraba misintenciones, mis hijos, que entonces tenían cinco y siete años,se hicieron amigos de los otros niños del vecindario, y tardébien poco en estar llevándolos en coche a aquellas mansionespara dejarlos a jugar. Me recuerdo llamando a una puerta demadera increíblemente tallada que tenía, al menos, seis metrosde altura. La mamá abrió y, con la voz más cordial que jamáshabía oído, dijo: «Harv, cuánto me alegro conocerte, pasa». Yoestaba un poco desconcertado mientras ella me servía un pocode té helado y me traía un cuenco de fruta. «¿Dónde está eltruco?», seguía queriendo saber mi escéptica mente. Entoncesentró su marido, que venía de jugar con sus hijos en la piscina.Este fue más simpático si cabe: «Harv, estamos tan contentosde tenerte en el vecindario… Tienes que venir a nuestrabarbacoa esta noche con toda tu familia. Os presentaremos atodo el mundo, y no aceptamos un no por respuesta. Por cierto,¿juegas al golf? Mañana juego en el club, ¿por qué no tevienes como invitado mío?». Para entonces yo estabaconsternado. ¿Qué pasó con los esnobs con los que estabaseguro de que iba a encontrarme? Me marché y volví a casapara decirle a mi esposa que íbamos a la barbacoa.«¡Ay, madre! —dijo ella—, ¿qué me pondré?». «No,cariño, no lo entiendes —le respondí—, esta gente esincreíblemente agradable y totalmente informal. Tú sé comoeres».Fuimos a la barbacoa y aquella noche conocimos a algunasde las personas más acogedoras, amables, generosas yencantadoras de nuestra vida. En cierto momento laconversación derivó a una campaña benéfica que estabaencabezando una de las invitadas. Uno tras otro, salieron lostalonarios. Yo no podía creerlo: estaba viendo literalmente unacola de gente para dar dinero a aquella mujer. Pero cadacheque venía con trampa: el acuerdo era que habríareciprocidad y que la mujer contribuiría a la organizaciónbenéfica en la que estuviese involucrado él o la donante.Exacto, como anillo al dedo, todas las personas que había allío bien encabezaban o bien desempeñaban un papel relevanteen una obra benéfica.Los amigos que nos habían invitado estaban en varias. Dehecho, cada año se proponían como meta ser los que hiciesenla donación más relevante de toda la ciudad al Fondo delHospital Infantil. No solo daban decenas de miles de dólaresellos mismos, sino que todos los años organizaban una fiesta-cena que recaudaba cientos de miles más.Después estaba el médico «de las venas». Tambiénintimamos bastante con su familia. Se encontraba entre losprimeros médicos que operaban de varices del mundo e hizouna fortuna: se movía entre los 5000 y los 10 000 dólares porcada intervención quirúrgica que practicaba, y realizaba cuatroo cinco al día.Y lo menciono porque todos los martes eran días «gratis»,en los que operaba a personas de la ciudad que no podíanpermitirse pagar sumas tan elevadas. Ese día de la semanatrabajaba desde las seis de la mañana hasta las diez de la nocherealizando hasta diez intervenciones, todas gratuitamente.Además, encabezaba su propia organización, cuya misiónconsistía en conseguir que otros médicos hiciesen también díasgratis para la gente en sus respectivas comunidades.Huelga decir que mi vieja y condicionada creencia de quelos ricos eran todos unos esnobs mezquinos y avariciosos sedisipó a la luz de la realidad. Ahora sé que lo cierto es locontrario. Según mi experiencia, las personas más ricas queconozco son las más agradables. También son las másgenerosas. No estoy diciendo que los no ricos no seanagradables ni generosos. Pero puedo afirmar con seguridadque la idea de que toda la gente rica es, en cierto modo, mala,no es otra cosa que ignorancia.El hecho es que albergar resentimiento hacia los ricos esuna de las formas más seguras de permanecer en la ruina.Somos criaturas de hábito, y para vencer este o cualquier otrohábito necesitamos practicar: en lugar de albergarresentimiento hacia la gente rica, quiero que practiques elsentir admiración por ellos, quiero que practiques la bendiciónpara con la gente rica y quiero que practiques el amor hacia lagente rica. De este modo, inconscientemente sabes que cuandote vuelvas rico otras personas te admirarán, te bendecirán y teamarán en lugar de maldecirte con el mismo resentimiento queahora tú pudieses albergar hacia ellos.Una de las filosofías por las que me rijo en mi vidaproviene de la antigua sabiduría Huna, las enseñanzasoriginarias de los ancianos de Hawái. Dice así: «Bendiceaquello que quieras». Si ves a una persona con una hermosacasa, bendice a esa persona y bendice esa casa. Si ves a unapersona con un bonito coche, bendice a esa persona y bendicea ese coche. Si ves a una persona con una familia encantadora,bendice a esa persona y bendice a esa familia. Si ves a unapersona con un hermoso cuerpo, bendice a esa persona ybendice su cuerpo.PRINCIPIO DERIQUEZA:«Bendice aquello quequieras». Filosofía HunaEl tema es que si te molesta lo que tiene la gente, deningún modo podrás tenerlo.Y si ves a un tipo con un flamante Jaguar negro con eltecho corredizo abierto, ¡no le tires latas de cerveza!DECLARACIONES: Pon la mano sobre el corazón y di:«¡Admiro a la gente rica!».«¡Bendigo a la gente rica!».«¡Amo a la gente rica!».«¡Y yo también voy a ser una de esas personas ricas!».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Practica la filosofía Huna de «bendice aquello quequieras». Date una vuelta en coche o cómprate revistas:mira casas bonitas, coches lujosos y lee sobre negociosprósperos. Bendice lo que te guste de todo lo que veas, ytambién a quienes lo posean o a laspersonas involucradasen ello.2. Escribe y envía una carta breve o un correo electrónico aalguien de quien sepas (no tienes por qué conocerlepersonalmente) que es sumamente próspero en cualquierterreno, diciéndole cuánto le admiras y le honras por suslogros.Archivo de riqueza n.º 7La gente rica se relaciona con personas positivas yprósperas.La gente pobre se relaciona con personas negativas ysin éxito.Aquellos que tienen éxito consideran a otras personasprósperas una oportunidad de motivación. Las ven comomodelos de los que aprender. Se dicen a sí mismos: «Si ellospueden hacerlo, yo también puedo». Como dije antes, tomandomodelos de referencia es una de las principales maneras en lasque aprendemos.Las personas ricas agradecen que otros hayan tenido éxitoantes que ellas, de tal modo que ahora tienen un patrón queseguir que les hará más fácil alcanzar su propio éxito. ¿Por quéreinventar la rueda? Existen métodos para el éxito probadosque funcionan para prácticamente todos aquellos que loaplican.Por consiguiente, el modo más rápido y fácil de crearriqueza es aprender exactamente cómo juegan al juego losricos, que son maestros del dinero. El objetivo es simplementeimitar sus estrategias internas y externas. Es lógico: si túemprendes exactamente las mismas acciones y tienesexactamente la misma disposición mental, es muy probableque obtengas exactamente los mismos resultados. Eso es loque yo hice y eso es de lo que trata todo este libro.Al contrario de los ricos, cuando los pobres oyen hablar dela prosperidad de otras personas, a menudo los juzgan, loscritican, se burlan de ellos y tratan de rebajarlos a su propionivel. ¿Cuántos de vosotros conocéis a gente así? ¿Cuántos devosotros tenéis a familiares así? La pregunta es: ¿cómo puedesaprender de alguien a quien rebajas o inspirarte en alguien aquien rebajas?Siempre que me presentan a una persona extremadamenterica, ideo alguna forma de acercarme a ella. Quiero hablar conella, averiguar cómo piensa, intercambiar contactos y, en elcaso de que tengamos otras cosas en común, posiblementehacerme amigo personal suyo.A propósito, si piensas que me equivoco al preferir seramigo de personas ricas, ¿quizás preferirías que eligieseamigos que se encuentran en la ruina? ¡No lo creo! Como yadije, la energía es contagiosa, ¡y no tengo ningún interés ensometerme a la suya!Recientemente me encontraba realizando una entrevistaradiofónica y pasaron en antena la llamada de una mujer conuna pregunta excelente: «¿Qué hago si soy positiva y quierocrecer pero mi marido es un muerto? ¿Lo dejo? ¿Intentohacerle cambiar? ¿Qué?». Oigo esta pregunta al menos uncentenar de veces a la semana cuando estoy impartiendonuestros cursos. Casi todo el mundo quiere saber lo mismo:«¿Y si las personas más cercanas a mí no están interesadas enlo del crecimiento personal e incluso me critican por ello?».Esta es la respuesta que di a la mujer de la llamada, lo quedigo a la gente en nuestros cursos y lo que te sugiero a ti.En primer lugar, no te molestes en tratar de hacer que laspersonas negativas cambien. Eso no te corresponde a ti. Loque te corresponde hacer es utilizar lo que has aprendido paramejorar tu vida. Sé el modelo de referencia, sé próspero, séfeliz, y entonces tal vez —y subrayo lo de tal vez— verán laluz (en ti) y querrán un poco. La energía es contagiosa. Ante laluz, la oscuridad se disuelve. La verdad es que hay gente quetiene que trabajar mucho para permanecer «a oscuras» cuandohay luz a todo su alrededor. Lo que a ti te corresponde haceres, simplemente, ser lo mejor que puedas. Y si ellos decidenpreguntarte tu secreto, díselo.En segundo lugar, ten presente otro principio quedestacamos en nuestra Formación de Magos, que es un cursoacerca de cómo manifestar lo que quieres manteniéndotetranquilo, centrado y pacífico. Lo que afirma este principio es:«Todo sucede por una razón y esa razón está ahí paraayudarme». Sí, es mucho más difícil ser positivo y conscientecuando estás entre gente y circunstancias negativas, ¡pero esaes tu prueba! Al igual que el acero se endurece en el fuego, sipuedes permanecer fiel a tus valores mientras otras personasde tu entorno están llenas de dudas e incluso de palabras decondena, crecerás más rápido y fuerte.Recuerda también que «nada tiene significado excepto elque nosotros le damos». En la primera parte de este librodecíamos que, por lo general, acabamos identificándonos conuno o ambos de nuestros progenitores, o bien rebelándonoscontra uno o ambos de ellos, dependiendo de cómo«enmarquemos» sus acciones. De ahora en adelante, quieroque enmarques la negatividad de otras personas como unrecordatorio de cómo no debes ser: cuanto más negativos seanellos, más recordatorios tienes tú sobre lo poco atractiva queresulta esa forma de ser. No estoy sugiriendo que se lo digas:tú limítate a hacerlo, sin condenarlos por ser como son. Y sicomienzas a juzgarlos, criticarlos y rebajarlos por ser comoson y por lo que hacen, eso significa que no eres mejor queellos.En el peor de los casos, si vez que ya no puedes con suenergía negativa, si te está haciendo descender hasta el puntoen que no eres capaz de crecer, puede que debas tomar algunasvalerosas decisiones acerca de quién eres y cómo quieres vivirel resto de tu vida. No estoy sugiriendo que cometas ningunaimprudencia, pero yo, por lo pronto, nunca viviría con unapersona que fuese negativa y desdeñase mi deseo de aprendery crecer, ya sea a nivel personal, espiritual o económico. Nome haría eso a mí mismo porque me respeto a mí y a mi vida ymerezco ser tan feliz y próspero como sea posible. Segúncalculo, habrá más de 6300 millones de personas en el mundoy de ningún modo voy a cargar con alguien que no esté a minivel. ¡O prospera o yo sigo mi camino!La energía es contagiosa: o haces más fuerte a los demás olos debilitas. Y al contrario: o la gente te afecta (te insuflavigor y optimismo) o te infecta (te contamina). Permíteme unapregunta: ¿abrazarías y tomarías a una persona que sabes quepadece un caso grave de sarampión? La mayoría de la gentediría: «Ni hablar, yo no quiero contraer el sarampión». Pues yocreo que el modo de pensar negativo es como tener sarampiónmental: en lugar de picor tienes mala uva, en lugar de rascartedespotricas, en lugar de irritación tienes frustración. Y ¿deverdad quieres estar cerca de personas así?Estoy seguro de que has oído el dicho: «Dios los cría yellos se juntan». ¿Sabías que lo que ganan la mayoría de laspersonas no varía más allá de un 20% de la media de losingresos de sus amigos más íntimos? Por eso sería mejor quevigilases con quién te relacionas y eligieses con cuidado conquién pasas tu tiempo.Según mi experiencia, la gente rica no se apuntasimplemente al club de campo para jugar al golf: lo hace paraestablecer contacto con otras personas ricas y prósperas. Hayotro refrán que dice: «Lo importante no es lo que sepas, sino aquien conozcas». En lo que a mí respecta, así es. Resumiendo:«Si quieres volar con las águilas, ¡no nades con los patos!». Yoprocuro relacionarme únicamente con personas positivas yprósperas y, lo que es igual de importante, alejarme de lasnegativas.También procuro retirarme de situaciones tóxicas: no veorazón alguna para infectarme con energía venenosa. Entreestas podrían encontrarse las discusiones, el cotilleo, y laspuñaladas traperas. También incluiría ver televisión «paratontos», a menos que lo hagas específicamente como estrategiade relajación, en lugar de que sea tu única forma deentretenimiento. Cuando miro la televisión me interesogeneralmente por los deportes. En primer lugar, porquedisfruto viendo trabajar —o, en este caso, jugar— a expertosen cualquier cosa y, en segundo lugar, porque me gusta seguirlas entrevistas posteriores a los juegos. Me encanta escuchar ladisposición mental de los campeones, y para mí cualquiera quehaya llegado a las finales de cualquier campeonato encualquier deporte es un campeón. Cualquier deportista de esenivel ha desbancado a decenas de miles de otros jugadorespara llegar a ese punto, si llega, lo cual hace que cada unoellos me parezca increíble. Me encanta oír su actitud cuandoganan: «Ha sido un gran esfuerzo de todo el equipo. Lo hemoshecho bien, pero todavía nos quedan cosas por mejorar.Trabajar duro tiene su compensación». También me encantaescuchar su actitud cuando pierden: «Es un solo partido.Volveremos a la carga; simplemente, vamos a olvidarnos deeste y a centrarnos en el próximo partido. Vamos a repasar lohecho y a ver qué debemos mejorar. Vamos a hacer lo que seapara ganar».Durante los juegos olímpicos del 2004, la canadiensePerdita Felicien, entonces campeona mundial de los cienmetros vallas, era la gran favorita para ganar la medalla de oro.En la carrera final chocó con la primera valla y sufrió unaaparatosa caída. Fue incapaz de terminar la carrera.Extremadamente disgustada, tenía lágrimas en los ojosmientras yacía allí, perpleja. Se había preparado para aquelmomento seis horas diarias todos los días de la semana durantelos cuatro años anteriores. A la mañana siguiente, vi su ruedade prensa. Ojalá la hubiese grabado. Fue increíble escuchar superspectiva. Dijo algo así como: «No sé por qué ocurrió, peroocurrió, y voy a utilizarlo. Voy a centrarme aún más y trabajartodavía más durante los próximos cuatro años. ¿Quién sabequé camino habría emprendido de haber ganado? Tal vez habíaenturbiado mi deseo. No lo sé, pero sí sé que ahora tengo másganas que nunca. Volveré todavía más fuerte». Al oírla hablar,todo cuanto pude articular fue: «¡Ostras…!». Se puedeaprender mucho escuchando a campeones.La gente rica anda con ganadores. La gente pobre, conperdedores. ¿Por qué? Es una cuestión de comodidad: Losricos se sientes cómodos con otras personas prósperas. Sesienten completamente dignos de estar con ellas. Los pobres seencuentran incómodos con gente a la que le vaya muy bieneconómicamente: o bien les da miedo ser rechazados o sesienten como si no perteneciesen a la misma raza. Paraprotegerse, el ego se enfrasca entonces en el enjuiciamiento yla crítica.Si quieres hacerte rico, deberás cambiar tu patrón interiorpara creer plenamente que cada centímetro de ti mismo es tanbueno como cualquier millonario o multimillonario que puedahaber ahí. Me quedo horrorizado cuando, en mis seminarios, lagente se me acerca y pregunta si pueden tocarme. Dicen: «Esque nunca he tocado a un multimillonario». Normalmente soyeducado y sonrió, pero por dentro estoy diciendo: «¡Espabila!Yo no soy mejor que tú ni distinto a ti, ¡y mientras noempieces a entender eso te quedarás en la ruina parasiempre!».Amigos, no se trata de «tocar» a millonarios: se trata dedaros cuenta de que vosotros sois igual de buenos y dignos queellos, y luego actuar en consecuencia. Mi mejor consejo eseste: si de verdad quieres tocar a un millonario. ¡Conviérteteen uno!Espero que captes lo principal de la cuestión: en lugar deburlarte de los ricos, tenlos como modelos que debes imitar; enlugar de rehuir con vergüenza a los ricos, ve a conocerlos; enlugar de decir: «Ostras, es que son tan especiales…», afirma:«Si ellos pueden hacerlo, yo también». Al final, si quierestocar a un millonario, ¡podrás tocarte a ti mismo!DECLARACIONES: Pon la mano sobre el corazón y di:«Imito a la gente rica y próspera».«Me relaciono con gente rica y próspera».«Si ellos pueden yo puedo».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Ve a la biblioteca, a una librería o a Internet y léete unabiografía de alguien que sea o fuese extremadamente ricoy próspero. Andrew Carnegie, John D. Rockefeller, MaryKay, Donald Trump, Warren Buffett, Jack Welch, BillGates y Ted Turner son unos cuantos buenos ejemplos.Utiliza su historia para inspirarte, para aprenderestrategias de éxito concretas y, lo más importante, paracopiar su disposición mental.2. Apúntate a un club de alta categoría, ya sea de tenis, desalud, de negocios o de golf. Mézclate con gente rica enun entorno rico. O, si de ningún modo puedes permitirteapuntarte a un club de esos, toma café o té en el hotel conmás clase de tu ciudad. Acomódate en este ambiente yobserva a los clientes, fijándote en que no son nadadistintos a ti.3. Identifica una situación o a una persona negativa en tuvida. Retírate de esa situación o de esa relación. Si setrata de alguien de la familia, opta por estar menos tiempoen su compañía.4. Deja de ver «telebasura» y mantente alejado de las malasnoticias.Archivo de riqueza n.º 8La gente rica está dispuesta a promocionarse ellamisma.La gente pobre piensa de forma negativa en loreferente a la venta y la promoción.Mi compañía, Peak Potentials Training, ofrece más de unadocena de programas distintos. Durante el seminario inicial —generalmente, el Mente Millonaria Intensivo—, hacemos unabreve mención de algunos de nuestros otros cursos y despuésofrecemos a los participantes en el seminario tarifas deinscripción y bonificaciones especiales. Resulta interesanteobservar las reacciones.La mayoría de la gente queda entusiasmada. Aprecian elhecho de poder llegar a oír de qué tratan los demás cursos yrecibir un precio especial. Hay personas, sin embargo, que nose entusiasman tanto: les molesta cualquier promoción,independientemente de cómo pueda beneficiarlos. Si esto tesuena de algún modo a tu actitud, es una característicaimportante de ti mismo que debes advertir.El hecho de sentir contrariedad ante una promociónconstituye uno de los mayores obstáculos para el éxito. Lagente que tiene problemas con todo lo que sea venta ypromoción, por lo general, está sin blanca. Es obvio: ¿cómopuedes crear grandes ingresos en tu propio negocio o comorepresentante de algún negocio si no estás dispuesto a hacersaber a la gente de tu existencia o la de tu producto o servicio?Incluso como empleado, si no estás dispuesto a promocionartus virtudes, alguien que sí lo esté pasará rápidamente porencima de ti en el escalafón de la empresa.Existen varias razones por las que la gente tiene unproblema con la promoción o la venta. Lo más probable es quepudieses reconocer una o más de las siguientes.En primer lugar, puede que hayas tenido una malaexperiencia en el pasado con personas que se promocionaron atu costa de forma inadecuada: tal vez te sentiste víctima de unaventa «agresiva»; tal vez estuvieron molestándote en unmomento inoportuno; tal vez no pensaban aceptar un no porrespuesta. En cualquier caso, es importante reconocer que estaexperiencia se halla en el pasado y que puede que el hecho deconservarla no te esté sirviendo hoy.En segundo lugar, es posible que hayas vivido unaexperiencia desagradable al tratar de vender algo a alguien yser totalmente rechazado por esa persona. En este caso, elhecho de que te desagrade la promoción no es más que unamera proyección de tu propio miedo al fracaso y al rechazo.De nuevo, ten presente que el pasado no es necesariamenteigual al futuro.En tercer lugar, tu problema podría proceder de laprogramación de tus padres. A muchos de nosotros se nos dijoque es de mala educación «ensalzar lo propio». Bueno, esoestá muy bien si te ganas la vida como experto en buenosmodales, pero en el mundo real, en lo referente a negocios ydinero, si no ensalzas lo tuyo te garantizo que nadie lo hará.Los ricos están dispuestos a ensalzar sus virtudes y su valíaante cualquiera que tenga a bien escucharlos y, a poder ser,también harán negocios con ellos.Finalmente, hay personas que sienten que lo referente apromoción está por debajo de ellas. Yo llamo a esto elsíndrome del arrogante, también conocido como la actitud de«¿acaso no soy especial?». En este caso el sentimiento es quesi la gente quiere lo que tienes, debería encontrarte de algúnmodo y venir a ti. Las personas que tienen esta creencia estánsin blanca o lo estarán pronto, esoes seguro. Pueden tener laesperanza de que todo el mundo vaya a recorrer cielo y tierraen su búsqueda, pero la verdad es que el mercado estáabarrotado de productos y servicios, y aun cuando los suyospuedan ser los mejores nadie lo sabrás jamás, porque ellos sondemasiado estirados para decírselo a nadie.Probablemente te resulte familiar el dicho: «Construye lamejor ratonera y tendrás el mundo a tus pies». Bueno, eso soloes cierto si añades cinco palabras: «si se enteran de ello».Los ricos casi siempre son excelentes promotores. Puedeny están dispuestos a promocionar sus productos, sus serviciosy sus ideas con pasión y entusiasmo. Es más: son expertos enenvolver su valía de modo que resulte extremadamenteatractiva. Si piensas que hay algo de malo en eso, entoncesprohibamos el maquillaje a las mujeres y, mientras estamos enello, podríamos también deshacernos de los trajes para loshombres. Todo eso no es otra cosa que «envoltorio».Robert Kiyosaki, autor del superventas Padre rico, padrepobre (libro que recomiendo encarecidamente), señala quetoda empresa, incluida la de escribir libros, depende de laventa. Puntualiza que a él se le reconoce como autor desuperventas, no como autor de superescritura. Lo primero damucho más dinero que lo segundo.Las personas ricas son, por lo general, líderes, y todos losgrandes líderes son grandes promotores. Para ser un líderdebes tener, de forma intrínseca, seguidores y partidarios, loque significa que tienes que ser experto en vender, inspirar ymotivar a la gente para que se haga partícipe de tu visión.Hasta el presidente de los Estados Unidos de América ha devender continuamente sus ideas al pueblo, al Congreso eincluso a su propio partido para que estas sean puestas enpráctica. Y, mucho antes de que tenga lugar todo eso, si enprimer lugar no se vende él mismo, jamás saldrá elegido.Resumiendo, cualquier líder que no pueda o no quierapromoción no será líder durante mucho tiempo, ya sea enpolítica, negocios, deportes o incluso como padre o madre. Ysi insisto sobre esto es porque ¡los líderes ganan unabarbaridad de dinero más que los seguidores!PRINCIPIO DERIQUEZA:¡Los líderes ganan unabarbaridad de dineromás que los seguidores!Aquí la cuestión esencial no es si te gusta o no lapromoción, sino por qué estás haciéndola. Todo se reduce atus creencias: ¿crees de verdad en tu valía? ¿Crees de verdaden el producto o servicio que estás ofreciendo? ¿Crees deverdad que lo que tienes resultará de provecho a quienquieraque sepa de su existencia?Si crees en tu valía, ¿cómo iba a ser apropiado ocultarla ala gente que la necesita? Supón que tuvieses una cura para laartritis y te encontraras a alguien que estuviese sufriendo deesa enfermedad: ¿se lo ocultarías? ¿Esperarías a que esapersona te leyera el pensamiento o adivinase que tienes unproducto que podría ayudarle? ¿Qué pensarías de alguien queno ofreciera una oportunidad a personas que estuviesensufriendo porque fuera demasiado tímido, demasiado frío otuviese demasiado miedo para hacer promoción?Muchas veces, la gente que tiene problemas con lapromoción no cree del todo en su producto o en sí misma. Porconsiguiente, les resulta difícil imaginar que otras personascrean con tanta fuerza en su valía que quieran compartirla contodo aquel que se ponga en su camino y de cualquier formaque puedan.Si crees que lo que tienes para ofrecer puede ayudarverdaderamente a la gente, es tu deber hacer que se entere elmáximo número de personas posible. De este modo no soloayudas a la gente: ¡te haces rico!DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Promociono mi valía con pasión y entusiasmo».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Puntúa del 1 al 10 el producto o servicio que actualmenteestás ofreciendo (o que estás planeando ofrecer) entérminos de cuánto crees en su valor (el 1 es el más bajo yel 10 es el más alto). Si el resultado de tu puntuación sehalla entre 7 y 9, haz las modificaciones oportunas a tuproducto o servicio para aumentar su valor. Si es 6 omenos de 6, deja de ofrecer ese producto o servicio yempieza a representar algo en lo que verdaderamentecreas.2. Lee libros, escucha audios y CD, y haz cursos sobremercadotecnia y ventas. Conviértete en experto en estosdos campos hasta el punto de poder promocionar tu valíacon éxito y con el cien por cien de integridad.Archivo de riqueza n.º 9La gente rica es más grande que sus problemas.La gente pobre es más pequeña que sus problemas.Tal como decía antes, hacerse rico no es un paseo por elparque: se trata de un viaje lleno de recodos, curvas, desvíos yobstáculos. El camino que conduce a la riqueza está erizado detrampas y escollos, y por eso precisamente la mayoría de lagente no lo toma: no quiere complicaciones, quebraderos decabeza ni responsabilidades. En resumen, no quiereproblemas.Ahí reside una de las mayores diferencias entre ricos ypobres: la gente rica y próspera es más grande que susproblemas, mientras que la gente pobre y sin éxito es máspequeña que sus problemas.Los pobres harán casi cualquier cosa para evitarproblemas. Ven un reto y salen corriendo. La ironía es que, ensu búsqueda para asegurarse de no tener problemas, tienen elmayor problema de todos…: están sin blanca y amargados. Elsecreto del éxito, amigos míos, no es tratar de evitar losproblemas ni deshacerte de ellos; tampoco acobardarte anteellos. El secreto es crecer tú de forma que seas más grande quecualquier problema.PRINCIPIO DERIQUEZA:El secreto del éxito no estratar de evitar losproblemas ni deshacertede ellos; tampocoacobardarte ante ellos.El secreto es crecer tú deforma que seas másgrande que cualquierproblema.En una escala del 1 al 10, en la que el 1 es el más bajo,imagínate que eres una persona con una fuerza de carácter ycon una actitud del nivel 2 que se enfrenta a un problema denivel 5. ¿Cómo te parecería ese problema, grande o pequeño?Sin duda, desde una perspectiva de nivel 2, un problema denivel 5 parecería un gran problema.Ahora imagina que has crecido y te has convertido en unapersona de nivel 8. El mismo problema de nivel 5 ¿sería unproblema grande o pequeño? Mágicamente, un problemaidéntico al anterior ahora es un «pequeño problema».Finalmente, imagínate que has trabajado muchísimo en timismo y te has convertido en una persona de nivel 10. Ahora,este mismo problema de nivel 5 ¿es un problema grande opequeño? La respuesta es que no es ningún problema. Tucerebro ni siquiera lo registra como tal. No lleva incorporadaen sí nada de energía negativa. Es simplemente un incidentenormal que puedes manejar, como cepillarte los dientes ovestirte.Fíjate en que, ya seas rico o pobre, ya juegues a ser grandeo pequeño, los problemas no se marchan. Mientras estésrespirando, siempre habrá algo en tu vida que podamos llamarproblemas u obstáculos. Déjame decirte esto breve ysuavemente: lo importante no es nunca el tamaño delproblema; ¡lo que importa es tu propio tamaño!Esto puede resultar doloroso, pero si estás preparado parapasar al siguiente nivel de éxito vas a tener que tomarconciencia de lo que está ocurriendo realmente en tu vida.¿Estás preparado? Vamos allá.Si tienes un gran problema en tu vida, significa que ¡estássiendo una persona pequeña! No te dejes engañar por lasapariencias. Tu mundo exterior es solo un reflejo de tu mundointerior. Si quieres realizar un cambio permanente, ¡deja decentrarte en el tamaño de tus problemas y empieza a hacerloen el tuyo propio!PRINCIPIO DERIQUEZA:Si tienes un granproblema en tu vida,significa que ¡estássiendo una personapequeña!Uno de los recordatorios no tan sutiles que doy a losparticipantes en mi seminario es el siguiente: cuando te sientascomo si tuvieses un gran problema, señálate a ti mismo y grita:«¡Pequeño yo, pequeño yo, pequeño yo!». Eso te despertará degolpe y dirigirá de nuevo tu atención hacia dondecorresponde:sobre ti mismo. Después, desde tu «yo superior» (en lugar dehacerlo desde tu yo víctima, basado en el ego), haz unainspiración profunda y decide ahora mismo, en este precisomomento, que serás una persona más grande y que nopermitirás que ningún problema ni obstáculo te saque de tufelicidad ni de tu prosperidad.Cuanto más grandes sean los problemas que puedasresolver, mayor será el negocio que podrás manejar; cuantomayor sea la responsabilidad que puedas asumir, a másempleados podrás dirigir; cuantos más clientes tengas, másdinero podrás manejar y, en última instancia, más riquezapodrás administrar.Te repito, ¡tu riqueza puede crecer únicamente hasta dondelo hagas tú! El objetivo es que crezcas hasta un lugar en el quepuedas superar cualquier problema u obstáculo que seinterponga en tu camino de crear riqueza y de conservarla.A propósito, conservar tu riqueza es todo un mundo.¿Quién lo diría? Yo, desde luego, lo ignoraba. Pensaba queuna vez que lo logras ¡ya está! Chico, menuda sorpresa mellevé cuando perdí mi primer millón casi tan rápido como lohabía ganado. Ahora, en retrospectiva, comprendo cuál fue elproblema: en aquella época, mi «caja de herramientas» no eraaún lo bastante grande y fuerte para contener la riqueza quehabía alcanzado. Repito, ¡menos mal que practiqué losprincipios de la Mente Millonaria y fui capaz dereacondicionarme! No solo recuperé aquel millón, sino que,debido a mi nuevo «patrón del dinero», he reunido muchosmillones más. Y lo mejor de todo es que no solo heconservado mi dinero, sino que ¡no deja de crecer a unavelocidad notable!Piensa que eres tu contenedor de riqueza. Si tu contenedores pequeño y tu dinero es grande, ¿qué ocurrirá? Que loperderás. Tu contenedor rebosará y el dinero sobrante sedesparramará por todos lados. Sencillamente, no puedes tenermás dinero que el que tu contenedor es capaz de almacenar.Por lo tanto, debes crecer para ser un contenedor grande y, deese modo, no solo puedas contener más riqueza, sino tambiénatraer más riqueza. El universo detesta ver un vacío, y sitienes un contenedor de dinero muy grande, se apresurará allenarlo.Uno de los motivos por los que la gente rica es más grandeque sus problemas tiene que ver con lo que comentábamosantes: su enfoque no se halla en el problema, sino en la metaque quieren alcanzar. Por lo general, la mente se centra en unasola cosa a la vez. Quiero decir que o estás quejándote delproblema o estás trabajando en la solución. Las personas ricasy prósperas se orientan hacia las soluciones; emplean sutiempo y su energía en adoptar estrategias y planificar lasrespuestas que deben dar a los desafíos que surjan, así comoen crear sistemas para asegurarse de que ese problema no sevuelva a producir.La gente pobre y sin éxito está orientada hacia losproblemas. Gasta su tiempo y su energía refunfuñando yquejándose, y muy raras veces se les ocurre algo creativo parapaliar el problema. Normalmente tampoco hacen nada paraasegurarse de que no vuelva a suceder.Los ricos no evitan los problemas, no los esquivan y no sequejan de ellos. Los ricos son guerreros económicos. Ennuestro Campo de Entrenamiento del Guerrero Ilustrado, ladefinición de guerrero que empleamos es la de «aquel que seconquista a sí mismo».El resultado final es que, si te conviertes en un experto enmanejar problemas y superar cualquier obstáculo, ¿qué puedeimpedirte alcanzar el éxito? La respuesta es: ¡nada! Y, si nadapuede detenerte, ¡te vuelves imparable! Y, si te vuelvesimparable, ¿qué opciones tienes en tu vida? La respuesta es:todas las opciones. Si eres imparable, cualquier cosa y todaslas cosas se hallan a tu disposición. Tú, simplemente, lo eliges¡y es tuyo! ¡Qué libertad!, ¿no?DECLARACIONES: Pon la mano sobre el corazón y di:«Yo soy más grande que cualquier problema».«Puedo manejar cualquier problema».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Cuando te sientas a disgusto por un «gran» problema,señálate a ti mismo y di: «¡Pequeño yo, pequeño yo!».Luego haces una inspiración profunda y te dices a timismo: «Puedo manejar esto. Yo soy más grande quecualquier problema».2. Describe por escrito un problema que estés teniendo en tuvida. A continuación, enumera diez acciones concretasque puedas emprender para resolver o, al menos, paramejorar la situación. Esto te hará pasar de pensar en elproblema a pensar en la solución. Primero, es muyprobable que lo soluciones. Segundo, te sentirásmuchísimo mejor.Archivo de riqueza n.º 10Los ricos son excelentes receptores.Los pobres son malos receptores.Si tuviese que establecer con certeza la razón número uno porla que la mayoría de la gente no alcanza su pleno potencialeconómico, sería esta: la mayoría de las personas son malas«receptoras». Puede que sean o no sean buenas dando, pero loque está claro es que son malas recibiendo. Y, como tienen unpobre nivel de recepción, ¡no reciben!Existen varias razones por las que a la gente le supone unreto recibir. En primer lugar, muchas personas se sientenindignas o no merecedoras. Este síndrome prolifera en nuestrasociedad. Me atrevería a decir que a más del 90% de losindividuos les corren por las venas sentimientos de no sermerecedores.¿De dónde procede esta baja autoestima? Es lo de siempre:nuestro condicionamiento. En la mayoría de nosotros procedede oír muchas más veces la palabra negativa «no» que laafirmación «sí». Mucho más: «Lo estás haciendo mal» que:«Lo estás haciendo bien». Mucho más: «Eres estúpido» que:«Eres impresionante».Incluso si nuestros padres o tutores fueran increíblementealentadores, muchos de nosotros acabamos con el sentimientode no poder estar continuamente a la altura de sus elogios y desus expectativas. Así que, una vez más, no somos lo bastantebuenos.Además, la mayoría de nosotros crecimos con el elementode castigo en nuestra vida. Esta norma no escrita establece,simplemente, que si haces algo mal serás o deberías sercastigado. Algunos de nosotros fuimos castigados por nuestrospadres; otros, por nuestros profesores… y a otros, endeterminados círculos religiosos, se nos amenazó con la madrede todos los castigos: el de no ir al Cielo.Por supuesto, ahora que somos adultos, todo eso haterminado. ¿No es así? ¡Pues no! En la mayoría de la gente, elcondicionamiento del castigo se halla tan arraigado que, al notener a nadie a quien castigar, cuando cometen un error osimplemente sienten que no son perfectos, se castigansubconscientemente a sí mismos. Cuando eran pequeños, talvez ese castigo les venía en forma de: «Te has portado mal, asíque no hay caramelo». Hoy, sin embargo, podría adoptar laforma de: «Te has portado mal, así que no hay dinero». Estoexplica por qué hay personas que limitan sus ganancias y porqué otras sabotearán subconscientemente su prosperidad.No es extraño que la gente tenga dificultad para recibir: unsolo error diminuto y estás condenado a llevar la carga dedesgracia y pobreza durante el resto de tu vida. ¿«Un pocofuerte», dices? ¿Desde cuándo la mente se volvió lógica ocompasiva? La mente condicionada es una carpeta de archivosllena de programación pasada, significados inventados ehistorias de dramas y desastres. «Dar sentido a las cosas» noes su fuerte.He aquí algo que enseño en mis seminarios y que podríahacerte sentir mejor. Al final, no importa si te sientes valioso ono: puedes ser rico de cualquier modo. Hay muchísima genteadinerada que no se siente demasiado valiosa. De hecho, esuna de las principales motivaciones de las personas parahacerse ricas…: demostrar lo que valen, a sí mismas o a losdemás. La idea de que estar convencido de la propia valía esnecesario para hacer fortuna no es más que eso, una idea, perono siempre se confirma en el mundo real. Tal como he dichoanteriormente, hacerte rico para demostrar lo que vales puedeque no te haga de lo más feliz, así que es mejor que tedediquesa crear riqueza por otras razones. Pero lo importantees que tengas presente que tu sentimiento de falta de mérito note impedirá hacerte rico. Desde un punto de vista estrictamentefinanciero, podría tratarse, de hecho, de una baza a tu favor.Dicho esto, quiero que captes lo que voy a compartircontigo. Este podría ser fácilmente uno de los momentos másimportantes de tu vida. ¿Estás preparado? Aquí va.Reconoce que lo de si eres o no lo bastante valioso es todouna «historia» inventada. Nada tiene significado excepto elque nosotros le damos. No sé tú, pero yo jamás he oído hablarde nadie que al nacer pasase por la rueda de «sellado». ¿Teimaginas a Dios poniendo un sello en la frente de cada personaa medida que fuesen llegando al mundo? «Valioso…, novalioso…, valioso, no valioso…, no valioso. ¡Uf!…,definitivamente no valioso». Lo siento, no creo que funcionede ese modo. No hay nadie que venga y te ponga el sello de«valioso» o «no valioso». Lo haces tú. Tú te lo inventas. Tú lodecides. Tú y solo tú determinas si vas a ser valioso. Essimplemente tu perspectiva. Si tú dices que eres valioso, loeres. Si dices que no eres valioso, no lo eres. De cualquiermodo, vivirás dentro de tu propia historia. Esto es de unaimportancia tan fundamental que voy a repetirlo otra vez más:vives dentro de tu propia historia. Así de sencillo.PRINCIPIO DERIQUEZA:Si tú dices que eresvalioso, lo eres. Si dicesque no eres valioso, nolo eres. De cualquiermodo, vivirás dentro detu propia historia.Entonces, ¿por qué tendría la gente que hacerse esto a símisma? ¿Por qué tendría la gente que inventarse la historia deque no vale lo suficiente? Es, simplemente, la naturaleza de lamente humana, la parte protectora de nosotros que va siemprebuscando lo malo. ¿No te has fijado nunca en que una ardillano se preocupa por estas cosas? ¿Te imaginas a una ardilladiciendo: «Este año no voy a recolectar muchas nueces paraprepararme para el invierno porque no valgo lo suficiente»?Lo dudo, porque esas criaturas de menor inteligencia jamás seharían eso a sí mismas. Únicamente la criatura másevolucionada del planeta, el ser humano, tiene la capacidad delimitarse así.Uno de mis propios dichos es el siguiente: «Si un roble detreinta metros de altura tuviese la mente de un ser humano,¡solamente crecería hasta una altura de tres metros!». Esta esmi sugerencia: puesto que resulta mucho más fácil cambiar tuhistoria que tu valía, en lugar de preocuparte por cambiar estaúltima, modifica tu historia. Es mucho más rápido y barato.Simplemente, invéntate una historia nueva y mucho másproductiva, y vive en ella.«Ay, pero yo no podría hacer eso», dices tú. «No estoycualificado para decidir que soy valioso: eso tiene que venir deotra persona». Lo siento, digo yo, eso no es del todo exacto, locual es una forma amable de decir «¡tonterías!». No influirá ennada lo que cualquiera diga o dijese en el pasado, porque paraque tenga algún efecto tú tienes que creértelo y participar deello, y eso no puede venir de otra persona que no seas tú. Pero,solo para hacerte sentir mejor, sigamos el juego y haré por ti loque hago por miles de participantes en el Seminario IntensivoMente Millonaria: yo personalmente te ungiré.PRINCIPIO DERIQUEZA:«Si un roble de treintametros de altura tuviesela mente de un serhumano, ¡solamentecrecería hasta unaaltura de tres metros!».T. Harv EkerSe trata de una ceremonia especial, así que voy a pedirteque ahora mismo elimines cualquier distracción. Deja demasticar, deja de hablar por teléfono y deja lo que quiera queestés haciendo. Los hombres, si gustáis, podéis cambiaros yponeros traje y corbata, aunque lo mejor sería un esmoquin.Para las mujeres, un traje formal de fiesta y tacones seríaperfecto. Y si no tienes nada con la suficiente clase o lobastante nuevo, esta sería, definitivamente, la ocasión de ir acomprarte un traje o un vestido, preferiblemente de marca.Si estáis todos listos, comencemos. Por favor, arrodillaossobre una rodilla e inclinad la cabeza respetuosamente. Listos,vamos allá: «POR EL PODER QUE SE ME HA CONFERIDO, YO TE UNJOCOMO “PERSONA MUY VALIOSA”, ¡A PARTIR DE ESTE MOMENTO YPARA SIEMPRE JAMÁS!».Vale, ya estamos. Ahora puedes levantarte y mantener lacabeza alta porque al fin eres digno y valioso. He aquí unsabio consejo: ¡ya no tienes por qué dedicar ni un minuto de tutiempo a pensar si eres «valioso» o «no valioso» y empieza aemprender las acciones que necesitas para hacerte rico!La segunda razón fundamental por la que a la mayoría dela gente le supone un problema recibir es porque siguen, sinser conscientes de ello, el viejo principio: «Es mejor dar querecibir». Dejadme que lo exprese del modo más eleganteposible: «¡Vaya estupidez!». Esa frase es ridícula y, por si no tehabías dado cuenta, generalmente la propagan personas ygrupos que quieren que tú des para ellos recibir.La idea en conjunto es absurda. ¿Qué es mejor: frío ocalor, grande o pequeño, izquierda o derecha, dentro o fuera?Dar y recibir son dos caras de la misma moneda. Quienquieraque decidiese que es mejor lo primero que lo segundo,simplemente tendría un escaso dominio de las matemáticas:por cada uno que da debe haber uno que recibe, y por cada unoque recibe debe haber uno que da.PRINCIPIO DERIQUEZA:Por cada uno que dadebe haber uno querecibe, y por cada unoque recibe debe haberuno que da.¡Piénsalo! ¿Cómo podrías dar si no hubiese alguien o algoque recibiese? Ambos tienen que estar en perfecto equilibriopara trabajar de tú a tú, al cincuenta por ciento. Y puesto queel dar y el recibir deben igualarse siempre mutuamente, han deser también iguales en importancia.Además, ¿qué sensación produce dar? La mayoría denosotros estaría de acuerdo en que dar produce una sensaciónmaravillosa y de plenitud. A la inversa, ¿cómo te sientescuando quieres dar y la otra persona no está dispuesta arecibir? La mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que esuna sensación terrible. Así pues, graba esto en tu mente: si noestás dispuesto a recibir, estás «arrancando de ti» a quienesquieren darte.Estás, realmente, negándoles el gozo que proviene de dary, por tanto, se sienten fatal. ¿Por qué? Porque todo es energía,y cuando quieres dar pero no puedes, esa energía no consigueexpresarse y se estanca en ti. Esa energía «atascada» setransforma entonces en emociones negativas.Para empeorar las cosas, cuando no estás dispuesto arecibir plenamente ¡estás diciendo al universo que no te dé! Essencillo: si no estás dispuesto a recibir la parte que tecorresponde, esta irá a parar a otra persona que sí lo esté. Esaes una de las razones por las que los ricos se hacen más ricos ylos pobres, más pobres: no porque sean en absoluto másvaliosos o merecedores, sino porque están dispuestos a recibirmientras la mayoría de la gente pobre no lo está.Aprendí muy bien esta lección una vez mientras estaba deacampada solo en el bosque. Preparándome para mi estanciade dos días, hice un cobertizo atando la parte superior de unalona a un árbol y después sujeté la inferior al suelo, creandoasí una cubierta de cuarenta y cinco grados sobre mi cabezapara dormir. Menos mal que preparé este miniapartamento,porque llovió toda la noche. Cuando salí de mi refugio por lamañana, comprobé con satisfacción que estaba seco, igual quelos objetos situados bajo la lona. Pero al mismo tiempo, nopude evitar percatarme de un charco inusitadamente hondoque se había formado sobre el suelo, en la parte inferior de lalona. De repente oí la voz interior que me decía: «Lanaturaleza es totalmente abundante, pero no sabe distinguir.Cuando la lluvia cae, tiene que ir a algún lugar: si una parteestá seca, habrá otra que esté doblemente mojada». Plantadoallí, sobre el charco, me di cuenta de que así es exactamentecomo funciona el dinero: hay muchísimo, billones de billonesflotando por ahí; lo hay, sin duda, en abundancia, y tiene que ira parar a alguna parte.Lo que ocurre es esto: si alguien no estádispuesto a recibir la parte que le corresponde, esta irá a parara quienquiera que lo esté. A la lluvia no le importa quien lareciba, y al dinero tampoco.Llegados a este punto del Seminario Mente Millonaria,enseño a la gente una oración especial que creé tras miexperiencia bajo la lona. Por supuesto, es un poco irónica, perola lección resulta obvia. Dice así: «Universo, si hay algogrande y bueno que esté llegando a alguien que no se halledispuesto a tomarlo, ¡mándamelo a mí! Yo estoy abierto ydispuesto a recibir todas tus bendiciones. Gracias». Hago quetodos los asistentes repitan esto conmigo ¡y se vuelven locos!Se emocionan porque hallarse totalmente dispuesto a recibir esuna sensación increíble y genial, ya que es algo totalmentenatural. Cualquier cosa que te hayas inventado en sentidocontrario es solo una «historia» que no te sirve ni a ti ni anadie. Que se vaya tu historia y que venga tu dinero.La gente rica trabaja mucho y cree que es perfectamenteapropiado ser bien recompensado por sus esfuerzos y por elvalor que aporta a los demás. La gente pobre trabaja mucho,pero, debido a sus sentimientos de falta de mérito, cree que noes apropiado que sea bien recompensada por sus esfuerzos y elvalor que aporta. Esta creencia hace que los pobres vayan porel mundo como perfectas víctimas, y, por supuesto, ¿cómopuedes ser una «buena» víctima si estás bien recompensado?Hay muchos pobres que realmente creen que son mejorespersonas por ser pobres. De algún modo, piensan que son máspiadosas, más espirituales o más buenas. ¡Tonterías! Lo únicoque es la gente pobre es pobre. En el curso hubo un señor quevino a mí llorando. Me dijo: «No veo cómo podría sentirmebien por tener mucho dinero cuando otros tienen tan poco». Yole hice unas cuantas preguntas sencillas: «¿Qué bien haceusted a la gente pobre siendo uno de ellos? ¿A quién ayudaestando sin blanca? ¿No es usted una boca más que alimentar?¿No sería más efectivo que creara riqueza para usted yentonces pudiera ayudar realmente a otros desde una posiciónde fuerza en lugar de debilidad?».Dejó de llorar y dijo: «Por primera vez, lo he entendido.No puedo creer en qué estupideces he estado pensando. Harv,creo que ha llegado el momento de hacerme rico y, en elcamino, ayudar a otros. Gracias». Volvió a su asiento siendoun hombre nuevo. No hace mucho recibí un correo electrónicosuyo diciéndome que está ganando diez veces lo que ganabaantes y que se siente fenomenal por ello. Lo mejor de todo,dice, es la sensación tan formidable que le produce poderayudar a algunos de sus amigos y familiares que siguenpasando apuros.Esto me lleva a una cuestión importante: si posees losmedios para tener mucho dinero, ponte manos a la obra. ¿Porqué? Porque la verdad es que somos extremadamenteafortunados de estar viviendo en esta sociedad, una sociedaden la que cada persona es, de hecho, rica en comparación conotras muchas partes del mundo. Hay gente que, simplemente,no tiene jamás la oportunidad de tener dinero. Si tú eres una delas personas con suerte que sí tienen esa capacidad —y cadauno de vosotros lo sois, de lo contrario no estaríais leyendo unlibro como este—, utiliza tus medios al máximo. Hazte muyrico y después ayuda a la gente que no tiene la oportunidadque tú tuviste: eso tiene mucho más sentido para mí que estarsin blanca y no ayudar a nadie.Por supuesto, hay quien dirá: «El dinero me cambiará. Sime hago rico, podría convertirme en una especie de estúpidomezquino y avaricioso». En primer lugar, los únicos que diceneso son la gente pobre. No es nada más que otra justificaciónpara su fracaso, y no proviene sino de una más de las muchasmalas hierbas «interiores» de su jardín financiero. ¡No te lotragues!En segundo lugar, es necesario que pongamos las cosas ensu sitio. El dinero únicamente potenciará los rasgos de tucarácter: Si eres mezquino, te ofrecerá la oportunidad de serlomás; si eres amable, te dará la oportunidad de ser más amable;si en el fondo eres un estúpido, con dinero puedes serlo aúnmás; si eres generoso, tener más dinero te permitirá,simplemente, ser todavía más generoso. Y cualquiera que tediga otra cosa ¡está sin blanca!PRINCIPIO DERIQUEZA:El dinero únicamentepotenciará los rasgos detu carácter.Así pues, ¿qué puedes hacer? ¿Cómo te conviertes en unbuen receptor?En primer lugar, comienza por «cuidarte». Recuerda: laspersonas somos criaturas de hábito y, por lo tanto, deberáspracticar conscientemente recibir lo mejor que la vida tengapara ofrecerte.Uno de los elementos clave en el sistema deadministración del dinero que enseñamos en el SeminarioIntensivo Mente Millonaria es tener una cuenta «paracaprichos» de la que llegues a gastar una cantidad determinadade dinero en cosas «que te gusten» y que te permitan «sentirtemillonario». La idea de esta cuenta es mejorar tu sentimientode que te mereces lo mejor y fortalecer tu «músculo receptor».En segundo lugar, quiero que practiques el volverte loco deemoción y gratitud cada vez que encuentres o recibas algo dedinero. Tiene gracia: cuando estaba en la ruina y veía unmodesto centavo en el suelo, nunca me rebajaba tanto pararecogerlo; sin embargo, ahora que soy rico recojo cualquiercosa que se parezca siquiera al dinero. Le doy un beso debuena suerte y declaro en voz alta: «Soy un imán para eldinero. Gracias, gracias, gracias».No cometo el error de considerar el escaso valor decompra que tiene ese centavo: el dinero es dinero, yencontrarlo es una bendición del universo. Ahora que estoyplenamente dispuesto a recibir cualquier cosa y todo lo que seponga en mi camino, ¡lo hago!Si quieres crear riqueza, es absolutamente crucial estarabierto y dispuesto a recibir. Y también lo es si quieresconservarla. Si eres mal receptor y tropiezas de algún modocon una sustanciosa cantidad de dinero, lo más probable es quete desaparezca rápidamente. Como siempre, «primero lointerior, después lo externo»: para empezar, amplia tu «caja»receptora; después observa cómo llega el dinero hasta llenarla.Recuerda que el universo detesta ver un vacío, es decir, unespacio vacío será siempre llenado. ¿Te has fijado alguna vezen qué ocurre con un armario o con un garaje vacíos?Generalmente no se quedan mucho tiempo así, ¿verdad? ¿Tehas fijado también en lo extraño que resulta que el tiempoempleado en cualquier tarea sea siempre igual o mayor altiempo destinado para ella? Una vez que expandas tucapacidad de recibir, recibirás.Asimismo, una vez que te abras verdaderamente a recibir,el resto de tu vida se abrirá. No solo recibirás más dinero, sinotambién más amor, paz y felicidad. ¿Por qué? Debido a otroprincipio que utilizo constantemente y que establece losiguiente: «El modo en que haces cualquier cosa es el modo enque lo haces todo».PRINCIPIO DERIQUEZA:El modo en que hacescualquier cosa es elmodo en que lo hacestodo.Tal como eres en un área determinada es generalmentecomo eres en todas. Si has estado bloqueándote ante laposibilidad de recibir dinero, lo más probable es que hayasestado bloqueándote a recibir todo lo demás de bueno quetiene la vida. Por lo general, la mente no delinea de formaespecífica dónde eres mal receptor. De hecho, es todo locontrario, ya que la mente posee el hábito de generalizar ydice: «Así son las cosas. Siempre es lo mismo».Si eres mal receptor, lo eres en todas las áreas. La buenanoticia es que cuando te conviertas en un receptor excelente, loserás en todas partes… y estarás abierto a recibir todo cuantoel universo tiene que ofrecerte en todas las áreas de tu vida.Ahora lo único de lo que deberás acordarte es de seguirdiciendo «gracias» al recibir todas tus bendiciones.DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Soy un excelente receptor. Estoy abierto y dispuesto arecibir enormes cantidades de dinero en mi vida».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Practica las actitudes que te convertirán en un excelentereceptor. Cada vez que alguien te haga un cumplido decualquier tipo, di, simplemente, «gracias». No ledevuelvas el cumplido a esa persona. Esto te permiterecibir y poseer plenamente el cumplido en lugar de«desviarlo», como hace la mayoría de la gente. Yproporciona también a quien hace el cumplido tener elgozo de dar el regalo sin que se lo lancen otra vez paradevolvérselo.2. Cualquier —y quiero decir cualquier— cantidad dedinero que te encuentres o que recibas debería celebrarsecon entusiasmo. Grita: «Soy un imán para el dinero.Gracias, gracias, gracias». Esto es válido tanto para el quete encuentres en el suelo como para el que recibas comoregalo, del gobierno, como sueldo y de tu negocio onegocios. Recuerda: el universo te está ayudando. Sideclaras constantemente que eres un imán para el dinero,y sobre todo si tienes la prueba, el universo dirá,simplemente: «Vale», y te enviará más.3. Mímate. Al menos una vez al mes, haz algo especial quete guste a ti y que le guste a tu espíritu: recibe un masaje,una manicura, o una pedicura, asiste a una comida o a unacena extravagante, alquila un barco o una casita de fin desemana, o haz que alguien te lleve el desayuno a la cama.(Podría ser que tuvieses que negociarlo con un amigo ofamiliar). Haz cosas que te permitan sentirte rico ymerecedor. La energía que emitas por esta clase deexperiencia enviará al universo el mensaje de que vivesen la abundancia, por lo que el universo harásimplemente su trabajo y dirá: «Vale», y seguidamente teofrecerá oportunidades de obtener más.Archivo de riqueza n.º 11Los ricos eligen que se les pague según los resultados.Los pobres eligen que se les pague según el tiempoempleado.¿Has oído alguna vez este consejo: «Ve a la escuela, sacabuenas notas, consigue un buen trabajo con un sueldo fijo, sépuntual, trabaja mucho… y vivirás feliz toda tu vida»? Pordesgracia, este sabio consejo procede directamente del Librode cuentos de hadas, Volumen 1, justo después del cuento delratoncito Pérez.No voy a molestarme en desacreditar toda la frase: esopuedes hacerlo tú mismo revisando tu propia experiencia y lavida de todos los que te rodean. Lo que sí discutiré es la ideaque se halla detrás del sueldo «fijo». No hay nada malo enobtener un sueldo fijo, a menos que interfiera en tu capacidadde ganar lo que mereces. El problema es que, generalmente,interfiere.PRINCIPIO DERIQUEZA:No hay nada de malo enobtener un sueldo fijo, amenos que interfiera entu capacidad de ganar loque mereces. Elproblema es que,generalmente, interfiere.La gente pobre prefiere que se le pague un salario fijo opor horas. Necesitan la «seguridad» de saber que está entrandoexactamente la misma cantidad de dinero en exactamente elmismo tiempo, un mes sí otro también. De lo que no se dancuenta es de que esa seguridad tiene un precio, y el coste es lariqueza.Vivir basándose en la seguridad es vivir basándose en elmiedo. Lo que en realidad estás diciendo es: «Me da miedo nopoder ganar lo suficiente de acuerdo con mi rendimiento, asíque me conformaré con ganar lo justo para sobrevivir o estarcómodo».La gente rica prefiere que se le pague según los resultadosque produce, si no totalmente, al menos en parte. Los ricos,por lo general, de alguna forma poseen sus propios negocios.Los ingresos les vienen de sus beneficios. Trabajan a comisióno con un porcentaje de los ingresos. Eligen la opción decomprar acciones y participar en los beneficios en lugar derecibir salarios más altos. Fíjate en que con ninguna de lasformas de obtener dinero que se han mencionado en estepárrafo existe garantía alguna. Como he dicho anteriormente,en el mundo financiero las recompensas son, generalmente,proporcionales al riesgo.La gente rica cree en sí misma. Cree en su valor y en sucapacidad de entregarlo. La gente pobre, no, por eso necesita«garantía».Recientemente, traté con una asesora de relacionespúblicas que quería que le pagase unos honorarios de 4000dólares al mes. Le pregunté qué recibiría yo a cambio de esos4000 dólares. Me contestó que mensualmente lograría unacobertura en los medios de comunicación superior a los 20 000dólares. Yo le dije. «¿Y si no produce usted esos resultados ninada que se le acerque?». Ella respondió que, aun así, estaríaponiendo su tiempo, por lo que merecía que se le pagase.Así que contesté: «A mí no me interesa pagarle por sutiempo: me interesa pagarle por un resultado concreto, y si noproduce ese resultado, ¿por qué debería pagarle? Por otro lado,si produce resultados mayores debería cobrar más. Esta es mipropuesta: le daré el 50% del valor de la cobertura que origineen los medios de comunicación. Según sus cifras, esosignificaría pagarle diez mil dólares al mes, que es más deldoble de sus honorarios».¿Se avino a ello? ¡No! ¿Está sin blanca? ¡Sí! Y lo estará elresto de su vida o hasta que entienda que para hacerte riconecesitarás cobrar en función de los resultados.Los pobres canjean su tiempo por dinero. El problema deesta estrategia es que tu tiempo es limitado. Eso significa queinvariablemente acabas transgrediendo la Regla de la Riquezan.º 1, que dice: «Jamás pongas techo a tus ingresos». Si eligescobrar por tu tiempo, estás cargándote casi todas tusprobabilidades de obtener riqueza.PRINCIPIO DERIQUEZA:Jamás pongas techo atus ingresos.Esta regla puede aplicarse también a los negocios deservicio personal, en los que generalmente se te paga por tutiempo: por eso los abogados, contables y asesores que no sonaún socios de su firma —y, por lo tanto, no participan de losbeneficios del negocio— se ganan la vida de una forma, a losumo, moderada.Supón que te dedicas al negocio de los bolígrafos y recibesun pedido de 50 000 unidades. Si este fuese el caso, ¿quéharías? Simplemente, llamarías a tu proveedor, pedirías 50 000bolígrafos, los despacharías y contabilizarías felizmente losbeneficios. Ahora, supón que eres un terapeuta masajista lobastante afortunado para tener a 50 000 personas haciendocola frente a tu puerta porque todos quieren que les hagas unmasaje. ¿Qué haces? Te suicidas por no dedicarte al negociode los bolígrafos. ¿Qué más puedes hacer? Trata de explicar ala última persona de la cola que puede que vayas «un pocoretrasado», puesto que tiene hora el martes a las tres y cuarto,¡dentro de cuatro décadas!No estoy sugiriendo que hay nada malo en el serviciopersonal; simplemente, no esperes hacerte rico demasiadopronto, a menos que idees un modo de duplicarte a ti mismo.En mis seminarios, me encuentro a menudo con empleadosasalariados o que cobran por horas que se quejan de que no seles está pagando lo que merecen. Mi respuesta es: «¿Enopinión de quién? Estoy seguro de que tu jefe piensa que teestá compensando de forma justa. ¿Por qué no te deshaces delyugo salarial y pides que se te pague basándose total oparcialmente en tu rendimiento? O, si eso no es posible, ¿porqué no trabajar para ti? Entonces sabrás que estás ganandoexactamente el dinero que mereces». Pero este consejo, engeneral no parece apaciguar a estas personas, a las que esobvio que les aterroriza comprobar su «verdadero» valor en elmercado.El miedo que siente la mayoría de la gente a cobrar enfunción de sus resultados, con frecuencia, no es más quemiedo a romper con sus viejos condicionamientos. Según miexperiencia, la mayoría de las personas que se hallanestancadas en la rutina del sueldo fijo tienen una programaciónpasada que les dice que esa es la forma «normal» de que a unose le pague por su trabajo.No puedes culpar a tus padres. (Supongo que si eres unabuena víctima sí podrás). La mayoría de los padres tienden aser demasiado protectores, de modo que para ellos es naturalquerer que sus hijos tengan una existencia segura. Comoprobablemente ya habéis descubierto, cualquier trabajo que noproporcione un sueldo fijo generalmente provoca la infamereacciónde los progenitores: «¿Cuándo vas a conseguir unempleo de verdad?».Recuerdo que cuando mis padres me hicieron esa pregunta,mi respuesta fue: «¡Espero que nunca!». Mi madre se quedóanonadada. Mi padre, sin embargo, dijo: «Muy bien. Nunca teharás rico trabajando para otro por un salario convencional. Sivas a conseguir un empleo, asegúrate de que se te pague porporcentaje. ¡Si no, trabaja para ti!».Yo también te animo a que trabajes «para ti»: pon enmarcha tu propio negocio, trabaja a comisión, obtén unporcentaje de ingresos o de los beneficios de la compañía, ohazte con una opción de compra de acciones. Cualquiera quesea la forma que adoptes, asegúrate de crear una situación quete permita cobrar según tus resultados.Creo que prácticamente todo el mundo debería poseer supropio negocio, ya sea a tiempo parcial o completo. Laprimera razón es que la inmensa mayoría de los millonariosllegaron a hacerse ricos llevando su propio negocio.La segunda razón es que resulta extremadamente difícilcrear riqueza cuando Hacienda está arrebatándote casi la mitadde lo que ganas. Cuando posees un negocio puedes ahorrar unapequeña fortuna en impuestos desgravando una parte de tusgastos por cosas como el coche, los viajes e incluso tu casa.Solo por esa razón ya vale la pena tener tu propio negocio.Si no tienes una idea brillante para un negocio, no hay dequé preocuparse: puedes utilizar la de otro. En primer lugar,puedes hacerte vendedor a comisión: vender es una de lasprofesiones del mundo en las que se gana más dinero; si eresbueno, puedes amasar una fortuna. En segundo lugar, puedesunirte a una compañía de mercadotecnia en red: hay docenasque son excelentes y tienen implementados todos losproductos y sistemas que necesitas para ponerte en marchainmediatamente; por unos pocos dólares, puedes convertirte endistribuidor y tener todos los beneficios de poseer un negocioahorrándote muchas de las complicaciones administrativas.Si te gusta la mercadotecnia en red, puede constituir unvehículo explosivo para llegar a la riqueza. Pero, y es un granpero, no pienses ni por un minuto que va a ser un trayectogratuito: este sistema funcionará únicamente si tú lo haces.Para tener éxito requerirá «rodaje», tiempo y energía. Pero silo tienes no es nada extraño obtener ingresos del orden deentre los 20 000 y 50 000 dólares al mes (es correcto: al mes).En cualquier caso, el simple hecho de firmar y convertirte endistribuidor a tiempo parcial te proporcionará algunasexcelentes ventajas fiscales, y —quién sabe— tal vez te gusteel producto lo suficiente para ofrecerlo a otros y acabarhaciendo unos buenos ingresos.Otra opción es cambiar tu situación de «empleo» por unade «contrato»: si tu empleador está dispuesto, puede contratara tu compañía en lugar de a ti para hacer básicamente lo que túestás haciendo ahora. Tienen que cumplirse unos cuantosrequisitos legales, pero en general, si añades uno o dos clientesmás, incluso a tiempo parcial, puedes cobrar como propietariode negocio en lugar de como empleado y disfrutar de losbeneficios fiscales de los propietarios de negocios. Quién sabe:esos clientes a tiempo parcial pueden llegar a serlo a tiempocompleto, lo cual te daría entonces la oportunidad de«apalancarte» financieramente, contratar a otras personas quete hagan todo el trabajo y al final estarás dirigiendo tu propionegocio al cien por cien.Podrías pensar: «Mi jefe nunca se avendría a eso». Peropuedes llevarte una grata sorpresa. Tienes que comprender quea una empresa le cuesta una fortuna tener un empleado: nosolo tienen que pagar salarios o sueldos, sino también unaelevada suma de dinero al estado en impuestos y seguridadsocial. Añade a eso el coste del paquete de beneficios quereciben la mayoría de los empleados y, probablemente, laempresa que opte por contratarte como asesor independienteen lugar de tenerte como empleado se ahorre hasta un 50%.Por supuesto, no tendrás derecho a muchos de los beneficiosque tenías como empleado, pero solo con lo que te ahorras enimpuestos ya obtienes un alto beneficio.Al final, el único modo de ganar lo que realmente mereceses cobrar en función de tus resultados. Mi padre lo dijo de lamejor forma: «Nunca te harás rico trabajando para otro por unsalario convencional. Si vas a conseguir un empleo, asegúratede que se te pague por porcentaje. ¡Si no, trabaja para ti!».¡Ese sí que es un consejo sabio!DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Elijo que se me pague de acuerdo con mis resultados».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Si actualmente te hallas cobrando según un sueldo osalario por horas, crea y propón a tu empleador oempleadora un plan de retribución que te permita cobrar,al menos en parte, sobre la base de tus resultadosindividuales, así como a los resultados de la empresa. Siposees tu propio negocio, crea un plan de retribución quepermita a tus empleados, o incluso a los principalesproveedores, cobrar basándose más en sus resultados y enlos de tu empresa.Pon estos planes en acción de inmediato.2. Si actualmente eres empleado y no se te está pagando loque mereces según los resultados que estás produciendo,plantéate iniciar tu propio negocio. Puedes comenzar atiempo parcial. Podrías unirte fácilmente a una compañíade mercadotecnia en red, crear un negocio de asesoríaenseñando a otros lo que sabes u ofrecer tus serviciosindependientes a la empresa para la que trabajabasoriginalmente, pero esta vez cobrando por el rendimientoy los resultados, en lugar de hacerlo solamente por tutiempo.Archivo de riqueza n.º 12Los ricos piensan: «Las dos cosas».Los pobres piensan: «O esto o lo otro».La gente rica vive en un mundo de abundancia. La gentepobre, en un mundo de limitaciones. Por supuesto, unos yotros habitan en el mismo mundo físico, pero la diferencia sehalla en su punto de vista. Los pobres y la mayoría de la gentede clase media vienen de la escasez; viven según divisascomo: «Solamente hay lo justo para todos, nunca haysuficiente, y no se puede tener todo». Y, si bien es posible queno puedas tenerlo «todo», yo sí pienso que, desde luego,puedes tener «todo lo que de verdad quieras».¿Quieres una carrera con éxito o una estrecha relación contu familia? ¡Las dos cosas! ¿Quieres centrarte en los negocioso pasarlo bien y jugar? ¡Las dos cosas! ¿Quieres dinero osignificado en tu vida? ¡Las dos cosas! ¿Quieres ganar unafortuna o hacer el trabajo que te encanta? ¡Las dos cosas! Lagente pobre elige siempre una de las dos opciones; la genterica, las dos.Relato de éxito recibido de Sean NitaQuerido Harv:No puedo explicar lo agradecidos que estamos porhaberte conocido a través de una de las amigas demi esposa. En aquel momento yo acababa de sufrirun recorte de 10 000 dólares en la paga. Estábamosbuscando opciones desesperadamente, puesto queya no llegábamos a fin de mes.En el Mente Millonaria Intensivo aprendimos lasherramientas que nos ayudaron a crear nuestralibertad financiera. Una vez que aplicamos esasherramientas, empezaron a producirse milagros. Enel año siguiente pudimos comprar cinco casas, todascon unos beneficios mínimos de al menos 18 000dólares cada una. La quinta casa tuvo un beneficiode 300 000 dólares, ¡seis veces mi anterior salarioanual! Pude dejar mi empleo, en el que llevabacatorce años, y convertirme en inversor inmobiliarioa tiempo completo, lo que me dejó tiempo libre paraestar con mi familia y amigos.Tu método de enseñanza a nivel celular ha sido unagran clave para nuestro éxito. Estoy impaciente porlo que tengo por delante. Solo lamento no haberaprendido esto cuando tenía veintitantos años.Gracias.Atentamente,Sean NitaSeattle, WALos ricos entienden que con un poco de creatividad casisiempre puedes dar con un modo de tener lo mejor de ambosmundos. De ahora en adelante, cuando te veas enfrentando auna alternativa de «o una cosa o la otra», lapregunta porantonomasia que debes hacerte es: «¿Cómo puedo tenerambas?». Esta pregunta cambiará tu vida. Te llevará de unmodelo de escasez y limitación a un universo de posibilidadesy abundancia.Esto no solo es válido para las cosas que quieras: tambiénlo es para todas las áreas de la vida. Por ejemplo, ahora mismoestoy preparándome para tratar con un proveedor descontentoque cree que mi compañía, Peak Potentials, debería pagarciertos gastos que ellos han tenido y que no se acordaron en unprincipio. Mi opinión es que calcular sus costes es asuntosuyo, no mío, y que si ha incurrido en mayores gastos, eso esalgo con lo que tiene que tratar él. Estoy más que dispuesto anegociar un nuevo acuerdo para la próxima vez, pero soy unfanático en cuanto a cumplir los acuerdos que ya se tomaron.En mis tiempos «de ruina» abordaría esta discusión con elobjetivo de defender mis argumentos y asegurarme de nopagar a este tío ni un centavo más de lo que acordamos. Y auncuando me gustase conversarlo como proveedor, todo acabaríaprobablemente en una enorme discusión, en la que me meteríapensando que o gana él o gano yo.Hoy en día, sin embargo, por haberme entrenado a pensaren términos de «las dos cosas», abordo esta discusióncompletamente abierto a crear una situación en la que yo novaya a pagarle más dinero y él vaya a estar extremadamentecontento con las condiciones en que quedemos. En otraspalabras, ¡mi objetivo es tener las dos cosas!Otro ejemplo. Hace varios meses decidí adquirir una casade campo en Arizona. Recorrí la zona que me interesaba, ytodas las inmobiliarias me dijeron que si quería tresdormitorios y cuarto de estar en aquellas inmediaciones,tendría que pagar más de un millón de dólares. Yo tenía laintención de mantener mi inversión en esta casa por debajo delmillón. La mayoría de la gente o bien rebajaría susexpectativas o subiría su presupuesto. Yo me mantuve firme enconservar las dos cosas. Hace poco recibí una llamada: lospropietarios de una casa en la ubicación exacta que yo quería,con el número de habitaciones que yo quería, habían reducidosu precio en 200 000 dólares. Como la cantidad inicial quepedían era de un millón, ahora tenía la oportunidad decomprarla por 800 000. ¡Otro tributo a la intención de tener lasdos cosas!Finalmente, siempre les dije a mis padres que no queríaesclavizarme en un trabajo que no me gustase y que me haría«rico haciendo lo que me encanta». Su respuesta era lahabitual: «Tú vives en un mundo ideal. La vida no es un lechode rosas». Me decían: «Los negocios son los negocios, y elplacer es el placer. Primero te preocupas por ganarte la vida ydespués, si queda tiempo, podrás disfrutar de ella».Recuerdo que pensaba: «Hmm, si los escucho acabarécomo ellos. No. ¡Yo voy a tener las dos cosas!». ¿Fue duro?Ya lo creo. A veces tuve que trabajar una semana o dos en unempleo que odiaba para poder comer y pagar el alquiler. Perojamás perdí la intención de tener «las dos cosas». Nunca mequedé estacado a largo plazo en un empleo o con una empresaque no me gustase. Finalmente llegué a hacerme rico haciendolo que me encantaba. Ahora que sé que puede hacerse,continúo involucrándome únicamente en el trabajo y en losproyectos que me encantan. Y lo mejor de todo es que ahoratengo el gran privilegio de enseñar a otros a hacer lo mismo.En ninguna parte es más importante el modo de pensar de«las dos cosas» que en lo referente al dinero. La gente pobre ymucha de clase media creen que tienen que elegir entre eldinero y los demás aspectos de la vida. Por consiguiente, hanracionalizado una postura según la cual el dinero no es tanimportante como otras cosas.Pongamos las cosas en su lugar: ¡el dinero es importante!Decir que no lo es tanto como cualquiera de los demásaspectos de la vida es absurdo. ¿Qué es más importante, tubrazo o tu pierna? ¿No será que las dos cosas son importantes?El dinero es un lubricante: te permite «deslizarte» por lavida en lugar de tener que ir «arrastrándote» por ella. El dineroaporta libertad: libertad para comprar lo que quieras y parahacer lo que quieras con tu tiempo. El dinero te permitedisfrutar de lo más exquisito de la vida y te ofrece laoportunidad de ayudar a que otros tengan cubiertas susnecesidades básicas. Sobre todo, poseer dinero te permite nogastar tu energía preocupándote por no tener dinero.La felicidad es también importante. Y aquí es donde lagente pobre y de clase media se confunde: muchos creen queel dinero y la felicidad son mutuamente excluyentes, que obien puedes ser rico o bien puedes ser feliz. Nuevamente, estoes solo una mala programación.Las personas que son ricas en todos los sentidos de lapalabra entienden que has de tener las dos cosas: al igual quehas de tener tanto los brazos como las piernas, has de tenerdinero y felicidad.¡Puedes tener el pastel y también comértelo!Bien, esta es otra diferencia fundamental entre los ricos, lagente de clase media y los pobres:Los ricos creen que «puedes tener el pastel y tambiéncomértelo».La gente de clase media cree que «el pastel es demasiado“rico”, así que solo tomaré un trocito».Los pobres no creen que merezcan pastel, de modo quepiden una rosquilla, se centran en el agujero y se preguntancómo es que no tienen «nada».PRINCIPIO DERIQUEZA:Los ricos creen que«puedes tener el pastel ytambién comértelo».La gente de clase mediacree que «el pastel esdemasiado “rico”, asíque solo tomaré untrocito».Los pobres no creen quemerezcan pastel, demodo que piden unarosquilla, se centran enel agujero y sepreguntan cómo es queno tienen «nada».Y yo te pregunto: ¿de qué te sirve tener el «pastel» si nopuedes comértelo? ¿Qué se supone que debes hacer con élexactamente? ¿Ponerlo en la repisa de la chimenea y mirarlo?El pastel está hecho para comerlo y disfrutar de él.El modo de pensar «o una cosa o la otra» hace equivocarsetambién a la gente que cree que «si yo tengo más, habrá otroque tendrá menos». De nuevo, esto no es más que unaprogramación negativa basada en el miedo. La idea de que lagente adinerada, en cierto modo, acapara todo el dinero, deforma que no queda nada para nadie más, es ridícula. Enprimer lugar, esta creencia da por supuesto que hay unasexistencias de dinero limitadas. Yo no soy economista, pero,por lo que puedo ver, no paran de imprimir cada día. Hacedécadas que las existencias efectivas de dinero no se hallanligadas a ningún bien tangible. De modo que, aun cuando losricos tuviesen hoy todo el dinero, mañana habría más millones—si no miles de millones— disponibles.Otra cosa de la que no parece darse cuenta la gente quetiene esta limitada creencia es que el mismo dinero puedeemplearse una y otra vez, para crear valor para todo el mundo.Deja que te ponga un ejemplo que he utilizado en nuestrosseminarios. Invito a cinco personas a que salgan «a escena» yse traigan algo consigo. Les pido que se pongan en círculo.Entonces le doy un billete de cinco dólares a la primerapersona y le digo que compre algo por ese dinero a la personanúmero 2. Supón que compra un bolígrafo: así pues, ahora lapersona número 1 tiene un bolígrafo y la número 2 tiene loscinco dólares. Esta última emplea ahora el mismo billete decinco dólares para comprar, digamos, un clip y sujetar papelesa la persona número 3. Luego esta utiliza el mismo billete decinco dólares para comprar una libreta a la número 4. Esperoque captéis la idea: el mismo billete de cinco dólares sirviópara proporcionar un valor a cada persona que lo tenía; esosmismos cinco dólares pasaron por manos de cinco individuosdistintos y crearon un valor de cinco dólares para cada una yun valor total, para el grupo, de 25 dólares. Los cinco dólaresno se agotaron y, al ir dando la vuelta al círculo, crearon valorpara todos.Las lecciones de esto son claras. La primera es que eldinero no se agota; puedes emplear el mismo una y otra vezdurante años y años, y con miles y miles de personas. Lasegunda es que cuanto más dinero tienes, más puedesintroducir en el círculo, lo cual significa que otras personastienen más dinero para cambiar por más valor.Esto es exactamente lo opuesto al modo de pensar basadoen «o una cosa o la otra». Por el contrario, cuando tienesdinero y lo empleas, sois dos los que tenéis el valor: tú y lapersona con quien te lo gastas. Dicho claramente, si tanpreocupado estás por los demás y tanto quieres asegurarte deque obtengan la parte que les corresponde (como si hubiesealguna parte), haz lo necesario para hacerte rico y así poderesparcir más dinero por ahí.Si soy un ejemplo de algo, lo sería de que puedes ser unapersona amable, afectuosa, bondadosa, generosa, espiritual yrica. Te insto encarecidamente a que disipes el mito de que eldinero es en algún aspecto malo o de que tú serás menos«bueno» o menos «puro» si eres adinerado. Esa creencia esuna absoluta tontería, y lo que vas a conseguir tragándotela,además de engordar, es arruinarte.Amigos, ser amable, generoso y afectuoso no tiene nadaque ver con lo que haya o deje de haber en tu cartera: esosatributos provienen de lo que reside en tu corazón. Ser puro yespiritual no tiene nada que ver con lo que haya o deje dehaber en tu cuenta bancaria: son atributos que provienen de loque hay en tu alma. Pensar que el dinero te hace bueno o malo,de un modo u otro, es el modo de pensar «o una cosa o la otra»y simple y llanamente no es más que «basura programada»,que no contribuye a tu felicidad ni a tu prosperidad.Tampoco resulta productiva para quieres te rodean,especialmente para los niños: si te muestras así de firme conrespecto a ser una buena persona, sé tan «bueno» que noinfectes a la siguiente generación con las creenciasdesmoralizadoras que puedas haber adoptado sin darte cuenta.Si realmente quieres vivir una vida sin límites, sea cual seala situación, despréndete del modo de pensar «o una cosa o laotra» y mantén la intención de tener «las dos cosas».DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Yo siempre pienso “las dos cosas”».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Practica pensar y crear modos de tener «las dos cosas».Cualesquiera que sean las alternativas que se te presente,pregúntate: «¿Cómo puedo tener las dos cosas?».2. Toma conciencia de que el dinero que se halla encirculación enriquece la vida de todos. Cada vez que tegastes dinero, di para ti: «Este dinero pasará por cientosde personas y creará valor para todas ellas».3. Piensa en ti como un modelo de conducta para otros,demostrando que puedes ser amable, generoso, afectuoso¡y rico!Archivo de riqueza n.º 13Los ricos se centran en su fortuna neta.Los pobres se centran en lo que ganan con su trabajo.En lo que se refiere al dinero, es típico que la gente de nuestrasociedad pregunte: «¿Cuánto ganas?». Raras veces oyes lapregunta: «¿Cuál es tu fortuna neta?». Poca gente habla así,excepto, por supuesto, en el club de campo.En los clubes de campo la discusión financiera se centracasi siempre en torno a la fortuna neta: «Jim acaba de vendersus opciones de compra de acciones; tiene más de tresmillones. La compañía de Paúl acaba de salir a bolsa; tieneocho millones. Sue acaba de vender su negocio; ahora tienedoce millones». En el club de campo no vas a oír: «Eh, ¿hasoído que han ascendido a Joe? Sí, y, por si fuera poco, le hanaumentado un 2% por encima de la inflación». Si de verdadoyeses algo así, sabrías que te encuentras ante un invitado queestá de paso solo ese día.PRINCIPIO DERIQUEZA:La verdadera medida dela riqueza es la fortunaneta, no los ingresos deltrabajo.La verdadera medida de la riqueza es la fortuna neta, nolos ingresos del trabajo. Lo ha sido siempre, lo será siempre.La fortuna neta es el valor económico de todo cuanto posees.Para determinar tu fortuna neta, suma el valor de todo lo queposees, incluyendo tu dinero en efectivo y tus inversiones, tusacciones, tus obligaciones, tus bienes inmuebles, el valoractual de tu negocio si posees uno, el valor de tu residencia sies de tu propiedad, y después resta todo lo que debes. Lafortuna neta es la máxima medida de riqueza porque, en casode que fuese necesario, lo que posees puede, en últimainstancia, ser convertido en dinero en efectivo.La gente rica comprende la enorme distinción entre losingresos del trabajo y la fortuna neta. Los primeros sonimportantes, pero son solamente uno de los cuatro factores quedeterminan tu fortuna neta. Estos cuatro factores son:1. Ingresos2. Ahorros3. Inversiones4. SimplificaciónLos ricos entienden que construirse una fortuna netaelevada es una ecuación que contiene estos cuatro elementos.Puesto que todos esos factores son esenciales, examinemoscada uno de ellos.Los ingresos vienen de dos formas: ingresos de trabajo eingresos pasivos. Los primeros son el dinero ganado con eltrabajo activo, y entre ellos puede contarse el salario o, en elcaso de un empresario o empresaria, los beneficios obtenidosde un negocio. Los ingresos del trabajo requieren que estésinvirtiendo tu propio tiempo y esfuerzo para ganar dinero.Estos ingresos son importantes porque sin ellos resulta casiimposible encarar los otros tres factores de la fortuna neta.Los ingresos del trabajo constituyen el modo en quellenamos nuestro «embudo» financiero, por así decirlo. Si nointervienen otros factores, cuantos más ingresos del trabajotengas, más podrás ahorrar e invertir. Si bien este tipo deingresos es de fundamental importancia, su valor real es soloel hecho de ser una parte de la ecuación total de tu fortunaneta.Lamentablemente, la gente pobre y la de clase media secentran exclusivamente en los ingresos del trabajo. Porconsiguiente, acaban teniendo una fortuna neta baja o noteniendo ninguna.Los ingresos pasivos son dinero ganado sin que tú trabajesactivamente. Trataremos de ellos con más detalle un poco másadelante, pero de momento considéralos otra corriente deingresos que llena el embudo, y que después pueden emplearsepara gastarlos, ahorrarlos o invertirlos.Los ahorros son también imprescindibles. Puedes ganardinero a montones. Pero si no guardas nada de ese dinero,jamás crearás riqueza. Hay mucha gente que tiene un patrónfinanciero programado para gastar: tengan el dinero quetengan, se lo gastan. Eligen la satisfacción inmediata porencima del equilibrio a largo plazo. Los gastadores tienen treslemas. El primero es: «Solo es dinero»; por tanto, el dinero esalgo de lo que no tienen mucho. El segundo es: «Todo lo quese va vuelve»; al menos, eso esperan, porque su tercer lema es:«Lo siento, ahora mismo no puedo. Estoy sin blanca». Sincrear ingresos para llenar el embudo y ahorros paramantenerlos allí, es imposible encarar el siguiente factor de lafortuna neta.Una vez que has comenzado a ahorrar una parte decente detus ingresos, puedes pasar a la siguiente fase y hacer crecer tudinero invirtiéndolo. Generalmente, cuanto mejor seasinvirtiendo más rápido crecerá tu dinero y generará unafortuna neta mayor. La gente rica emplea tiempo y energía enaprender cómo invertir. Se enorgullecen de ser excelentesinversores o, al menos, de contratar a excelentes inversoresque inviertan por ellos. La gente pobre piensa que lasinversiones son únicamente cosa de ricos, de modo que nuncaaprenden sobre ello y siguen arruinados. De nuevo, cada partede la ecuación es importante.Nuestro cuarto factor de la fortuna neta bien puede ser laoveja negra de la manada, puesto que poca gente reconoce suimportancia para crear riqueza: se trata de la «simplificación».Va de la mano con el de ahorrar, e implica crearconscientemente un estilo de vida en el que necesites menosdinero para vivir. Reduciendo tu coste de vida, aumentas tusahorros y la cantidad de fondos disponibles para invertir.Para ilustrar el poder de la simplificación, te voy a relatarla historia de una de las participantes en nuestro SeminarioIntensivo Mente Millonaria. Cuando Sue tenía solo veintitrésaños, tomó una sabia decisión: compró una casa. En aqueltiempo le costó casi 300 000 dólares. Siete años después lavendió por más de 600 000, lo cual significa que obtuvo unbeneficio de más de 300 000 dólares. Se planteó comprar unanueva casa, pero tras asistir al Seminario Intensivo MenteMillonaria, se dio cuenta de que si invertía su dinero en unasegunda hipoteca segura al 10% de interés y simplificaba suestilo de vida, podría vivir con total comodidad de lasganancias de sus inversiones sin tener que volver a trabajarjamás. En lugar de comprar una nueva casa, se fue a vivir consu hermana. Ahora, con treinta años de edad, Sue eseconómicamente libre. Consiguió su independencia no a travésde ganar una tonelada de dinero, sino reduciendoconscientemente sus gastos personales. Sí, sigue trabajando —ya que le gusta—, pero no tiene por qué hacerlo. De hecho,únicamente trabaja seis meses al año. El resto del tiempo lopasa en Fiji: primero, porque le encanta y segundo, dice ella,porque allí el dinero le cunde aún más. Como vive con loslugareños, en lugar de hacerlo con los turistas, no gastamucho. ¿Cuántas personas conoces a quienes les encantaríapasar seis meses cada año viviendo en una isla tropical, sintener que trabajar nunca más, a la avanzadísima edad de treintaaños? ¿Y a los cuarenta? ¿A los cincuenta? ¿A los sesenta? ¿Ala que sea? Y todo, porque Sue creó un estilo de vida sencilloy, por consiguiente, no necesita una fortuna para vivir.Así pues, ¿qué hará falta para que seas económicamentefeliz? Si necesitas vivir en una mansión, tener tres casas deveraneo, poseer diez coches, hacer viajes anuales por elmundo, comer caviar y beber el champán más exquisito paradisfrutar de la vida, está bien, pero reconoce que te has puestoel listón condenadamente alto, y puede que te cueste mucho,mucho tiempo llegar a un punto en el que seas feliz.Por otro lado, si para ser feliz no necesitas todos los«juguetes», probablemente alcanzarás tu meta financieramucho antes.Repito, construirte una fortuna neta es una ecuación decuatro partes. Como analogía, imagina que conduces unautobús con cuatro ruedas: ¿cómo sería el trayecto si llevaseuna sola rueda? Probablemente, lento, accidentado, lleno dedificultades y yendo en círculos. ¿Te resulta eso familiar? Losricos juegan al juego del dinero montados en las cuatro ruedas:por eso su trayecto es rápido, suave, directo y relativamentefácil.A propósito, utilizo la analogía de un autobús porque unavez que eres próspero tu objetivo podría ser llevar a otros ahacer el trayecto contigo.La gente pobre y la de clase media juegan al juego deldinero sobre una sola rueda. Creen que el único modo dehacerse rico es ganar mucho dinero. Y si creen eso es soloporque nunca han estado allí. No comprenden la Ley deParkinson, que establece: «Los gastos aumentarán siempre enproporción directa a los ingresos».Lo normal en nuestra sociedad es: tienes coche, ganas másdinero y te compras un coche mejor; tienes casa, ganas másdinero y te compras una más grande; tienes ropa, ganas másdinero y te la compras más bonita; tienes vacaciones, ganasmás dinero y te gastas más en ellas. Por supuesto, hay unascuantas excepciones a esta regla pero ¡muy pocas! En general,al aumentar los ingresos los gastos se incrementan tambiéncasi inevitablemente. Por eso, los ingresos por sí solos nuncacrearán riqueza.Este libro se titula Los secretos de la mente millonaria. Lode «millonaria» ¿crees que se refiere a los ingresos o a lafortuna neta? A la fortuna neta. Por lo tanto, si tu intención esser millonario o más, debes centrarte en construirte unafortuna neta, que, como he comentado, se basa en algo muchomás complejo que la mera suma de tus ingresos.Acostúmbrate a averiguar cuál es tu fortuna neta hasta elúltimo centavo. Se trata de un ejercicio que puede transformartu vida financiera para siempre.Toma una hoja de papel en blanco y ponle el título«Fortuna neta». Después crea un sencillo gráfico quecomience por cero y acabe por el objetivo de tu fortuna neta.Anota la actual tal cual es hoy. Después, cada noventa díascalcula tu nueva fortuna neta. Eso es todo. Si haces esto,descubrirás que te haces cada vez más rico. ¿Por qué? Porqueestarás «siguiendo la pista» a tu fortuna neta.Recuerda: aquello en lo que te centras se expande. Comodigo a menudo en nuestros cursos: «Allí donde se dirige laatención, fluye la energía y aparecen los resultados».PRINCIPIO DERIQUEZA:«Allí donde va laatención, fluye laenergía y aparecen losresultados».Al seguir la pista a tu fortuna estarás centrándote en ella y,puesto que aquello en lo que te centras se expande, tu fortunaneta se expandirá. Por cierto, esta ley vale para todas lasdemás partes de tu vida: aquello a lo que le sigues la pistacrece.Llegados a este punto, te animo a que encuentres un buenplanificador financiero y trabajes con él: estos profesionalespueden ayudarte a seguir el rastro de tu fortuna neta, aconstruirla y a organizar tus finanzas; también te presentarándiversos vehículos para ahorrar y hacer crecer tu dinero.El mejor modo de encontrar un buen planificador es que telo recomiende un amigo o socio que esté contento con lapersona cuyos servicios utiliza. No estoy diciendo que tetomes todo lo que diga tu planificador como palabra de Dios.Estoy sugiriendo que encuentres un profesional cualificado,con aptitudes que te ayuden a planificar y seguir el rastro a tusfinanzas. Un buen planificador o planificadora puedeproporcionarte las herramientas, el software, losconocimientos y las recomendaciones que te ayuden aconstruir el tipo de hábitos de inversión que produciránriqueza. Generalmente, yo recomiendo a alguien que trabajecon toda una gama de productos financieros en lugar dehacerlo solo con seguros o solo con fondos de inversión. Deese modo, puedes enterarte de una diversidad de opciones ydespués decidir lo que más te conviene.DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«¡Me centro en construirme una fortuna neta!».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Céntrate en los cuatro factores de la fortuna neta:incrementar tus ingresos, tus ahorros y tus rendimientosde inversión, y reducir tus gastos simplificando tu estilode vida.2. Averigua tu fortuna neta. Para ello, suma el valor de todolo que posees (tu activo) y resta el valor total de lo quedebes (tu pasivo). Comprométete a seguir la pista yrevisar la situación cada trimestre. En virtud de la ley delenfoque, aquello a lo que le sigas la pista aumentará.3. Contrata a un planificador financiero reconocido o quetrabaje con una compañía de renombre y acreditada. Elmejor modo de encontrar a un buen planificadorfinanciero es pedir referencias a amigos o socios.Bonificación especial: Entra enwww.millionairemindbook.com y haz clic en FREE BOOKBONUSES para recibir gratuitamente tu «hoja de seguimiento dela fortuna neta».Archivo de riqueza n.º 14La gente rica administra bien su dinero.La gente pobre administra mal su dinero.Thomas Stanley, en su libro The Millionaire Next Door (Elmillonario de al lado), entrevistó a millonarios de todaNorteamérica y escribió sobre quiénes son y cómo lograron suriqueza. Los resultados pueden resumirse en una sola y brevefrase: «Los ricos administran muy bien su dinero». La genterica administra bien su dinero. La gente pobre lo administramal.No estoy afirmando que las personas adineradas sean enabsoluto más listas que las pobres: simplemente, tienen hábitosdistintos en lo que respecta al dinero. Como dije en la primeraparte de este libro, estos hábitos se basan principalmente ennuestro condicionamiento pasado. Así pues, en primer lugar, sino estás administrando de manera adecuada tu dinero,probablemente fuiste programado para no hacerlo. En segundolugar, es casi seguro que no sabes cómo administrar tu dinerode un modo que resulte fácil y eficaz. No sé tú, pero donde yoiba a la escuela no se daba la asignatura de Administración delDinero. En lugar de eso nos instruyeron mucho acerca de laGuerra de 1812, que, por supuesto, es algo que utilizo muchocada día sin excepción.Puede que no sea una frase muy brillante, pero todo sereduce a esto: la única y más grande diferencia entre laprosperidad económica y el fracaso económico es lo bien queadministres tu dinero. Es sencillo: para dominar el dinerodebes administrarlo.Los pobres o bien administran mal su dinero o bien evitandirectamente el tema monetario. Hay muchas personas a lasque no les gusta administrar su dinero porque, en primer lugar,dicen que hacerlo restringe su libertad y, en segundo lugar,afirman que no tienen suficiente dinero que administrar.En cuanto a la primera excusa, administrar el dinero norestringe tu libertad; al contrario, la incrementa. Administrar tudinero te permite acabar creando libertad económica para queno tengas que trabajar nunca más. Para mí, eso es la auténticalibertad.En cuanto a los que arguyen la razón siguiente: «No tengosuficiente dinero que administrar», están mirando por elextremo equivocado del telescopio; más que decir: «Cuandome sobre el dinero comenzaré a administrarlo», la realidad es:«Cuando comience a administrarlo me sobrará el dinero».Decir: «Empezaré a administrar mi dinero en cuanto esté aldía» es como si una persona con exceso de peso afirmase:«Empezaré a hacer ejercicio y dieta en cuanto pierda cinco*kilos». Es comenzar la casa por el tejado, lo cual no lleva aninguna parte… ¡o incluso hacia atrás! Primero empieza aadministrar adecuadamente el dinero que tengas y despuéstendrás más dinero para administrar.En el Seminario Intensivo Mente Millonaria cuento unrelato que llama mucho la atención a la mayoría de losasistentes. Imagina que vas caminando por la calle con unaniña de cinco años. Topáis con una heladería y entráis. Lecompras un helado de cucurucho. Al salir de la heladería, vesque el cucurucho empieza a temblar en las manitas de la niñay, de repente, plof: el helado sale del cucurucho y se cae alsuelo.La niña comienza a llorar, así que volvéis a entrar en latienda y, cuando estás a punto de pedir por segunda vez, laniña se fija en un colorido letrero con la fotografía de uncucurucho «de tres bolas». Señala la foto y grita emocionada:«¡Quiero aquel!».Bueno, he aquí la cuestión: siendo la persona amable,afectuosa y generosa que eres, ¿accederás a comprarle a estacriatura el helado de tres bolas? Tu respuesta inicial podría ser«Claro». Sin embargo, al considerar la cuestión un poco másdetenidamente, la mayoría de los participantes en nuestroseminario responde: «No». Porque, ¿querrías arrojar a la niñaal fracaso? La criatura no podía manejar siquiera un cucuruchode una bola; ¿cómo iba a poder con uno de tres?Pues así ocurre contigo y con el universo. Vivimos en ununiverso amable y amoroso, y la regla es: «Hasta quedemuestres que sabes manejar lo que tienes, ¡no obtendrásmás!».PRINCIPIO DERIQUEZA:Hasta que demuestresque sabes manejar loque tienes, ¡noobtendrás más!Antes de lograr una gran cantidad de dinero debes adquirirlos hábitos y las aptitudes para administrar una cantidadpequeña. Recuerda que somos criaturas de hábito y que, por lotanto, el hábito de administrar tu dinero es más importante quela cantidad.PRINCIPIO DERIQUEZA:El hábito de administrartu dinero es másimportante que lacantidad.Así pues, ¿cómo administras exactamente tu dinero? En elSeminario Intensivo Mente Millonaria enseñamos lo quemuchos creen que es un método de administración del dinerosorprendentemente sencillo y eficaz. No está al alcance de estelibro examinar todos los detalles; sin embargo, te voy a dar unpar de instrucciones esenciales para que puedas ponerte enmarcha.Abre una cuenta bancaria aparte, a la que llamarás tuCuenta de la Libertad Financiera. Pon en este fondo el 10% detodo lo que recibas (tras descontar los impuestos). Este dineroes para destinarlo únicamente a inversiones y a crear ingresospasivos. El cometido de esta cuenta es construir una gallina deoro que ponga huevos de oro llamados ingresos pasivos. Y¿cuándo podrás gastar este dinero? ¡Nunca! No se gastanunca: solamente se invierte. Al final, cuando te jubiles, llegasa gastarte las rentas del fondo (los huevos), pero nunca elfondo en sí. De este modo, sigue creciendo continuamente yjamás puedes quedarte arruinado.Una de nuestras alumnas, llamada Emma, me contó hacepoco su historia. Hace dos años estaba a punto de declararseen bancarrota. Aunque no quería, sentía que no tenía otraopción: se hallaba endeudada más allá de lo que podíasoportar. Entonces asistió al Seminario Intensivo MenteMillonaria y aprendió sobre el sistema de administración deldinero. Emma dijo: «Esto es. ¡Así es como voy a salir de esteembrollo!».A Emma, al igual que a todos los participantes, se le dijoque dividiese su dinero en varias cuentas distintas. «Eso esgenial, sí señor —pensó—. ¡Si no tengo nada que dividir!».Pero como quería probarlo, decidió dividir un dólar al mesentre las cuentas. Sí, así es, solamente un dólar al mes.Basándose en el sistema de reparto que enseñamos,utilizando ese único dólar, puso diez centavos en su CLF(Cuenta de Libertad Financiera). Lo primero que pensó fue:«¿Cómo diantre se supone que he de llegar a sereconómicamente libre con diez dentavos al mes?». De modoque se comprometió a doblar aquel dólar cada mes. El segundomes dividió dos dólares; el tercero, cuatro dólares; después,ocho, dieciséis, treinta y dos, sesenta y cuatro, y así hasta queel duodécimo mes eran 2048 dólares los que estaba dividiendomensualmente.Después, dos años más tarde, comenzó a recolectarasombrosos frutos de sus esfuerzos: ¡fue capaz de poner10 000 dólares directamente en su Cuenta de LibertadFinanciera! Había desarrollado el hábito de administrar tanbien su dinero que, cuando llegó a sus manos una bonificacióninesperada de 10 000 dólares, ¡ya no necesitaba el dinero paranada más!Ahora Emma está libre de deudas y en camino de llegar aser financieramente libre. Y todo porque puso en acción lo quehabía aprendido, aun cuando fuese solamente con un dólar almes.No importa si ahora mismo tienes una fortuna oprácticamente nada: lo que importa es que comiencesinmediatamente a administrar lo que tengas, y quedarásestupefacto de lo pronto que obtienes más.Tuve otro alumno en el Seminario Intensivo MenteMillonaria que preguntó: «¿Cómo puedo administrar mi dinerosi lo estoy pidiendo prestado para vivir?». La respuesta es:pide prestado un dólar más y adminístralo. Aun cuando estéspidiendo prestado o recibiendo solo unos pocos dólares al mes,debes administrar ese dinero, porque lo que aquí está en juegoes algo más que un principio del mundo «físico»: se tratatambién de un principio espiritual. Una vez que demuestres aluniverso que sabes manejar adecuadamente tus finanzas, seproducirán milagros.Además de abrir una cuenta bancaria para la LibertadFinanciera, crea un bote de la Libertad Financiera en tu casa ydeposita dinero en él todos los días. Podrían ser diez dólares,cinco, uno, un simple centavo o todo el cambio que lleves enlos bolsillos. La cantidad no importa: lo que importa es elhábito. El secreto es poner diariamente «atención» en tuobjetivo de llegar a ser económicamente libre. Lo semejanteatrae a lo semejante, el dinero atrae más dinero. Deja que estesimple bote se convierta en tu «imán de dinero», atrayendo atu vida cada vez más dinero y más oportunidades de llegar alibertad financiera.Ahora bien, estoy seguro de que esta no es la primera vezque oyes el consejo de ahorrar el 10% de tu dinero parainvertir a largo plazo, pero puede que sea la primera vez queoyes que debes tener una cuenta idéntica y contraria,específicamente destinada a «pulirte» el dinero y a jugar.Uno de los mayores secretos paraadministrar el dinero esel equilibrio: por un lado, quieres ahorrar el máximo posiblepara poder invertirlo y hacer más dinero; por otro, necesitasponer otro 10% de tus ingresos en una cuenta «para jugar ydivertirse». ¿Por qué? Porque tenemos una naturalezaholística: no puedes influir en una parte de tu vida sin que lasdemás se vean afectadas. Hay gente que ahorra, ahorra, ahorra,y mientras que su yo lógico y responsable está realizado, suespíritu interior no lo está. Al final este lado del espíritu «quebusca diversión» dirá: «Ya está bien. Yo también quiero unpoco de atención», y saboteará los resultados.Por otra parte, si gastas, gastas y gastas, no solo no llegarásjamás a ser rico, sino que la parte de ti que es responsableacabará creando una situación en la que ni siquiera disfrutarásde las cosas en las que te gastas el dinero, y acabarássintiéndote culpable. La culpa hará, entonces, queinconscientemente gastes más de la cuenta, como forma deexpresar tus emociones. Tal vez sentirás mejor temporalmente,pero pronto vuelve la culpa y la vergüenza. Es un ciclovicioso, y la única manera de evitarlo es aprender aadministrar tu dinero de un modo que funcione.Tu cuenta para jugar y divertirse se utiliza principalmentepara «cuidarte»: para hacer lo que por regla general no harías.Para las cosas superespeciales, como ir a un restaurante y pediruna botella del mejor vino o champán, alquilar un barco parapasar el día o alojarte en un hotel de cinco estrellas para pasaruna extravagante noche de juerga.La norma de la cuenta para jugar y divertirse es que debegastarse todos los meses. ¡Así es! Cada mes tienes que«pulirte» todo el dinero que haya en esa cuenta de un modoque te haga sentirte rico: por ejemplo, imagina que entras enun centro de masajes, vuelcas todo el dinero de tu cuenta sobreel mostrador, señalas a los terapeutas masajistas y dices: «Osquiero a los dos (o las dos) conmigo. Con las piedras calientesy los condenados pepinos. Después de eso ¡traedme elalmuerzo!».Como dije, extravagante. El único modo en que la mayoríade nosotros continuaremos alguna vez siguiendo nuestro plande ahorro es compensándolo con un plan de juego que nospremiará por nuestros esfuerzos. Tu cuenta para jugar ydivertirse está destinada también a fortalecer tu «músculoreceptor». Además, hace que administrar tu dinero seamuchísimo más divertido. Aparte de la cuenta para jugar ydivertirse, y la Cuenta de la Libertad Financiera, te aconsejoque crees cuatro más. En estas otras se ingresa:un 10% en tu Cuenta de Ahorros a Largo Plazo paraGastarun 10% en tu Cuenta para Formaciónun 50% en tu Cuenta para Necesidades Básicasun 10% en tu Cuenta para DonativosLa gente pobre piensa que todo gira en torno a losingresos; cree que tienes que ganar una fortuna para hacerterico. Repito, ¡eso son cuentos chinos! El hecho es que siadministras tu dinero siguiendo este programa, puedes llegar aser económicamente libre con unos ingresos relativamentepequeños. Si lo administras mal, no puedes llegar a serfinancieramente libre, ni siquiera con unos ingresos enormes.Por eso hay tantos profesionales con ingresos elevados —médicos, abogados, deportistas e incluso contables— queestán básicamente arruinados, porque no se trata solo de lo queentra: lo importante es lo que haces con lo que te entra.Uno de nuestros asistentes, John, me dijo que la primeravez que oyó hablar del sistema de administración del dineropensó: «¡Qué aburrido! ¿Por qué iba a malgastar alguien suvalioso tiempo haciendo eso?». Luego, más adelante, duranteel seminario, finalmente se dio cuenta de que si quería serfinancieramente libre algún día, también él tendría queadministrar su dinero, exactamente igual que los ricos.John tuvo que aprender este nuevo hábito porque,decididamente, no era algo natural en él. Dijo que le recordabaa cuando estaba entrenándose para los triatlones: erafrancamente bueno en natación y ciclismo; sin embargo,odiaba correr: le dolían los pies, las rodillas y la espalda.Después de cada sesión de entrenamiento estaba agarrotado, sequedaba siempre sin aliento y le ardían los pulmones, ¡inclusocuando no iba deprisa! Correr le daba terror. Sin embargo,sabía que si había de convertirse en un triatleta de élite, debíaaprender a correr y aceptarlo como parte de lo que se requeríapara triunfar. Mientras que en el pasado John evitaba correr,ahora decidió hacerlo todos los días. Tras unos meses comenzóa disfrutar corriendo y, de hecho, lo esperaba ansiosamentecada día.Y esto es exactamente lo que le ocurrió en el terreno de laadministración del dinero: arrancó odiando cada minuto deesta, pero llegó a gustarle. ¡Ahora espera con ansia recibir elsueldo y dividirlo en las distintas cuentas! También disfrutaobservando cómo su fortuna neta ha pasado de cero a más de300 000 dólares y va creciendo día a día.Todo se reduce a esto: o controlas el dinero o él tecontrolará a ti. Y para controlar el dinero debes administrarlo.PRINCIPIO DERIQUEZA:O controlas el dinero oél te controlará a ti.Me encanta oír como las personas dicen sentirse másconfiadas con relación al dinero, al éxito y a sí mismas, unavez que comienzan a administrar adecuadamente su dinero. Lomejor es que esta confianza se traslada a otras partes de suvida y mejora su felicidad, sus relaciones e incluso su salud.El dinero constituye una gran parte de tu vida, y cuandoaprendes a tener tus finanzas bajo control, todas las áreas de tuvida mejorarán.DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Soy un excelente administrador del dinero».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Abre tu cuenta bancaria de la Libertad Financiera. Pon un10% de todos tus ingresos (tras descontar los impuestos)en esta cuenta. Este dinero no ha de gastarse nunca:únicamente, invertirse para que produzca ingresospasivos para tu jubilación.2. Crea un bote de la Libertad Financiera en tu casa ydeposita dinero en él todos los días. Podrían ser diezdólares, cinco, uno, un simple centavo o todo el cambioque lleves suelto. Esto fijará diariamente tu atención en tulibertad económica, y allí donde se dirige la atenciónaparecen los resultados.3. Abre una cuenta para jugar y divertirse o ten en tu casaun bote para lo mismo donde guardes el 10% de todos tusingresos. Además de dicha cuenta y la de tu libertadfinanciera, abre cuatro más y deposita en cada una lossiguientes porcentajes:un 10% en tu Cuenta de Ahorros a Largo Plazopara Gastarun 10% en tu Cuenta para Formaciónun 50% en tu Cuenta para Necesidades Básicasun 10% en tu Cuenta para Donativos4. Tengas el dinero que tengas, comienza a administrarloahora. No esperes un día más. Aun cuando poseassolamente un dólar, adminístralo. Toma diez centavos yponlos en tu bote para la CLF, y otros diez y ponlos en tubote para jugar y divertirse. Esta única acción enviará aluniverso un mensaje de que estás preparado para recibirmás dinero. Por supuesto, si puedes administrar más,hazlo.Archivo de riqueza n.º 15Los ricos hacen que su dinero trabaje mucho paraellos.Los pobres trabajan mucho por su dinero.Si eres como la mayoría de las personas, creciste recibiendo laprogramación de que «tienes que trabajar mucho paraconseguir dinero». Sin embargo, es muy probable que no tedijeran que era igual de importante hacer que tu dinero«trabajase mucho para ti».No hay quien lo ponga en duda: es importante trabajarmucho, pero esto por sí solo jamás te hará rico. ¿Cómosabemos eso? Echa un vistazo al mundo real. Hay millones —no, miles de millones— de personas que se esclavizan,matándose a trabajar el día entero e incluso toda la noche.¿Son todas ricas? ¡No! ¿La mayoría son ricas? ¡No! ¿Muchasde ellas son ricas? ¡No! Casi todos están en la ruina o cerca deella. Por otro lado, ¿a quién ves holgazaneando por los clubesde campo del mundo? ¿Quién ocupa las tardes jugando al golf,al tenis o navegando?¿Quién se pasa los días yendo de tiendasy las semanas, de vacaciones? Te daré tres oportunidades deadivinarlo y las dos primeras no cuentan. ¡La gente rica,exacto! Así que vayamos al grano: ¡la idea de que tienes quetrabajar mucho para hacerte rico es falsa!La vieja ética protestante del trabajo establece aquello de«trabajo de un dólar por paga de un dólar». No hay nada demalo en ese dicho excepto que olvidaron decirnos qué hacercon esa «paga de un dólar». Saber qué hacer con ese dólar eslo que te permite pasar del trabajo duro al trabajo inteligente.Relato recibido de Christine KloserDe: Christine KloserPara: T. Harv EkerPara decirlo sencillamente, después de asistir alMente Millonaria Intensivo de T. Harv Eker mirelación con el dinero cambió por completo, y minegocio creció en un 400% en el transcurso de unaño.Y lo más significativo: mi marido y yo «captamos»por fin lo importante que era ahorrar el primer 10%de nuestros ingresos todos los meses, sin importar loque fuera. Ahora, me alegra decir que ¡hemosahorrado más en los pocos años que han pasadodespués de asistir al programa de Harv que en losquince anteriores!Además, las técnicas que aprendimos parasolucionar asuntos monetarios de nuestra relaciónhan hecho que desde entonces dejáramos de discutirpor ese motivo.El sistema de administración del dinero de Harv esfácil de seguir ¡y funciona!Por vuestro éxito.Los ricos pueden pasarse los días jugando y relajándoseporque trabajan inteligentemente. Comprenden y utilizan laspalancas: emplean a otras personas para que trabajen por ellosy emplean su dinero para que trabaje para ellos.Sí, según mi experiencia, tienes que trabajar duro por tudinero. Sin embargo, para la gente rica se trata de unasituación temporal; para la gente pobre es permanente. Losricos entienden que «tú» tienes que trabajar mucho hasta quetu «dinero» trabaje lo suficiente para ocupar tu lugar. Ellospiensan que cuanto más trabaje tu dinero menos tendrás quetrabajar tú.Recuerda: el dinero es energía. La mayoría de las personaspone energía de trabajo y deja fuera la del dinero. La gente quelogra la libertad financiera ha aprendido a sustituir suinversión de energía de trabajo por otras formas de energía:entre estas se hallan el trabajo de otras personas, los sistemasempresariales o su capital de inversión. Repito, primero tútrabajas mucho por el dinero y después dejas que este trabajemucho para ti.Cuando se trata del juego del dinero, la mayoría de lagente no tiene ni idea de lo que hace falta para ganar. ¿Cuál estu objetivo? ¿Cuándo ganas el juego? ¿Te lanzas paraconseguir tres comidas decentes al día, unos ingresos de100 000 dólares al año, convertirte en millonario o llegar a sermultimillonario? En el Seminario Intensivo Mente Millonariael objetivo del juego del dinero que enseñamos es «no tenerque trabajar nunca más… a menos que tú elijas hacerlo». Esdecir, que si trabajas lo hagas «por elección, no p*rnecesidad».En otras palabras, el objetivo es llegar a ser«económicamente libre» lo más rápido posible. Mi definiciónde libertad económica es sencilla: es la capacidad de vivir elestilo de vida que desees sin tener que trabajar ni depender deotros para obtener dinero.Fíjate en que es muy probable que tu estilo de vidadeseado vaya a costar dinero. Por lo tanto, para ser «libre»,necesitarás ganar dinero sin trabajar. El término que utilizamospara referirnos a los ingresos sin trabajo es el de ingresospasivos. Para ganar el juego del dinero, el objetivo es tener lossuficientes ingresos pasivos para pagar tu estilo de vidadeseado. Resumiendo, llegas a ser financieramente librecuando tus ingresos pasivos son superiores a tus gastos.He identificado dos fuentes principales de ingresospasivos. La primera es «el dinero que trabaja para ti»: aquí seincluyen las ganancias procedentes de inversiones eninstrumentos financieros tales como acciones, obligaciones,letras del Tesoro, mercados monetarios, fondos de inversiónmobiliaria, así como poseer hipotecas u otro activo que puedaser liquidado por dinero efectivo.La segunda fuente principal de ingresos pasivos es «elnegocio que trabaja para ti»: esto implica generar ingresoscontinuados procedentes de negocios en los que no necesitesinvolucrarte personalmente para que funcionen y produzcaningresos. Ejemplos: bienes inmuebles en alquiler; derechos deautor de libros, música o software; registrar tus ideas;convertirte en franquiciador; poseer unidades de almacenaje;poseer distribuidores automáticos u otros tipos de máquinasque funcionen con monedas, y la mercadotecnia en red, p*rnombrar solo unos cuantos. Aquí se incluye también montarcualquier negocio que se halle sistematizado para poderfuncionar sin ti. Repito, se trata de una cuestión de energía. Laidea es que sea el negocio el que esté trabajando yproduciendo valor para la gente, en lugar de hacerlo tú.La mercadotecnia en red, por ejemplo, es un conceptoincreíble. En primer lugar, no requiere, por lo general, queaportes un gran capital inicial. En segundo lugar, una vez quehas hecho el trabajo del principio, te permite disfrutar de unosingresos residuales continuados (otra forma de ingresos sintrabajar tú), un año tras otro. ¡Trata de crear eso a partir de unempleo normal!Es imposible exagerar la importancia de crear estructurasde ingresos pasivos. El asunto es sencillo: sin ingresos pasivosjamás puedes ser libre. Pero, y es un gran pero ¿sabías que lamayoría de las personas lo pasan mal creando ingresospasivos? Existen tres razones. Primera, el condicionamiento.La mayoría de nosotros fuimos, de hecho, programados parano obtener ingresos pasivos. Cuando tenías una edad entre lostrece y los dieciséis años y necesitabas dinero, ¿qué te decíantus padres? ¿Decían: «Pues sal a ganarte unos ingresospasivos»? ¡Lo dudo! La mayoría de nosotros oíamos: «Ponte atrabajar», «Búscate un empleo» o algo por el estilo. Se nosenseñó a «trabajar» por dinero, haciendo que los ingresospasivos fuesen algo extraño para la mayoría de nosotros.La segunda razón es que a la mayoría no se nos enseñónunca cómo obtener este tipo de ingresos.En la escuela, Ingresos Pasivos fue otra asignatura que noestudié nunca. En su lugar tuve que elegir carpintería ymetalistería, y hacer la palmatoria perfecta para mi madre.Como en la escuela no aprendimos nada sobre crearestructuras de ingresos pasivos, lo aprendimos en otra parte,¿verdad? Lo dudo. El resultado final es que la mayoría denosotros no sabe mucho al respecto y, por lo tanto, no hacemucho al respecto.Finalmente, la tercera razón es que, puesto que nunca senos mostró ni se nos enseñó nada sobre ingresos pasivos ysobre inversiones, nunca les hemos prestado mucha atención.Hemos basado en gran medida nuestra carrera y nuestrasopciones profesionales en generar ingresos de trabajo. Sicomprendieses desde temprana edad que uno de los objetivoseconómicos principales era crear ingresos pasivos,¿reconsiderarías alguna de dichas opciones profesionales?Yo estoy siempre recomendando a la gente que elija ocambie su negocio o carrera profesional a fin de que hallenuna dirección en la que puedan generar corrientes de ingresospasivos de una forma natural relativamente fácil. Esto adquiereespecial importancia hoy en día, cuando hay tanta gente quetrabaja en negocios de servicios en los que tienen que estar allíen persona, para ganar dinero. No hay nada malo en dedicarsea un negocio de servicio personal, excepto el hecho de que sino te subes al tren de la inversión bastante pronto y lo hacesexcepcionalmente bien, quedarás atrapado en el trabajo parasiempre.Eligiendo oportunidades profesionales que de formainmediata o a la larga produzcan ingresos pasivos, tendrás lomejor de ambos mundos: ingresos del trabajo ahora e ingresospasivos más adelante. Te remito a unos cuantos párrafos másatrás para repasar algunas de las opciones de ingresosprofesionales pasivos que he comentado.Por desgracia, casi todo el mundo tiene un patrón deldinero programado para generar ingresos del trabajo y encontra de generar ingresos pasivos. Esta actitud cambiaráradicalmente después de que asistas al Seminario IntensivoMente Millonaria, en el que te cambiamos el padrón del dineropara que el hecho de obtener unos enormes ingresos pasivos teresulte algo normal y natural.La gente rica piensa a largo plazo: equilibra su gasto endisfrute de hoy con invertir para la libertad de mañana. Lagente pobre piensa a corto plazo: dirige su vida basándose enla satisfacción inmediata. Los pobres utilizan la excusa:«¿Cómo puedo pensar en mañana cuando apenas puedosobrevivir hoy?». El problema radica en que, al final, elmañana acabará convirtiéndose en hoy; si no te has ocupadodel problema de hoy, mañana estarás diciendo lo mismo otravez.Para aumentar tu riqueza tienes que ganar más o vivir conmenos. No veo a nadie apuntándote con una pistola en lacabeza y diciéndote la casa en la que tienes que vivir, el tipode coche que has de conducir, la ropa que debes llevar o lacomida que tienes que comer. Es tuyo el poder de hacer esaselecciones. Es una cuestión de prioridades. La gente pobreelige el ahora, la gente rica elige el equilibrio. Estoy pensandoen mis suegros.Durante veinticinco años los padres de mi esposa tuvieronen propiedad una tienda, una versión modesta de un 7-Elevenaunque mucho más pequeña. La mayor parte de sus ingresosprocedían de la venta de cigarrillos, golosinas, helados, chiclesy refrescos. En aquel tiempo ni siquiera vendía lotería. Elpromedio de cada venta eras inferior a un dólar. Resumiendo,se dedicaban a un negocio de «centavos». Con todo, ahorrabanla mayor parte de esos centavos: no comían fuera, no secompraban ropa buena, no tenían un coche último modelo…Vivían cómoda pero modestamente, y al final acabaronpagando su hipoteca e incluso compraron la mitad del centrocomercial en el que se hallaba ubicada la tienda. A la edad decincuenta y nueve años, ahorrando e invirtiendo «centavos»,mi suegro pudo retirarse.Lamento ser yo quien tenga que decirte esto, pero engeneral comprar cosas para obtener una satisfacción inmediatano es más que un vano intento por compensar nuestrainsatisfacción en la vida. Con frecuencia, el hecho de«gastarte» dinero que no tienes es consecuencia de «gastar»emociones que sí tienes. Este síndrome se conoce comúnmentecomo terapia de compras. El hecho de gastar más de la cuentay la necesidad de satisfacción inmediata tienen poco que vercon el artículo concreto que estés comprando, y mucho que vercon la falta de realización en tu vida. Por supuesto, si el hechode gastar más de la cuenta no viene como consecuencia de tusemociones inmediatas, significa que surge de tu patrón deldinero.Según Natalie, otra de nuestras alumnas, ¡sus padres eranel colmo de lo tacaño! Usaban cupones para todo. Su madretenía una caja archivadora llena de cupones todos clasificadospor categorías. Su padre poseía un coche de quince añostotalmente oxidado, y a Natalie le daba vergüenza que laviesen en él, sobre todo cuando su madre iba a recogerla a laescuela. Cada vez que se subía en el coche, Natalie rezaba paraque no hubiese nadie mirando. En las vacaciones, su familianunca se alojaba en un hotel; ni siquiera cogían el avión (casiimprescindible para viajar por los Estados Unidos), sino queviajaban once días en coche por el campo acampando cadanoche, y así ¡todos los años!Todo era «demasiado caro». Por el modo como actuaban,Natalie pensaba que sus padres estaban arruinados. Pero supadre ganaba lo que ella creyó que era mucho dinero enaquella época: 75 000 dólares al año. Estaba confusa.Como odiaba los hábitos tan tacaños de sus padres, ella sevolvió lo contrario: quería que todo lo suyo fuese de primeracategoría y caro. Cuando se fue a vivir por su cuenta y empezóa ganar su propio dinero, ni siquiera era consciente de ello,pero en un abrir y cerrar de ojos se había gastado todo lo quetenía, ¡y más!Tenía tarjetas de crédito y carnés de socia de todo lohabido y por haber. Acumuló todo tipo de tarjetas de créditohasta que llegó un momento en que ¡ya no podía pagar nisiquiera los mínimos! Fue Entonces cuando asistió alSeminario Intensivo Mente Millonaria, y según ella, le salvó lavida.En el Mente Millonaria Intensivo, durante el apartado en elque identificamos vuestra «personalidad monetaria», el mundoentero de Natalie cambió. Reconoció por qué había estadogastando tanto dinero: era una forma de rencor hacia suspadres por ser tan tacaños. También era para demostrarse a símisma y a la sociedad que ella no era tacaña. Después delcurso, con su patrón cambiado, Natalie dice que ya no sienteese impulso de gastarse el dinero de formas «estúpidas».Nos explicó que hacía poco iba caminando por un centrocomercial, y se fijó en un precioso abrigo de piel y ante colormarrón claro colgado en el escaparate de una de sus tiendasfavoritas. Inmediatamente la cabeza dijo: «Ese abrigo tequedaría genial, sobre todo con tu pelo rubio. Lo necesitas, notienes un abrigo de invierno que sea bonito y “arreglado” deverdad». De modo que entró en la tienda, y mientras estabaprobándoselo se fijó en la etiqueta del precio 400 dólares.Nunca se había gastado tanto en un abrigo. La cabeza dijo: «Yqué, ¡el abrigo te queda precioso! Cómpratelo. Ya repondrás eldinero después».Fue aquí donde nos contó que descubrió el cambio operadoen ella. Casi inmediatamente que su mente le sugirió que secomprase el abrigo, salió su «archivo» mental nuevo y dijo:«¡Harías mucho mejor poniendo esos 400 dólares en tu CLF!¿Para qué necesitas este abrigo? Ya tienes un abrigo deinvierno que de momento está bien».Sin darse cuenta estaba dejando el abrigo en suspensohasta el día siguiente en lugar de comprárselo sin pensar, comohacía siempre. Nunca volvió por el abrigo.Natalie se dio cuenta de que sus archivos mentales «desatisfacción material» habían quedado reemplazados porarchivos «de libertad económica». Ya no estaba programadapara gastar. Ahora sabe que está bien tomar lo mejor de lo quesus padres le dejaron como modelo de referencia y ahorrardinero, para, al mismo tiempo, darse el gusto de comprarsecosas bonitas con su cuenta para jugar y divertirse.Natalie envió entonces a sus padres al curso para quepudiesen ser también más equilibrados. Le hace muchísimailusión poder decir que ahora se alojan en hoteles, que secompraron un coche nuevo y que, al aprender cómo hacer quesu dinero trabaje para ellos, se han jubilado como millonarios.Ahora Natalie comprende que no tiene por qué ser tanmísera como lo eran sus padres para llegar a ser millonaria.Pero sabe también que si se gasta el dinero de manerainconsciente, como antes hacía, jamás será económicamentelibre. Estas son sus palabras: «Es una sensación increíble tenermi dinero y mi cabeza bajo control».La idea es hacer trabajar a tu dinero para ti tanto como túlo haces por él, y eso significa que tienes que ahorrar e invertiren lugar de que gastártelo todo se convierta en tu misión en lavida. Es casi gracioso: la gente rica tiene mucho dinero y gastapoco, mientras que la gente pobre tiene poco dinero y gastamucho.Largo plazo frente a corto plazo: los pobres trabajan a finde ganar dinero para vivir hoy; los ricos lo hacen a fin deganar dinero para crear sus inversiones, que pagarán su futuro.La gente rica compra activos, cosas que tenganprobabilidades de aumentar de valor; la gente pobre compragastos, objetos que disminuirán de valor. Los ricos acumulanterreno; los pobres, cuentas pendientes.Te digo lo mismo que les digo a mis hijos: «Compra bienesinmuebles». Lo mejor es que puedas adquirir propiedades quete produzcan una entrada de dinero constante, pero, por lo quea mí respecta, cualquier propiedad inmobiliaria es mejor queno tener ninguna. Por supuesto, la propiedad inmobiliaria tienesus subidas y bajadas, pero al final, ya sea de aquía cinco,diez, veinte o treinta años, puedes apostar que valdráconsiderablemente más de lo que vale ahora, y eso podría sertodo cuanto necesitas para hacerte rico.Compra lo que puedas permitirte ahora. Si necesitas máscapital para embarcarte en ello, puedes asociarte con personasen quien confíes y que conozcas bien. El único modo demeterse en problemas con la propiedad inmobiliaria escontraer demasiadas obligaciones crediticias o tener quevender cuando el mercado está a la baja. Si haces caso de misanteriores consejos y administras adecuadamente tu dinero, laprobabilidad de que ocurra esto será extremadamente escasa yes posible que ni exista. Como reza el dicho: «No esperes acomprar bienes inmuebles; compra bienes inmuebles yespera».Dado que te he puesto anteriormente el ejemplo de missuegros, me parece justo ahora ponerte el de mis propiospadres. No eran pobres, pero apenas podían considerarse declase media. Mi padre trabajaba muchísimo y mi madre noestaba bien de salud, por lo que se quedaba en casa connosotros, con los hijos. Mi padre era carpintero y se dio cuentade que todos los constructores que lo contrataban estabanurbanizando terrenos que habían adquirido año y años atrás.Se dio cuenta también de que todos eran bastante ricos. Mispadres también ahorraron sus centavos y al final tuvieronsuficiente dinero para comprar una parcela de tres acres detierra fuera de la ciudad en que vivían. Les costó 60 000dólares. Diez años después un promotor inmobiliario decidióque quería construir un centro comercial en aquel lugar y mispadres le vendieron el terreno por 600 000 dólares.Descontando su inversión original, tenemos unas gananciasmedias de 54 000 dólares al año, mientras que mi padre, consu trabajo, ganaba solamente cada año entre 15 000 y 20 000dólares. Por supuesto, ahora están jubilados y viven con totalcomodidad, pero te garantizo que sin la adquisición y la ventade aquel terreno habrían estado viviendo en estrecheces.Menos mal que mi padre reconoció el poder de la inversión y,especialmente, el valor de invertir en bienes inmuebles. Ahoraya sabes por qué yo acumulo terrenos.Mientras que la gente pobre considera que un dólar (o uneuro, o cualquiera que sea la moneda que utilice) es algo paracambiar por algo que quieren ahora mismo, la gente rica vecada dólar como una «semilla» que puede plantarse para ganarcien dólares más, que después se pueden sembrar de nuevopara ganar mil más. Piénsalo: cada dólar que te gastes hoypuede costarte, en realidad, cien dólares mañana.Personalmente, considero que todos y cada uno de mis dólaresson «soldados» de inversión, y su misión es la «libertad».Huelga decir que soy cuidadoso con mis «luchadores por lalibertad» y no me deshago de ellos ni rápida ni fácilmente.PRINCIPIO DERIQUEZA:La gente rica ve cadadólar como una«semilla» que puedeplantarse para ganarcien dólares más, quedespués se puedensembrar de nuevo paraganar mil más.El truco consiste en informarse. Aprende sobre el mundode la inversión. Familiarízate con varios vehículos deinversión y con instrumentos financieros distintos, como lapropiedad inmobiliaria, las hipotecas, las acciones, los fondos,las obligaciones, el cambio de divisas, en fin, toda la gama.Después elige una sola zona de actividad en la que teconvertirás en experto. Comienza a invertir en esa zona ydespués, más adelante, podrás diversificar.Todo se reduce a esto: la gente pobre trabaja mucho y segasta todo el dinero que gana, como consecuencia de lo cualtienen que trabajar mucho durante toda la vida. La gente ricatrabaja mucho, ahorra y después invierte su dinero de modoque ya no tenga que trabajar mucho nunca más.DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Mi dinero trabaja para mí y cada vez me gana másdinero».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Infórmate. Asiste a seminarios sobre inversiones. Lee almenos un libro sobre este tema al mes. Lee revistasfinancieras. No te estoy diciendo que sigas sus consejos:te estoy sugiriendo que te familiarices con las opcionesfinancieras que hay por ahí. Después elige un terreno enel que convertirte en experto y comienza a invertir en esaárea.2. Cambia tu enfoque de los ingresos «activos» a losingresos «pasivos». Haz una lista de al menos tresestrategias concretas con las que podrías crear ingresossin trabajar, ya sea en el campo de la inversión o en el delos negocios. Comienza a investigar y después pasa a laacción sobre estas estrategias.3. No esperes a comprar bienes inmuebles. Compra bienesinmuebles y espera.Archivo de riqueza n.º 16Los ricos actúan a pesar del miedo.Los pobres dejan que el miedo los detenga.En las primeras páginas de este libro hablé del Proceso deManifestación. Repasemos la fórmula: los pensamientosconducen a sentimientos; estos, a acciones y estas, a su vez, aresultados.Hay millones de personas que «piensan» en hacerse ricas,y miles y miles de individuos que realizan afirmaciones,visualizaciones y meditaciones para hacerse ricos. Yo meditocasi todos los días. Sin embargo, nunca que me he sentado ameditar o a visualizar me ha caído una bolsa de dinero en lacabeza. Supongo que no soy más que uno de esosdesafortunados que realmente tienen que hacer algo paralograr el éxito.Las afirmaciones, las meditaciones y las visualizacionesson herramientas maravillosas, pero, en mi opinión, ningunade ellas por sí sola va a traerte dinero real en el mundo real. Eneste, para triunfar tienes que pasar a la «acción» real. ¿Por quétiene la acción una importancia tan fundamental?Volvamos a nuestro Proceso de Manifestación. Mira lospensamientos y sentimientos: ¿forman parte del mundointerior o del exterior? Del mundo interior. Ahora mira losresultados: ¿forman parte del mundo interior o del exterior?Del mundo exterior. Eso significa que la acción es el «puente»entre el mundo interior y el exterior.PRINCIPIO DERIQUEZA:La acción es el «puente»entre el mundo interior yel exterior.Así pues, si la acción es tan importante, ¿qué nos impideemprender las acciones que sabemos que necesitamosemprender?¡El miedo!El miedo, la duda y la preocupación se hallan entre losmayores obstáculos no solo del éxito, sino también de lafelicidad. Por lo tanto, una de las diferencias más grandesentre ricos y pobres es que los primeros están dispuestos aactuar a pesar del miedo; los segundos dejan que este losdetenga.Susan Jeffers escribió un libro fantástico acerca de esto,titulado Feel the fear and do it anyway (Aunque sientas miedo,hazlo de todas formas). El error más grande que comete lamayoría de la gente es esperar que la sensación de miedodisminuya o desaparezca antes de estar ellos dispuestos aactuar. Esta gente, por lo general, espera toda su vida.Uno de nuestros programas más populares es el Campo deEntrenamiento del Guerrero Ilustrado. En este entrenamientoenseñamos que un verdadero guerrero puede «domar a lacobra del miedo». No dice «matar» a la cobra. No dice«librarse» ni, desde luego, «huir de ella»; dice «domar» a lacobra.PRINCIPIO DERIQUEZA:Un verdadero guerreropuede «domar a la cobradel miedo».Es imprescindible darse cuenta de que no es necesariotratar de liberarse del miedo con el fin de tener éxito: la genterica y próspera tiene miedo, la gente rica y próspera tienedudas, la gente rica y próspera tiene preocupaciones. Solo queno dejan que estos sentimientos los detengan. La gente sinéxito tiene miedos, dudas y preocupaciones y, además, dejaque esos sentimientos la detenga.PRINCIPIO DERIQUEZA:No es necesario tratarde librarse del miedocon el fin de tener éxito.Por ser criaturas de hábitos, necesitamos practicar laacción a pesar del miedo, a pesar de la duda, a pesar de lapreocupación, a pesar de la incertidumbre, a pesar de losinconvenientes, a pesar de la incomodidad, e incluso practicarla acción cuando no estamos de humor para actuar.Recuerdo que me encontraba impartiendo un seminariovespertino en Seattle y, ya casi al final, estaba informando a lagente sobre el Seminario Intensivo Mente Millonaria de tresdías de duración que estaba próximo a celebrarse enVancouver. En esto, se levanta un tipo y dice: «Harv, he hechoasistir al curso al menos a una docena de familiares y amigosmíos, y los resultados han sido absolutamente fenomenales:cada uno de ellos es diez veces más feliz que antes, y todosestán encaminados hacia el éxito económico. Todos han dichoque era algo que te cambiaba la vida, y si celebraras el cursoen Seattle segurísimo que yo vendría también».Le agradecí su testimonio y le pregunté si estaba abierto arecibir un poco de ayuda. Él accedió y le dije: «Solo tengocuatro preguntas para usted». Él replicó con buen humor:«¿Cuáles son?». A lo que respondí lacónicamente: «¡Estáusted totalmente arruinado!».Así que le pregunté cómo le iba económicamente. Élcontestó con vergüenza: «No demasiado bien». Yo, porsupuesto, respondí: «No me diga». Y comencé a despotricar enla parte delantera de la sala: «Si va usted a dejar que untrayecto en coche o un vuelo de tres horas o una caminata detres días le impida hacer algo que necesita y quiere hacer, ¿quéotra cosa le detendrá? Aquí tiene la fácil respuesta: ¡cualquiercosa! Cualquier cosa lo detendrá. No por la magnitud deldesafío, ¡sino por la magnitud de usted!»Es simple —proseguí—: o es usted una persona que sedetendrá o es una persona que no se detendrá. Usted elige. Siquiere crear riqueza o cualquier otra clase de éxito, tiene queser un guerrero. Tiene que estar dispuesto a hacer lo que hagafalta. Tiene que “entrenarse” para que nada lo detenga.»Hacerse rico no siempre resulta cómodo. Hacerse rico nosiempre resulta fácil. De hecho, hacerse rico puede resultarcondenadamente duro. Pero ¿y qué? Uno de los principiosclave del guerrero ilustrado dice: “Si estás dispuesto a hacersolo lo que sea fácil, la vida será dura. Pero si estás dispuesto ahacer lo que sea duro, la vida será fácil”. La gente rica no basasus acciones en lo que es fácil y cómodo; esa forma de vivirestá reservada a los pobres y a la mayoría de la clase media».PRINCIPIO DERIQUEZA:Si estás dispuesto ahacer solo lo que seafácil, la vida será dura.Pero si estás dispuesto ahacer lo que sea duro, lavida será fácil.Se acabó la diatriba. La multitud se quedó en silencio.Después, el tipo que había empezado toda la discusiónvino a agradecerme efusivamente que le hubiese «abierto losojos». Por supuesto, se inscribió en el curso (aun cuando fueseen Vancouver), pero lo gracioso de verdad fue oírlo de lejoshablar por teléfono al marcharme, pronunciandofervientemente a uno de sus amigos, que estaría al otro ladodel teléfono, el mismo discurso exacto que yo acababa desoltarle a él. Supongo que funcionó porque al día siguientevino con tres inscripciones más. Todos eran de la costa este…¡y todos venían a Vancouver!Ahora que hemos mencionado lo de resultar o no cómodo,¿qué ocurre con la incomodidad? ¿Por qué es tan importanteactuar a pesar de ella? Porque lo «cómodo» es donde tú teencuentras ahora. Si quieres pasar a un nivel nuevo en tu vidadebes atravesar la barrera de tu zona de comodidad ydisponerte a hacer cosas que tal vez no sean cómodas.Supongamos que actualmente estás llevando una vida denivel 5 y quieres pasar a una de nivel 10. Los niveles que vandel 5 hacia abajo se hallan dentro de tu zona de comodidad,pero los que van del 6 hacia arriba están fuera de tu caja, en tuzona de «incomodidad». Esto significa que para llegar a unavida de nivel 10 desde una de nivel 5 tendrás que atravesar tuzona de incomodidad.La gente pobre y la mayoría de la gente de clase media noestá dispuesta a estar incómoda. Recuerda que estar cómodosconstituye su mayor prioridad en la vida. Pero deja que tecuente un secreto que únicamente conocen las personas ricas ysumamente prósperas: hallarse cómodo está sumamentesobrevalorado. Puede que el hecho de estar cómodo te hagasentir arropado, atontado y seguro, pero no te permite crecer:para crecer como persona tienes que expandir tu zona decomodidad. La única ocasión en que realmente puedes creceres cuando te hallas fuera de tu zona de comodidad.Dime una cosa: la primera vez que probaste algo nuevo¿fue cómodo o incómodo? Por lo general, incómodo. Pero¿qué ocurrió después? Cuanto más lo hacías más cómodoresultaba, ¿verdad? Es así como va. Todo es incómodo alprincipio, pero si no abandonas y continúas, al final cruzarás lazona de incomodidad y lo lograrás. Entonces tendrás unanueva zona de comodidad que se habrá expandido, lo cualsignifica que te habrás convertido en una persona «másgrande».La única ocasión en que de verdad estás creciendo escuando te sientes incómodo. A partir de ahora, cuando quieraque te sientas así, en lugar de retirarte a tu vieja zona decomodidad, congratúlate y di: «Debo estar creciendo», ycontinúa avanzando.PRINCIPIO DERIQUEZA:La única ocasión en quede verdad estáscreciendo es cuando tesientes incómodo.Si quieres ser rico y próspero, sería mejor que te fueseresultando cada vez más cómodo el hecho de estar incómodo.Prueba conscientemente a introducirte en tu zona deincomodidad y hacer lo que te asusta. He aquí una ecuaciónque quiero que recuerdes durante el resto de tu vida: ZC = ZR.Significa que tu «zona de comodidad» equivale a tu «zonade riqueza».Expandiendo la primera expandirás el tamaño de tu zonade ingresos y riqueza. Cuanto más cómodo tengas que estar,menos riesgos estarás dispuesto a asumir, menosoportunidades aprovecharás, a menos gente conocerás ymenos estrategias nuevas probarás. ¿Captas lo que quierodecir? Cuanta más prioridad das a la comodidad, más pequeñote vuelves por el miedo.Por el contrario, cuando estás dispuesto a e-s-t-i-r-a-r-t-e,expandes tu zona de oportunidad, y esto te permite atraer yretener más ingresos y riqueza. Cuando tienes un«contenedor» (zona de comodidad) grande, el universo seapresurará a llenar ese espacio. La gente rica y próspera tieneuna gran zona de comodidad, y está constantementeexpandiéndola para poder alcanzar y retener una mayorriqueza.Nadie ha muerto jamás de incomodidad, y, sin embargo,vivir en nombre del confort ha matado más ideas,oportunidades, acciones y crecimiento que todo lo demásjunto. ¡La comodidad mata! Si tu objetivo en la vida es estarcómodo, te garantizo dos cosas: primera, jamás serás rico;segunda, jamás serás feliz. La felicidad no proviene de viviruna vida con poco entusiasmo, preguntándose siempre quépodría haber sido. La felicidad viene como consecuencia dehallarnos en nuestro estado natural de crecimiento y vivir deacuerdo con nuestro máximo potencial.Prueba esto: la próxima vez que te sientas incómodo,inseguro o asustado, en lugar de encogerte y retirarte a laseguridad, fuerza la marcha hacia delante. Siente yexperimenta la sensación de incomodidad, reconociendo quees únicamente una sensación, y que no tiene el poder dedetenerte. Si prosigues obstinadamente a pesar de laincomodidad, al final alcanzarás tu objetivo.Si la sensación de incomodidad disminuye alguna vez, ono, es algo que carece de importancia. De hecho, cuando sereduzca, tómalo como una señal para incrementar tu objetivo,ya que en el minuto en que te encuentres cómodo has dejadode crecer. Recuerda, para desarrollarte hasta tu máximopotencial, debes vivir siempre al borde de tu caja.Y por ser criaturas de hábito, debemos practicar. Te instoa que practiques la acción a pesar del miedo, a pesar de losinconvenientes, a pesar de la incomodidad, y a que la sigaspracticando incluso cuando no estés de humor: haciéndolo,enseguida pasarás a un nivel de vida más elevado. Por elcamino, asegúrate de comprobar tu cuenta bancaria, ya que, tegarantizo que también ella estará creciendo rápidamente.Llegados a este punto, en algunos de mis seminariosvespertinos pregunto al auditorio: «¿Cuántosde vosotros estáisdispuestos a practicar la acción a pesar del miedo y laincomodidad?». Por regla general todos los participanteslevantan la mano (probablemente porque les da pánico quevaya a «meterme» con ellos). Entonces digo: «¡Hablar es fácil!Veamos si lo decís en serio». A continuación saco una flechade madera con punta de acero y explico que, como prácticapara disciplina tienen que romperla con la garganta.Demuestro cómo se hunde la punta de acero en la parte blandade la garganta, mientras otra persona sostiene el otro extremode la flecha contra la palma de su mano extendida. La idea esir hacia la flecha y romperla utilizando únicamente la gargantaantes de que se te clave en el cuello.¡En este punto la mayoría de la gente se halla en estado deshock! A veces pido un voluntario para realizar este ejercicio,en ocasiones entrego flechas a todos los presentes. ¡He tenidoauditorios con más de mil personas rompiendo flechas!¿Puede realizarse esta hazaña? ¡Sí! ¿Da miedo? No tequepa duda. ¿Es incómodo? Absolutamente. Pero, repito, laidea es que el miedo y la incomodidad no te detengan. La ideaes practicar, entrenarte a hacer lo que haga falta y actuar apesar de cualquier cosa que pudiera cruzarse en tu camino.¿La mayoría de la gente rompe la flecha? Sí, todos los quevan hacia ella con un cien por cien de compromiso lo hacen.Sin embargo, quienes caminan hacia ella lentamente, con pocoentusiasmo, o no caminan, no consiguen romperla.Tras el ejercicio de la flecha pregunto: «¿Cuántos devosotros habéis encontrado más fácil romper físicamente laflecha de lo que vuestra mente se había imaginado?». Todoscoinciden en que realmente resultó mucho más fácil de lo quepensaban que sería. ¿Por qué es esto así? Aquí viene una de laslecciones más importantes que aprenderás a lo largo de tuvida.Tu mente es la mayor guionista de «culebrones» de lahistoria: se inventa relatos increíbles, generalmente basadas endramas y desastres, de situaciones que jamás han ocurrido yprobablemente nunca ocurrirán. Mark Twain lo dijo de lamejor forma: «He tenido miles de problemas en mi vida, lamayoría de los cuales nunca sucedieron en realidad».Una de las cosas más importantes que jamás puedascomprender es que tú no eres tu mente: tú eres mucho másgrande y mayor que ella; esta es una parte de ti, del mismomodo que lo es tu mano.Una pregunta para la reflexión: ¿y si tuvieses una manoque fuese exactamente igual que tu mente? Que estuvieseesparcida por todas partes, que estuviese siempre pegándote yno se callase nunca. ¿Qué harías con ella? La mayoría de laspersonas responden algo como: «¡Cortármela!». Pero tu manoes una poderosa herramienta, de modo que ¿por qué ibas acortártela? La auténtica respuesta, por supuesto, es quequerrías controlarla, mandar sobre ella y entrenarla para quetrabajase para ti en lugar de contra ti.Entrenar tu propia mente y mandar sobre ella es lahabilidad más importante que podrías poseer jamás, tanto entérminos de felicidad como de éxito, y eso es exactamente loque he estado haciendo con este libro y continuaré haciendocontigo en el caso de que asistas a uno de nuestros programasen vivo.PRINCIPIO DERIQUEZA:Entrenar tu propia mentey mandar sobre ella es lahabilidad másimportante que podríasposeer jamás, tanto entérminos de felicidadcomo de éxito.¿Cómo entrenas la mente? Debes empezar observándola:fíjate en cómo produce constantemente pensamientos que nocontribuyen a tu riqueza ni a tu felicidad. Al identificarlos,podrás comenzar a sustituir conscientemente esospensamientos no estimulantes por otros que sí lo sean. ¿Dóndeencuentras estos modos de pensar estimulantes? Aquí mismo,en este libro. Todas y cada una de las declaraciones de estaobra constituyen una forma de pensar estimuladora y quefunciona.Adopta estas formas de pensar y de ser y estas actitudescomo propias. No tienes por qué esperar una invitación formal.Decide ahora mismo que tu vida sería mejor si eligieses pensarde las formas que hemos estado describiendo en este libro, enlugar de hacerlo a través de los hábitos mentalescontraproducentes del pasado. Toma la decisión de que a partirde ahora tus pensamientos no te dirigen: tú los diriges a ellos.De ahora en adelante, tu mente ya no es la capitana del barco,sino tú, y tu mente trabaja para ti.Puedes elegir tus pensamientos.Tienes la capacidad natural de anular cualquiera de ellosque no esté ayudándote, en cualquier momento ocircunstancia. Puedes instalar también pensamientosautoestimulantes en cualquier momento, simplementetomando la opción de centrarte en ellos. Tienes el poder decontrolar tu mente.Como mencioné antes, Robert Allen, que es un autorfamoso y uno de mis amigos más íntimos, dijo algo muyprofundo en uno de mis seminarios: «Ningún pensamientovive en tu cabeza sin pagar alquiler».Lo que esto significa es que pagarás el precio de lospensamientos negativos. Pagarás en dinero, en energía, entiempo, en salud y en tu nivel de felicidad. Si quieres pasarrápidamente a un nuevo nivel de vida, comienza a distribuirtus pensamientos en una de estas dos categorías: estimulantesy negativos. Observa los que tienes y ve si contribuyen a tufelicidad y a tu éxito o no. Después opta por abrigarúnicamente pensamientos estimuladores mientras rehúsascentrarte en los no estimuladores. Cuando aparezca uno noproductivo, di: «Anúlate» o «Gracias por participar» ysustitúyelo por un modo de pensar más positivo. Yo llamo aeste proceso pensamiento de poder. Recuerda mis palabras: silo practicas, tu vida jamás volverá a ser igual. ¡Te lo prometo!Así pues, ¿qué diferencia existe entre «pensamiento depoder» y pensamiento «positivo»? La distinción es mínimapero profunda. Para mí, la gente utiliza el pensamientopositivo para fingir que todo es color de rosa, cuando enrealidad cree que no lo es. Con el pensamiento de poderentendemos que todo es neutro, que nada tiene significadoexcepto el que nosotros le damos y que vamos a inventar unahistoria y dar a lo que sea su significado correspondiente.Esta es la diferencia entre el pensamiento positivo y elpensamiento de poder: con el primero la gente cree que suspensamientos son ciertos; el segundo reconoce que no lo sonpero que —ya que, de todos modos, estamos inventando unahistoria— vale la pena inventarnos una historia que nos ayude.Y no lo hacemos porque nuestros nuevos pensamientos sean«ciertos» en un sentido absoluto, sino porque nos resultan másútiles y producen una sensación mil veces mejor que los noproductivos.Antes de dejar este apartado, debo advertírtelo: no intentesen casa el ejercicio de romper la flecha, ya que tiene quemontarse de una forma concreta o podrías hacerte daño a timismo o a otras personas. En nuestros programas utilizamosequipo protector. Si te interesan este tipo de ejercicios, entraen nuestra página web para ver la descripción del Campo deEntrenamiento del Guerrero Ilustrado. En dicho programa teproporcionamos todo lo que puedes manejar ¡y más!DECLARACIONES: Pon la mano sobre el corazón y di:«Actúo a pesar del miedo».«Actúo a pesar de la duda».«Actúo a pesar de la preocupación».«Actúo a pesar de los inconvenientes».«Actúo a pesar de la incomodidad».«Actúo cuando no estoy de humor».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Anota tus tres mayores preocupaciones, inquietudes otemores relativos al dinero y a la riqueza. Desafíalos. Paracada uno, escribe lo que harías si la situación que temesse produjese de verdad. ¿Podrías, aun así, sobrevivir?¿Podrías recuperarte? Lo más probable es que lasrespuestas sean que sí. ¡Entonces deja de preocuparte yempieza a hacerte rico!2. Practica salir de tu zona de comodidad. Toma de maneraintencionada decisiones que te resulten incómodas. Hablacon personas con quienes normalmente no hablarías, pideun ascenso en tu trabajo o sube los precios en tu negocio,despiértate una hora antescada día, camina por el bosquede noche. Sigue el Entrenamiento del Guerrero Ilustrado:¡te entrenará para ser imparable!3. Emplea el «pensamiento de poder». Obsérvate a ti mismoy estudia tus patrones de pensamiento. Albergaúnicamente pensamientos que contribuyan a tu felicidad ya tu éxito. Desafía a la vocecita de tu cabeza cuando tediga: «No puedo», «No quiero» o «No me apetece». Nopermitas que esa voz basada en el miedo y en lacomodidad te gane la batalla. Haz contigo mismo el pactode que siempre que la voz trate de impedirte hacer algoque contribuiría a tu éxito lo harás igualmente, paramostrar a tu mente que el jefe eres tú, no ella. No soloincrementarás tu confianza de un modo espectacular, sinoque al final esta voz se quedará cada vez más callada alreconocer que causa poco efecto sobre ti.Archivo de riqueza n.º 17Los ricos aprenden y crecen constantemente.Los pobres piensan que ya lo saben.Al inicio de mis seminarios en vivo presento a la gente lo quellamo «las tres palabras más peligrosas»; esas palabras son:«Ya lo sé». Y ¿cómo se sabe si se sabe algo? Sencillo: si lovives, significa que lo sabes. Si no, has oído hablar de ello, hasleído sobre ello o hablas de ello, pero no lo sabes. Dichoclaramente, si no eres verdaderamente rico y feliz, es muyprobable que aún te queden cosas por aprender acerca deldinero, del éxito y de la vida.Como expliqué al principio de este libro, durante mistiempos «de ruina», tuve la suerte de recibir unos consejos deun amigo multimillonario que se compadeció de mi penosasituación. Recuerda lo que me dijo: «Harv, si no te las estásarreglando todo lo bien que te gustaría, hay algo que nosabes». Por suerte, me tomé a pecho su sugerencia y pasé deser un «sabelotodo» a un «aprendelotodo». A partir de aquelmomento todo cambió.Los pobres tratan con frecuencia de demostrar que tienenrazón. Se ponen una máscara como si lo tuviesen todo resueltoy como si el hecho de que se hallen arruinados o pasandoapuros se debiese solo a algún golpe de mala suerte o a unproblema técnico temporal del universo.Una de mis frases más célebres es la siguiente: «Puedes irtirando o puedes ser rico, pero no las dos cosas». «Ir tirando»significa mantenerte en tus viejas maneras de pensar y de ser,que por desgracia son las culpables de la situación en que teencuentras ahora. Esta filosofía es también válida para lafelicidad, en el sentido de que «puedes ir tirando o puedes serfeliz».PRINCIPIO DERIQUEZA:Puedes ir tirando opuedes ser rico, pero nolas dos cosas.Existe un dicho famoso que adquiere aquí perfecto sentido:«Si sigues haciendo lo que has hecho siempre, continuarásobteniendo lo que siempre has obtenido». Ya conoces tusmaneras: lo que necesitas es conocer algunas maneras nuevas.Por eso escribí este libro. Mi objetivo es proporcionarte unoscuantos archivos mentales nuevos para añadir a los que yatienes. Archivos nuevos significan nuevas formas de pensar,nuevas acciones y, por lo tanto, nuevos resultados.Por eso es imprescindible que continúes aprendiendo ycreciendo.Los físicos coinciden en afirmar que nada en este mundoes estático: todo cuanto está vivo se halla en constante cambio.Toma cualquier planta: si no crece, eso indica que estámuriéndose. Lo mismo ocurre con las personas así como contodos los demás organismos vivientes: si no creces, significaque estás muriéndote.Relato recibido de Andrew WiltonHarv:Me llamo Andrew Wilton y tengo dieciocho años.Acabo de terminar mi primer año de universidad.Hace dos años asistí al Mente Millonaria Intensivo ydesde entonces he estado utilizando las técnicas queaprendí allí.Este febrero pasado, durante la semana de lectura,mientras mis amigos estuvieron trabajando ovisitando a su familia, con el dinero que habíaahorrado con tus métodos, pude pasar diez días enla costa sur de España. ¡Qué experiencia!No habría tenido la libertad económica de ir adonde quiera y hacer lo que quisiera si no hubierapuesto en práctica las estrategias que aprendí en elMMI.Gracias, Harv.El siguiente dicho, del autor y filósofo Eric Hoffer, es unode mis favoritos: «Los que están aprendiendo heredarán laTierra, mientras que los que ya saben estarán perfectamenteequipados para vivir en un mundo que ya no existe». Otraforma de decirlo sería: si no estás continuamente aprendiendo,te quedarás atrás.La gente pobre alega que no puede permitirse recibirformación debido a la falta de tiempo o de dinero. Por otrolado, la gente rica se identifica con la cita de BenjaminFranklin: «Si piensas que la formación es cara, prueba con laignorancia». Estoy seguro de que ya has oído esto alguna vez:«el conocimiento es poder», y el poder no es otra cosa que lacapacidad de actuar.Siempre que ofrezco el programa del curso IntensivoMente Millonaria me resulta interesante que generalmente seala gente que está más arruinada la que dice: «Yo no necesito elcurso», «No tengo tiempo», o «No tengo ese dinero». Sinembargo, los millonarios y multimillonarios se inscriben todosy dicen: «Con que pueda aprender solo una cosa nueva omejorar una sola cosa, ya vale la pena». A propósito, si notienes tiempo para hacer lo que quieres hacer, o necesitashacer, lo más probable es que seas un esclavo moderno. Y sino tienes dinero para aprender cómo llegar a ser próspero,probablemente lo necesites más que nadie. Lo siento, perodecir: «No tengo ese dinero» no «cuela». ¿Cuándo tendrás esedinero? ¿Qué va a ser distinto dentro de un año, de dos o decinco? He aquí la fácil respuesta: ¡nada! Entonces estarásdiciendo otra vez exactamente las mismas palabras.El único modo que conozco de que tengas el dinero quequieres es aprender a jugar al juego del dinero por dentro y porfuera: necesitas formarte en las habilidades y estrategias paraacelerar tus ingresos, administrar el dinero e invertirlo deforma eficaz. La definición de demencia es: hacer lo mismouna y otra vez, y esperar resultados distintos. Mira, si lo quehas estado haciendo estuviese funcionando, ya serías rico yfeliz. Cualquier otra cosa que tu mente conjure como respuestano es más que una excusa o una justificación.Odio ponértelo tan delante de las narices, pero, tal comoyo lo veo, ese es mi trabajo. Creo que un buen entrenadorsiempre te exigirá más de lo que te exigirías tú mismo. Si no,¿para qué diablos necesitas uno? Como entrenador, miobjetivo es entrenarte, inspirarte, animarte, persuadirte y hacerque observes, a todo color y con claridad cristalina, qué es loque te retiene. En resumen, hacer lo que haga falta paraconseguir que pases al siguiente nivel en tu vida. Si esnecesario, te destrozaré y después te recompondré de un modoque funcione. Haré lo que haga falta para hacerte diez vecesmás feliz y cien veces más rico. Si estás buscando al eternooptimista, yo no soy tu hombre. Si quieres mejorar deprisa yde forma permanente, prosigamos.El éxito es una habilidad que puede aprenderse. Puedesaprender a triunfar en cualquier cosa: si quieres ser un jugadorde golf, puedes aprender a hacerlo; si quieres ser un granpianista, puedes aprender a hacerlo; si quieres ser rico, puedesaprender a hacerlo. No importa dónde te encuentres ahoramismo, ni desde dónde estés empezando. Lo que importa esque estés dispuesto a aprender.Una de mis citas más conocidas es: «Todo maestro fuealguna vez aprendiz». Te doy un ejemplo: Hace un tiempotuve en mi seminario a un esquiador olímpico. Cuando realicéesta afirmación, se puso en pie y pidió intervenir. Se mostrabafirme y, por alguna razón, pensé que iba a discreparvehementemente. Por el contrario, les contó a todos lospresentes la historia de que cuando era niño era el peoresquiador de todos sus compañeros, que a veces no lollamaban para ir a esquiar con ellos porque era demasiadolento. Para mejorar, se iba a la montaña en cuanto llegaba elfin de semana y recibía lecciones. No pasó mucho tiempohasta que no solo se puso a la altura de los demás sino quelossuperó. Luego se inscribió en un club de esquí y aprendió deun entrenador de alto nivel. Sus palabras exactas fueron que«ahora podría ser un maestro de esquí, pero arranqué siendo,definitivamente, muy poco diestro. Harv tiene toda la razón:puedes aprender a triunfar en cualquier cosa. Yo aprendí aprosperar en el esquí, ¡y mi próximo objetivo es aprender aprosperar con el dinero!».PRINCIPIO DERIQUEZA:«Todo maestro fuealguna vez aprendiz».T. Harv EkerNadie sale del útero materno siendo un genio de lasfinanzas. Toda persona rica aprendió a triunfar en el juego deldinero, y tú también puedes. Recuerda el lema: ¡si ellospueden hacerlo, yo también puedo!Llegar a ser rico no tiene tanto que ver con hacerte ricoeconómicamente como con quién quieres llegar a ser, en loque se refiere a carácter y mente. Quiero compartir contigo unsecreto que poca gente conoce: el modo más rápido de hacerserico y de permanecer rico ¡es trabajar en desarrollarte a timismo! La idea es cultivarte tú para crecer hasta convertirte enuna persona «próspera». Repito una vez más: tu mundoexterior es meramente un reflejo de tu mundo interior. Tú eresla raíz; tus resultados son los frutos.Hay un dicho que me gusta: «Te llevas a ti mismo contigoadondequiera que vayas». Si te cultivas hasta crecer yconvertirte en una persona próspera, en lo que se refiere afuerza de carácter y mente, triunfarás de forma natural encualquier cosa que hagas. Adquirirás el poder de la decisiónabsoluta. Adquirirás el poder interior y la capacidad de elegircualquier empleo, negocio o campo de inversión sabiendo queserá un éxito. Esta es la esencia del libro: cuando eres unapersona de nivel 5 obtienes resultados de nivel 5; pero sipuedes crecer hasta ser una persona de nivel 10, obtendrásresultados de nivel 10.Sin embargo, haz caso de esta advertencia: si no realizas eltrabajo interior sobre ti mismo y, de algún modo, recibesmucho dinero, es muy probable que lo pierdas. Pero si teconviertes en una «persona» próspera por dentro y por fuera,no solo harás dinero: lo conservarás, lo harás crecer y, lo quees más importante, serás verdaderamente feliz.La gente rica entiende que el orden para el éxito es SER,HACER, TENER.La gente pobre y de clase media cree que el orden para eléxito es TENER, HACER, SER.La gente pobre y la mayoría de la de clase media piensa:«Si tuviese mucho dinero podría hacer lo que quisiera y seríafeliz».Los ricos entienden: «Si me convierto en una personapróspera, podré hacer lo que necesito hacer para tener lo quequiero, incluido mucho dinero».Y esta es otra cosa que únicamente sabe la gente rica: elobjetivo de crear riqueza no es principalmente tener muchodinero; el objetivo de crear riqueza es cultivarte para crecerhasta convertirte en la mejor persona que puedas ser. Dehecho, ese es el objetivo de todos los objetivos: cultivartecomo persona. A la cantante y actriz de fama mundialMadonna se le preguntó por qué persistía en cambiar deimagen, de música y de estilo todos los años. Ella respondióque la música era su medio de expresar su «yo» y que el hechode reinventarse a sí misma cada año la obligaba a crecer paraconvertirse en la clase de persona que quiere ser.Resumiendo, el éxito no es un «qué», es un «quién». Labuena noticia es que «quien» tú seas es totalmente susceptiblede ser formado y de mejorarse Yo debería saberlo. No soy enmodo alguno perfecto ni me acerco a la perfección siquiera,pero cuando miro quién soy actualmente en oposición a quiénera hace veinte años, veo una correlación directa entre «yo ymi riqueza» (o la ausencia de ella) de entonces y «yo y miriqueza» de ahora. Aprendí mi camino hacia el éxito y tútambién puedes hacerlo. Por eso me dedico al negocio de laformación: sé por experiencia personal que prácticamentecualquier individuo puede formarse para tener éxito. Yo meformé para tener éxito, y ahora he podido formar a otrasdecenas de miles de personas para que lo tengan. ¡Laformación funciona!He descubierto que otra diferencia clave entre los ricos y lagente pobre y de clase media es que los primeros son expertosen su campo, la gente de clase media es mediocre en su campoy los pobres son malos en su campo. ¿Cómo de bueno eres enlo que haces? ¿Cómo de bueno eres en tu empleo? ¿Cómo debueno eres en tu negocio? ¿Quieres un modo totalmenteobjetivo de saberlo? Mira tu sueldo: eso te lo dirá todo. Essencillo: para cobrar la mejor paga debes ser el mejor.PRINCIPIO DERIQUEZA:Para cobrar la mejorpaga debes ser el mejor.En el mundo del deporte profesional todos los díasreconocemos este principio. Generalmente, los mejoresjugadores de todos los deportes son los que ganan más. Sonlos que también obtienen más dinero en promociones. Estemismo principio es también cierto tanto en el mundo de losnegocios como en el de las finanzas: tanto si eliges serpropietario de un negocio, profesional o distribuidor demercadotecnia en red, como si te dedicas a las ventas porcomisión, tienes un empleo asalariado o eres inversor enpropiedad inmobiliaria, en acciones o en cualquier otra cosa,cuanto mejor seas en ello más ganarás. Esta es precisamenteotra razón por la que aprender continuamente y perfeccionar tuhabilidad en cualquier campo en el que te encuentres es algoimprescindible.Sobre el tema del aprendizaje, vale la pena advertir que losricos no solo continúan aprendiendo sino que se aseguran dehacerlo de quienes ya han estado allí donde ellos quieren ir.Una de las cosas que más me influyeron personalmente fue dequién aprendía. Siempre procuré aprender de verdaderosmaestros en sus respectivos campos; no de quienes seautoproclamaban expertos, sino de los que podían corroborarlo que decían con resultados en el mundo real.La gente rica consulta a personas que sean más ricas queellos. La gente pobre consulta a sus amigos, los cuales estánigual de arruinados que ellos.Hace poco me reuní con un banquero de inversiones quequería hacer negocios conmigo. Sugería que, para empezar, leconfiase algunos cientos de miles de dólares. Después mepidió que le enviase mis extractos de cuentas para que élpudiese hacer sus recomendaciones.Lo miré a los ojos y le dije: «Disculpe, pero ¿no está ustedentendiendo esto al revés? Si quiere que lo contrate para queme administre el dinero, ¿no sería más apropiado que meenviara usted a mí sus extractos de cuentas? Y si no es ustedmuy rico, ¡no se moleste!». El hombre se quedó muysorprendido. Parece que nadie le había preguntado jamás porsu propia fortuna neta como condición para invertir con él.Es absurdo. Si fueses a escalar el monte Everest,¿contratarías a un guía que no hubiese estado antes en lacumbre, o sería más inteligente encontrar a alguien quehubiera llegado varias veces hasta lo más alto y supieraexactamente cómo hacerlo?Así pues, te aconsejo que pongas toda tu atención yenergía en formarte continuamente y, al mismo tiempo, queseas muy selectivo a la hora de escoger a la persona de la quete dejarás aconsejar y de la que aprenderás. Si aprendes dequienes se hallan arruinados, aun cuando sean asesores,preparadores o planificadores, solo hay una cosa que podránenseñarte: ¡a estar arruinado!Por cierto, te recomiendo encarecidamente que consideresla posibilidad de contratar a un entrenador de éxito personal:uno que sea bueno te mantendrá en guardia para que hagas loque hayas dicho que quieres hacer. Hay entrenadores que loson «de la vida», es decir, que manejan la gama de todo,mientras que hay otros que tienen especialidades entre lascuales podrían encontrarse el rendimiento personal oprofesional, las finanzas, los negocios, las relaciones, la salude incluso la espiritualidad. Y te repito, averigua losantecedentes de tu posible entrenador para asegurarte de quehaya demostrado éxito en los ámbitos que sean importantespara ti.Al igual que existen senderos seguros para escalar elmonte Everest, existen rutas y estrategias demostradasparacrear elevados ingresos, una rápida libertad financiera yriqueza. Tienes que estar dispuesto a aprenderlas y utilizarlas.Como parte de nuestro método Mente Millonaria deAdministración del Dinero, te sugiero que pongas el 10% detus ingresos en un Fondo de Formación. Utiliza este dineroespecíficamente para cursos, libros, cintas, CD o cualquierotro medio que elijas para formarte, ya sea a través del sistemaeducativo formal, de las empresas de formación privadas o dela preparación personalizada e individualizada. Sea cual sea elmétodo que elijas, este fondo te garantizará los medios paraaprender y crecer en lugar de repetir la cantinela de personapobre del «ya lo sé». Cuanto más aprendes, más ganas… ¡ypuedes llevarlo al banco!DECLARACIÓN: Pon la mano sobre el corazón y di:«Me comprometo a aprender y crecer constantemente».Tócate la cabeza y di:«¡Tengo una mente millonaria!».ACCIONES DE LA MENTE MILLONARIA1. Comprométete en tu crecimiento. Cada mes lee al menosun libro, escucha una cinta o CD educativos o haz unseminario sobre el dinero, los negocios o el desarrollopersonal. ¡Tus conocimientos, tu confianza y tu éxitoaumentarán!2. Plantéate contratar a un «entrenador» o preparadorpersonal que te mantenga en guardia.3. Asiste al curso Intensivo Mente Millonaria. Este increíbleevento ha transformado la vida de miles y miles depersonas ¡y transformará también la tuya!YBien. ¿Y qué diablos hago ahora?ahora ¿qué? ¿Qué haces? ¿Por dónde empiezas?Lo he dicho antes, y lo diré otra vez, y otra, y otra: «Hablares fácil». Espero que hayas disfrutado leyendo este libro, pero—y esto es lo más importante— confío en que utilices susprincipios para mejorar espectacularmente tu vida. Sinembargo, según mi experiencia, el hecho de leer por sí solo note traerá los resultados que estás buscando. Leer es elcomienzo, pero si quieres tener éxito en el mundo real, serántus acciones lo que cuente.En la primera parte del libro te he presentado el conceptode tu patrón del dinero. Es sencillo: tu patrón financieromarcará tu destino financiero. Asegúrate de realizar cada unode los ejercicios que he sugerido en los apartados de laprogramación verbal, los modelos de referencia y losincidentes concretos, con el fin de comenzar a cambiar tupatrón a uno que contribuya a la prosperidad económica. Teanimo también a realizar las declaraciones que he propuesto,todos y cada uno de los días.En la segunda parte has aprendido diecisiete modosconcretos en que la gente rica piensa de forma distinta a lapobre y de clase media. Te recomiendo que memorices cadauno de estos «archivos de riqueza» repitiendo diariamente susdeclaraciones: así se arraigarán estos principios en tu mente.Al final te encontrarás mirando la vida y, especialmente, eldinero de un modo muy diferente. A partir de ahí tomarásnuevas opciones y decisiones, y crearás nuevos resultados.Para acelerar este proceso, asegúrate de realizar los ejerciciosde acción que se dan al final de cada uno de los archivos deriqueza.Estos ejercicios de acción son imprescindibles. Para que elcambio sea permanente, debe producirse a nivel celular; elcableado de tu cerebro debe rehacerse. Esto significa quetienes que poner el material en práctica: no solo leértelo, nosolo hablar de ello y no solo pensar en ello, sino hacerlorealmente.Cuidado con la vocecita de tu cabeza que te diga algo asícomo: «Ejercicios, ejercicios, yo no necesito ni tengo tiempopara ejercicios». Fíjate en quién está hablando aquí: la mentecondicionada, ¡es ella! Recuerda que su cometido esmantenerte justo en el lugar donde estás, en tu zona decomodidad. No la escuches. Realiza los ejercicios de acción,haz tus declaraciones, ¡y observa cómo sale disparado elcohete de tu vida!Te sugiero también que releas este libro de principio a final menos una vez al mes durante el siguiente año. Podría serque tu vocecita estuviese gritando: «¿Qué? Ya me he leído ellibro, ¿para qué necesito leerlo una y otra vez?». Buenapregunta, y la respuesta es sencilla: la repetición es la madredel aprendizaje. Repito, cuanto más estudies este libro másrápidamente te resultarán los conceptos naturales yautomáticos.Asegúrate de visitar www.millionairemindbook.com yhacer clic en FREE BOOK BONUSES para recibir varios valiososregalos, entre ellos:Un listado de declaraciones imprimible apto paraenmarcar.El «pensamiento de la semana» de la MenteMillonaria.El «recordatorio de acción» de la Mente Millonaria.La «hoja de seguimiento de la fortuna neta» de laMente Millonaria.Una impresión de tu «Compromiso para con laRiqueza».Como afirmaba anteriormente, yo aprendí mi camino aléxito, de modo que ahora me toca a mí ayudar a otros. Mimisión es «formar e inspirar a la gente para que viva mejor enfunción del coraje, la decisión y la alegría en lugar de hacerlobasándose en el miedo, la necesidad y la obligación».Me siento verdaderamente afortunado por crearseminarios, talleres y campamentos que transforman la vida dela gente de una forma rápida y permanente. Me hacemuchísima ilusión haber podido ayudar a más de 250 000personas a ser más ricas y felices. De corazón te invito a queasistas al Seminarios Intensivo Mente Millonaria de tres días:este evento te llevará a un nivel de éxito totalmente nuevo. Enel curso te cambiamos tu patrón del dinero.Bien, por ahora, ya está. Gracias por emplear tu valiosotiempo leyendo este libro. Te deseo un tremendo éxito yfelicidad verdadera, y espero ansiosamente conocerte prontoen persona.Por tu libertad,T. Harv EkerT. HARV EKER (Ontario, Canadá, 10 de junio de 1954).Nació en Toronto, en donde vivió su infancia. De joven setrasladó a los Estados Unidos, donde creó más de una docenade empresas diferentes antes de tener éxito con una pioneratienda minorista de fitness. Después de hacer millones a travésde una cadena de tiendas de fitness, y posteriormente perder sufortuna por mala gestión, empezó a analizar las relaciones quela gente rica tenía con su dinero, llevándole a desarrollar lasteorías que promueve actualmente en sus escritos yconferencias.Sus conferencias y escritos se centran frecuentemente en suconcepto de «mente millonaria», una serie de «actitudesmentales que facilitan la riqueza». Esta teoría propone quecada uno posee un «modelo financiero», o un «guión internoque dicta cómo nos relacionamos con el dinero», y quecambiando este modelo uno puede cambiar su habilidad paraacumular riqueza.Otras teorías atribuidas a él incluyen la idea de que la genteque no está dispuesta a hacer grandes sacrificios para teneréxito «desempeñan el papel» de víctima y rechazan que tengancontrol de su propia situación. Otra idea es que la culpa impidela búsqueda de la riqueza, y que «pensar en la riqueza como unmedio para ayudar a los demás» alivia la culpa y permite laacumulación de riqueza.En su libro, Eker enumera 17 formas en que los planesfinancieros de los ricos son diferentes a los de los pobres y laclase media. Uno de los temas identificados en esta lista es quelos ricos descartan las creencias limitantes mientras el éxitosucumbe a ellos. Argumenta: Los ricos piensan: «Yo creo mivida», mientras que los pobres piensan: «La vida me sucede»;los ricos se centran en las oportunidades, mientras que lospobres se centran en los obstáculos; y los ricos admiran otragente rica y exitosa, mientras que a los pobres les molestan losricos y las personas de éxito.Fundó una empresa de seminarios, Peak Potentials Training.De acuerdo con un comunicado de prensa de Peak Potentials,la compañía fue adquirida por Success Resources, unacompañía de producción de eventos, en 2011.Ha producido seminarios desde por lo menos 2001. Unartículo de The Wall Street Journal de 2005 cita a Eker comoun ejemplo de trasformación en la publicación de no-ficción.El artículo del W. S. J. examina su uso de seminarios,contactos y seguimiento personal como una «plataforma»desde la cual promuevelas ventas de su propio libro.Es el autor de Los secretos de la mente millonaria que haaparecido en la lista de bestsellers del New York Times y fuenúmero uno en la lista de libros de negocios del Wall StreetJournal. También ha escrito un libro publicado por él mismotitulado SpeedWealth.Los secretos de la mente millonariaAgradecimientos¿Quién diablos es T. Harv Eker y por qué tendría yo que leer este libro?PRIMERA PARTE¿Por qué es importante tu patrón del dinero?Las raíces crean los frutosUn poderoso secreto para el cambio: las declaraciones¿Cuál es tu patrón del dinero y cómo se ha formado?Primera influencia: la programación verbalSegunda influencia: los modelos de referenciaLa tercera influencia: incidentes concretos¿Para qué está programado tu patrón del dinero?SEGUNDA PARTEArchivo de riqueza n.º 1Pista n.º 1 de la víctima: la culpaPista n.º 2 de la víctima: las justificacionesPista n.º 3 de la víctima: las quejasArchivo de riqueza n.º 2Archivo de riqueza n.º 3Archivo de riqueza n.º 4Archivo de riqueza n.º 5Archivo de riqueza n.º 6Archivo de riqueza n.º 7Archivo de riqueza n.º 8Archivo de riqueza n.º 9Archivo de riqueza n.º 10Archivo de riqueza n.º 11Archivo de riqueza n.º 12¡Puedes tener el pastel y también comértelo!Archivo de riqueza n.º 13Archivo de riqueza n.º 14Archivo de riqueza n.º 15Archivo de riqueza n.º 16Archivo de riqueza n.º 17Bien. ¿Y qué diablos hago ahora?Autor
  • hobbes-thomas-leviatan-fce-completo
  • WALTER RISO - Me canse de ti -
  • Platón - La república
  • Stephen King-La expedición
  • Marqués de Sade - Diálogo entre un sacerdote y un moribundo
  • Los Secretos de la Mente Millonaria (T Harv Eker)
  • Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz - Walter Riso
  • Manual Para No Morir de Amor Diez principios de supervivencia afectiva (Walter Riso) (
  • La verdad
  • 1 b Locke - Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil
  • TPN1 Filosofia 1D
  • DAVID HUME
  • Avila, Francisco José - Filosofía epistemología y hermenéutica en el pensamiento de Rorty
  • Tiny_Cthulhu - traducido al español
Los secretos de la mente millonaria - T Harv Eker - Filosofía | Studenta (2024)

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